sábado, 30 de abril de 2011

Yacooñoy

Cuentan los antiguos mixtecos que el mundo se nació de la unión de dos grandes árboles, en la solitaria Apoala, al pie de una gruta, en el río Achiutl. Unidos por sus raíces, estos dos árboles primeros crearon a la primera pareja mixteca y de los hijos de sus hijos nació Yacoñooy, el flechador del sol

Su numerosa tribu mixteca no tenía tierras. Yucoñooy, uno de sus guerreros los condujo al país de Tilantongo, el cual lo tomaron por propio. Pero un sol de fuego lo abrazaba y pensó el guerrero mixteca que esos parajes le pertenecían al sol.

Cuentan los antiguos que era Yacoñooy un guerrero pequeño, pero valiente y audaz, que nada temía, por grande y poderoso que pareciera.

Porque, dicen estos sabios indígenas, la estatura se lleva en el corazón y suele suceder que quienes parecen pequeños en el exterior, grandes son en la grandeza de su corazón; y quienes se presentan como fuertes y poderosos en su apariencia, son en realidad de corazón pequeño y débil.

Y dicen también que el mundo es grande y es lleno de maravillas gigantes porque gente pequeña de físico supo encontrar en su interior la fuerza que engrandeciera la tierra.

Cuentan entonces que el tiempo andaba en los primeros meses del calendario de la humanidad y que el Yacoñooy salió a ver nuevas tierras para hacerlas crecer con el trabajo y la palabra. Las encontró y vio que el sol aparecía como único y poderoso dueño de todo lo que a su luz se alumbraba. En ese entonces el sol mataba la vida de lo diferente y sólo aceptaba las cosas que le fueron espejo, y tributo le rindieran a su grande grandeza.

Y cuentan que, viendo esto, Yacoñooy desafió al sol diciéndole: "Tú, que con tu fuerza dominas estas tierras, yo te desafío para ver quién es más grande y puede dar así grandeza a estos suelos".

Rió el sol, confiado en su poder y fortaleza, e ignoró al pequeño ser que, desde el suelo, lo retaba. Yacoñooy volvió a desafiarlo y así dijo: "No me espanta la fuerza de tu luz, tengo por arma el tiempo que en mi corazón madura", y tensó su arco, apuntando la flecha al centro mismo del soberbio sol.

Rió de nuevo el sol y apretó entonces el meridiano cinturón de fuego de su calor en torno al rebelde, para así más empequeñecer al pequeño.
Pero el Yacoñooy se protegió con su escudo y ahí resistió mientras el mediodía cedía su lugar a la tarde.

Impotente veía el sol cómo su fuerza disminuía al paso del tiempo, y el pequeño rebelde seguía ahí, protegido y resistiendo bajo su escudo, esperando el tiempo del arco y la flecha.
Viendo que el sol se debilitaba con el avance del tiempo hecho atardecer, el Yacoñooy salió de su refugio y, empuñando el arco, hirió hasta siete veces al grande sol. Con el crepúsculo, el cielo entero se fue tiñendo de rojo y el sol al fin cayó, herido mortalmente, en el suelo de la noche.

Yacoñooy esperó un tiempo, y viendo que la noche impedía al sol seguir el combate, así dijo: "He vencido. Con mi escudo resistí tu ataque. Hice del tiempo y tu soberbia mis aliados. Guardé mi fuerza para el momento necesario. He vencido. Ahora la tierra tendrá la grandeza que el corazón de los míos le siembre en su seno".

Y cuentan que al otro día el sol volvió, recuperado, a intentar reconquistar la tierra. Pero ya era demasiado tarde. La gente de Yacoñooy ya cosechaba lo sembrado en la noche.

Fue así, por ser vencedores en el cielo, que el Yacoñooy es llamado "El Flechador del Sol", y los mixtecos fueron nombrados habitantes de las nubes.

Desde entonces, los mixtecos pintan en jícaras y tecomates la victoria de Yacoñooy. No para vanagloriarse de la victoria, sino para recordar que la grandeza se lleva en el corazón y que la resistencia es también una forma de combate.

Emergencia Nacional: Convocatoria de Javier Sicilia a los Pueblos de México

Los argumentos de Javier Sicilia

Algunas críticas comienzan a poner a prueba de qué está hecha la postura de Javier Sicilia ante el multihomicidio en el que fue asesinado su hijo Juan Francisco Sicilia, su exigencia de justicia, su grito: “¡Ya Basta, Estamos hasta la madre!” y su llamado a un movimiento nacional contra la guerra y por paz con justicia y dignidad.

