sábado, 8 de mayo de 2010

Arizona: un ‘muerto de hambre’ con ínfulas

Vicky Peláez

Acuérdate, acuérdate siempre, que todos nosotros somos descendientes de inmigrantes y revolucionarios (F. D. Roosevelt)

Las marchas multitudinarias de este 1 de mayo, en repudio a la nefasta ley antiinmigrante aprobada en Arizona, estremecieron a toda Norteamérica. A la vez, miles de estadounidenses, políticos, juristas, artistas, organizaciones cívicas exigieron al gobierno federal declarar inconstitucional la ley SB1070 que tiene semejanza con leyes de la Alemania nazi o de Sudáfrica en tiempos del apartheid. Sin embargo, a pesar de la fuerte presión contra la nefasta ley, ni su gobierno, ni el 70 por ciento de los habitantes de ese Estado no quieren aceptar la gravedad de la situación que crearon para usar a los indocumentados como culpables de la severa crisis económica que están atravesando. Mientras piden dinero a Barack Obama para pagar 15 mil policías, están radicalizando su política racista. La gobernadora Jan Brewer declaro que “la inmigración ilegal implica el aumento del crimen y el surgimiento del terrorismo en el Estado”.

Igualar a los indocumentados con terroristas, autoriza a la policía a disparar contra personas sólo por el color de su piel, por su vestimenta, por lo que llevan en las manos o hasta por su forma de caminar. Sin duda alguna, afectará también a los 280,000 americanos nativos que viven marginados y en extrema pobreza como a otras minorías, además de los hispanos, que encontraron refugio y el trabajo en esta zona árida de los EE.UU.

Siguiendo al republicano, Pat Buchanan quien dice: “Estados Unidos debe hacer más fuerte la cruzada por la liberación de Norteamérica de las hordas bárbaras de hambrientos extranjeros portadores de enfermedades exóticas”, la gobernadora Brewer, después de arremeter contra indocumentados jornaleros, obreros de construcción, empleadas domésticas, jardineros, trabajadores de la limpieza, encausó su campaña contra los maestros de origen hispano.

De acuerdo a su nuevo decreto, los maestros con marcado acento no podrán enseñar en las escuelas. Pero allí no termina su cruzada porque la “limpieza étnica” en todos los tiempos históricos siempre fue acompañada por la ideología. Desde ahora los “estudios y proyectos étnicos” quedan abolidos en las escuelas. También prohíben la enseñanza de temas que pueden promover resentimiento hacia una raza o clase social. Esto implica politizar el conocimiento, convirtiendo los mitos creados por el sistema norteamericano en realidad. También significa desterrar a los pensadores más respetados en EE.UU. como Alexis de Tocqueville que decía en 1835 que “el lugar donde un anglo americano pone su bota queda para siempre el suyo. La provincia de Texas todavía pertenece a los mexicanos, pero pronto no habrá ningún mexicano allí. Y así pasará con cualquier lugar”. (”Demócracy in América”). De hecho lo mismo sucederá con Howard Zinn, Gore Vidal, Noam Chomsky, James Petras y muchos otros hombres lúcidos de Norteamérica cuyas obras son la conciencia del país.

La única conciencia de los racistas es el odio y la única arma para vencerlo es la solidaridad de los hombres. Este estado ya fue vencido cuando se negó a dar feriado el día de Martín Luther King, el boicot fue sólido y contundente. Hoy, todo lo que “huela” a Arizona debe ser rechazado inmediatamente hasta hacer que su economía “chille”. No hay peor golpe para estos, que el del bolsillo. Ya lo verán.

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