La clásica crítica clasista: Que no es un movimiento “de clase” proletaria, sino “clasemediero o pequeñoburgués”. Por ende, dado que solamente el proletariado, y su vanguardia El Partido, son el sujeto revolucionario, esto se desmoronará en menos de lo que se desmoronaron los gobiernos proletarios en la URSS y Europa del Este. Ese argumento suele caerse solito cada vez que salta la liebre donde los dogmas decía que no.

Desde luego no me referiré a las críticas cobardes de Calderón, que no se atreven a llamar a Javier Sicilia por su nombre, pero insisten en la guerra contra el narco en que Calderón está empecinado, para demostrar que no solamente sabe perder elecciones y hacer fraude, sino perder guerras y hacer fraude…

Hay algunas críticas que son más desde la confusión ante una postura aparentemente difícil de entender: Han malinterpretado el llamado a los criminales y a la fuerza pública estatal de regresar a “sus códigos”, y el llamado a terminar la guerra mediante un “pacto”. Han querido ver en ello un cheque en blanco de impunidad a los asesinos: No, el cheque en blanco se los dan la guerra mal planteada y ahora la autorización “legal” al ejército para violar las garantías individuales. Una guerra así, es la puerta abierta al crimen para ambos “bandos”. Es solamente en la paz y con un enfoque no guerrerista, que se podría juzgar a los asesinos, del bando que sean, y sobre todo disminuir o mejor eliminar la violencia feminicida, juvenicida, genocida.

No es una postura nueva que Javier Sicilia se haya inventado tras la desgracia que la guerra absurda le hizo padecer. Es la postura que ha sostenido hace meses y años en sus artículos en Proceso.

Es recomendable leer sus artículos y ensayos breves como: La contraproductividad calderonista, El valor de un país desfondado, “Todos son culpables menos yo”, Los medios o el horror banalizado, Cuernavaca, rehén o laboratorio, La puta casta, Los ojos de la Gorgona y El hombre desnudo y la guerra de Calderón, textos en los cuales defiende ideas como las que ahora son discutidas a partir de Estamos hasta la madre: carta a los políticos y los criminales.

Solamente nos referiremos a La contraproductividad calderonista, donde la crítica a la guerra mal planteada y tercamente defendida por Calderón es frontal:

“Lejos de desmantelar las redes criminales y la circulación de las drogas, su presencia ha generado mayor inseguridad entre los ciudadanos, ha multiplicado no sólo las ejecuciones –los muertos por esta guerra son mayores que en zonas de conflictos armados como Irak–, sino también las redes por las que estas organizaciones distribuyen su producto y cooptan a las autoridades; ha creado también miedo en las organizaciones sociales que, so pretexto de esta guerra, son constantemente hostigadas y amenazadas –las denuncias contra el Ejército en la violación de los derechos humanos han ido en aumento. Ha hecho algo peor: está destinando una buena parte del dinero que podría invertirse en educación y cultura –dos rubros importantes para disminuir el consumo de la droga– en inteligencia militar y policiaca, es decir, en actividades para la violencia. Además, con el desempleo que la crisis económica ha generado, con los bajos salarios que se pagan en una buena parte de los empleos que aún quedan, la oferta del crimen organizado se vuelve un sitio atractivo para quienes, bajo el peso de una sociedad de consumo, carecen de salidas.”

En unas líneas ya planteaba en agosto de 2009 lo que ahora muchos mexicanos piensan sobre la guerra. Y lo que anima la idea de un movimiento nacional por la paz.

Describió el terror de la guerra a que se ha sometido a la población civil en lugares como Cuernavaca y todo el estado de Morelos. “Bajo el pretexto de la seguridad hay que vivir en el terror de encontrarse en medio de una balacera, de ser detenidos –como si estuviéramos en un estado de excepción– por el Ejército o la policía para demostrar nuestra condición de ciudadanos pacíficos, de ser secuestrados, de ver reducidas las partidas destinadas a la producción de cultura y educación en beneficio de la violencia, de mirar el abismo en el que mucha gente, despojada por el sistema, puede encontrar una salida a su desesperación.”

La crítica a la responsabilidad del gobierno de Calderón es directa: “Los únicos que han ganado con ella son, al igual que lo fueron los financieros y especuladores, las instituciones contraproductivas de la violencia: policía, Ejército, narcos, gobernantes y jueces corruptos, ciudadanos que lavan dinero e instituciones carcelarias. Esta guerra, como cualquier guerra, define a la ciudadanía como un recurso que –es la lógica del gobierno– hay que proteger a toda costa, o –es la lógica del crimen– que hay que explotar –por el secuestro, la extorsión, el consumo y el miedo– para, en ambos casos, maximizar ganancias improductivas. Esto es lo que ha significado en los tres años de gobierno de Felipe Calderón la guerra contra el narcotráfico: la exclusión brutal del ciudadano que quiere sobrevivir noblemente.”

Desde entonces Sicilia propuso acabar con la guerra, legalizar el comercio de drogas y erradicar la violencia, enfrentando el narcotráfico como problema de salud y no de “seguridad”. Lo citamos en extenso porque no es un planteamiento que pretenda impunidades ni claudicaciones y se ve claro: “El tráfico de drogas es, en el orden del libre mercado –el orden del cinismo–, una empresa más que busca su nicho en la economía. Satanizada por la misma moral que ha exaltado el consumo y el libre mercado y que otrora satanizó otro tipo de empresas que, como la del alcohol, terminó por legalizar, el tráfico de drogas y la contraproductividad que genera su persecución puede desmantelarse legalizándolo. Con ello se controlaría, como he dicho, su calidad para un consumidor que siempre existirá dentro de sociedades basadas en el consumo, y se captarían impuestos que podrían invertirse en salud, en educación y en cultura como medios para reducirlo. La otra sería la que hace poco propuso el vocero de La Familia: negociar.

“Desde que la sociedad de consumo sentó sus reales en México, el crimen organizado ha existido. Por mucho tiempo, el gran capo, que fue el Presidente de la República, lo controló con negociaciones que lo mantenían en la periferia. Hoy, frente a la contraproductividad de la guerra y la complejidad jurídica que implica la legalización de la droga, habría que volver a allí. “Negociar, como lo hacen las mafias cuando se fracturan, implicaría acuerdos que, sin legitimar los corredores de la droga, no se tocarían a cambio de que las propias mafias mantuvieran intocada a la población: no secuestros, no narcomenudeo. Las mafias tienen códigos de honor nacionales que, bien negociados, reducirían en buena medida la contraproductividad que su combate genera.

“No es el bien –el bien implicaría un severo cuestionamiento de la idea de libre mercado, de desarrollo y del monopolio de lo económico–, pero es, dentro de una economía de mercado, el mal menor, un mal que al menos pondría un coto a la tremenda contraproductividad en la que el gobierno de Calderón, contra toda su lógica, se ha empeñado en los últimos tres años.”

Eso escribió Javier Sicilia, en 2009, después, este año, 2011, asesinaron a su hijo. Pusieron a prueba de qué está hecho el poeta y articulista. El ha respondido con dignidad, luchando por justicia, contra el olvido y abriendo el debate: No propone la “impunidad” sino la justicia “sin legitimar los corredores de la droga”. Frenar la masacre, y enfrentar el tema de una manera más inteligente y no sangrienta. Pero hoy una manera inteligente y no sangrienta es demasiado pedir a la clase política: Está dopada, depende del terror, de la violencia, para hacerse sentir “necesaria”. ¿Puede pactar la sociedad, sin los oportunistas como el represor Marcelo Ebrard? Sí: Es el momento de buscar, como dice un personaje de la película de Mel Gibson Apocalypto –independientemente de lo criticable que sea el filme como producto–, un nuevo comienzo. La muerte, el terror y la guerra son armas de la impunidad y un obstáculo para la justicia.

jueves, 28 de abril de 2011

México: La violencia exponencial


México: La violencia exponencial
Laura Carlsen


Felipe Calderón está enojado. Enfáticamente golpea, una y otra vez, el atril mientras insiste que la violencia desatada en territorio mexicano es culpa del crimen organizado y de nadie más. Reafirma por enésima ocasión su compromiso con la guerra contra el narcotráfico que lanzó en diciembre de 2006 y la decisión de seguir con el combate frontal a los delincuentes.

Esta defensa feroz de la estrategia de seguridad se dirige no hacia los criminales, sino hacía una sociedad que en su mayoría rechaza el camino trazado por el presidente hace cuatro años. El 6 de abril, sólo unos días antes del discurso pronunciado a un grupo de empresarios por Calderón, decenas de miles de personas marcharon en las calles de más de veinte ciudades mexicanas en repudio a “la guerra de Calderón” y contra la violencia.

Para el presidente, la protesta social que crece en el marco del nuevo movimiento mexicano “NO + SANGRE” es una respuesta equivocada, politizada e injusta a su causa predilecta. Insiste en que la ciudadanía debe protestar contra el crimen organizado y no contra su gobierno. En su discurso acusó al movimiento social indirectamente de utilizar el discurso de la paz como escudo para promover “el deseo político de atacar al gobierno federal.”

Los miles de jóvenes, padres y madres de familia, mujeres, indígenas y sindicalistas que se han sumado a las protestas no lo ven así. No niegan que la brutalidad y la audacia de los carteles de la droga han rebasado todo límite. Pero la razón por la cual aumenta el descontento social contra el gobierno se puede resumir en un solo dato: en los años antes de que Calderón lanzara la guerra, el número de homicidios relacionados al narcotráfico fue un poco más de 2,000 al año (2,119 en 2006); para el año 2010 alcanzó 15,273.

Y la crisis de violencia en México desde el 2007 no se puede resumir únicamente en cadáveres. Un informe reciente del Centro de Monitoreo de Desplazamientos Internos calcula que 230,000 personas[1] han sido desplazadas por los conflictos y amenazas. Existen aproximadamente 10,000 huérfanos por causa de la violencia. Los feminicidios se dispararon en la frontera norte en el contexto de la guerra contra el narcotráfico, junto a otras formas de violencia de género y ataques a defensoras de derechos humanos. Además de las mujeres, las personas migrantes han sido víctimas de una respuesta no prevista de los carteles al expandir sus actividades lucrativas hacía el secuestro, la extorsión y el reclutamiento de migrantes. La masacre de 72 migrantes en San Fernando, Tamaulipas en abril de 2010 fue sólo el ejemplo más escandaloso de un fenómeno que se ha extendido por toda la república.

La guerra que no se llama guerra

El caos generado por la estrategia se deriva de su carácter militar/policíaco y la falta de cálculo del impacto de declarar la guerra en el mundo volátil del crimen organizado. Hace unos meses Calderón negó que hubiera nombrado “guerra” a su estrategia de combate a la delincuencia, lo cual provocó un diligente trabajo por parte de la prensa de recoger múltiples citas suyas que incluyeran la palabra en referencia a la estrategia contra el narco.

Llámese como quiera, el modelo parte de la tesis de que la mejor manera de luchar contra el tráfico de narcóticos prohibidos es cortando el abasto desde los países de producción y tránsito hacia el mercado principal, que es Estados Unidos. Entonces la mayor parte de los recursos y esfuerzos están dirigidos al enfrentamiento con los narcotraficantes, buscando detener la droga y capturar a capos. En México, se han desplegado unos 50,000 soldados a las calles con este propósito.

El resultado es una explosión de violencia en múltiples formas que supera la mortalidad de muchas guerras formales. Con el ataque del Estado contra un cartel se invita a otro a tomar su lugar y suelen entrar en batalla. Las luchas por las “plazas”, es decir, las rutas para llevar sustancias ilícitas al mercado, son una de las fuentes principales de la violencia.

La violencia se vuelve más compleja y extensa en lugares donde las acciones de las fuerzas de seguridad han provocado una fragmentación de los carteles. Complicidades entre políticos, policías o militares, con uno de los rivales ha extendido la violencia en la esfera pública. Los enfrentamientos entre las fuerzas armadas y los carteles en las calles han cobrado muertes de civiles y se reportan casos de violencia y extorsión por parte de las mismas fuerzas de seguridad contra sectores de la sociedad. El reporte de violaciones de derechos humanos cometidos por el ejército ha aumentado más de seis veces en los últimos años, entre ellos ejecuciones extrajudiciales, tortura, violación sexual y desapariciones.

La guerra contra las drogas y la violencia que la acompaña han erosionado la gobernabilidad en varias zonas del país y roto el tejido social por el miedo, la militarización y la presencia más activa que nunca del crimen organizado. Es increíble que el gobierno siga con la retórica triunfalista frente a estos resultados e indigna que en las esferas del poder esperen que el pueblo mexicano —o cualquier pueblo del mundo— acepte 40,000 muertos como daño colateral o el precio que hay que pagar para ganar una guerra que parece no tener fin.

Para el gobierno de Calderón es imposible admitir el fracaso de la mano dura después de haber invertido tanto capital político y en vísperas de las elecciones presidenciales. Además, desde el inicio, la guerra contra el narcotráfico en México ha tenido unos objetivos no-enunciados. Calderón lanzó la guerra unas semanas después de tomar el poder entre protestas masivas y acusaciones de fraude nunca esclarecidas. La alianza entre el ejecutivo y las fuerzas armadas y el cultivo del miedo frente un enemigo común —el crimen organizado— funcionó para consolidar su poder en los hechos frente a la falta de legitimidad. Desde su origen, entonces, la guerra ha privilegiado la militarización por encima de las instituciones democráticas del país. La presencia del ejército en las ciudades y comunidades sirve para inhibir protestas y construir una imagen de un Estado fuerte a pesar de su debilidad institucional.

El apoyo de EE.UU. a la guerra

El gobierno de los Estados Unidos, primero de George W. Bush y después de Barack Obama, juega un papel crítico en sostener la guerra de Calderón con recursos, declaraciones, capacitación y entrenamiento. De hecho, desde las fases del diseño del modelo, pasando por la instrumentación de la “Iniciativa Mérida” anunciada por el entonces presidente Bush en octubre de 2007, la guerra contra el narcotráfico en México ha sido para el Pentágono un sueño realizado. Washington propuso una colaboración militar más intensa desde el Acuerdo de Seguridad y Prosperidad de América del Norte que salió del TLC, para proteger sus intereses políticos y económicos en la región más allá de sus fronteras. La Iniciativa Mérida se presentó como un plan “contra-terrorismo, contra-narcóticos y para la seguridad fronteriza”. Esos son sus objetivos. Incluye el envío de equipo militar y de espionaje a México con el fin de incrementar el control del territorio y promover la militarización del país. Fue presentada como un reconocimiento de “responsabilidad compartida” por parte de EEUU, sin embargo, abarca una serie de programas en México, sin incluir ninguna obligación de EEUU en su propio territorio donde el negocio de la droga rinde sus beneficios.

Si antes el gobierno mexicano rechazaba la participación directa de su poderoso vecino en asuntos de seguridad nacional, con la Iniciativa Mérida —extendida indefinidamente por el gobierno de Obama— se ha iniciado un periodo de injerencia estadounidense sin precedentes. Sigue el modelo del Plan Colombia que ha promovido más de una década de militarización del país andino y de presencia militar de EE.UU., con los conocidos resultados en violaciones de derechos humanos, desplazamiento y expropiación de los recursos de los pueblos.

Detrás de la retórica de la guerra contra el narco, los objetivos de la Iniciativa son:

1) Proteger los intereses económicos e inversiones estadounidenses y garantizar el acceso a recursos naturales estratégicos en México.
2) Imponer la Doctrina de Seguridad Nacional elaborada por el gobierno de Bush que posibilita la presencia militar de EEUU –o la amenaza de intervención— en todo el mundo como garantía de estabilidad del sistema y avanza el propósito de integrar a México a la zona de seguridad nacional de EE.UU.

En términos prácticos, la Iniciativa rompe con las barreras que había mantenido históricamente por razones de soberanía nacional el gobierno mexicano a una mayor intervención de los estrategas y agentes estadounidenses dentro de su territorio.

Hasta ahora han sido asignados más de $1,500 millones de dólares a México en la guerra contra el narcotráfico. Además se ha reorientado la relación binacional hacia la cooperación en cuestiones de seguridad. La mayoría de los recursos está destinada a equipo militar y servicios a las fuerzas armadas, la policía y las agencias de inteligencia. La relación entre los dos países vecinos ahora está siendo definida por el Pentágono y los Comandos Norte y Sur, con el apoyo del Departamento del Estado, en el contexto de la seguridad regional.

La presencia ampliada de agencias de seguridad estadounidenses en México tiene graves consecuencias para la soberanía nacional del país. Se tiene que justificar con un discurso que define a México como una amenaza a la seguridad nacional del país del norte que se enmarca en una nueva lectura de los carteles de la droga como “narco-insurgencia” y como una fuerza que desafía directamente la autoridad del Estado. Abre la puerta a la militarización de México bajo la batuta del Pentágono y el uso del término “insurgencia” recuerda la manera en que el Plan Colombia fue ampliado por el Congreso de EE.UU. para apoyar la guerra interna. En México, varias organizaciones de derechos humanos han documentado un proceso de criminalización de la protesta y represión de la oposición. La postura de EE.UU. promueve este proceso e impulsa la guerra violenta contra el crimen organizado a pesar de todas las evidencias de sus impactos negativos para la población.

Hay otra razón por la cual el gobierno de los Estados Unidos tiene interés en mantener la guerra contra el narcotráfico y la violencia en México. Los términos de la Iniciativa Mérida no permiten la entrega de dinero a México. Los contratos financiados en la Iniciativa Mérida van a empresas estadounidenses de la industria de defensa que tienen mucho poder de cabildeo en el Congreso y mucho interés en abrir un nuevo mercado hacia el sur.

Empresas como Boeing y Lockheed que venden aviones y helicópteros por millones de dólares, y de seguridad privada como Blackwater y Dyncorp que proveen servicios de capacitación y entrenamiento, ven en México una oportunidad  de expandir su negocio por medio de los contratos de “outsourcing” que consiguen del gobierno estadounidense. Algunas de estas empresas han sido involucradas en casos de muerte de civiles y sus actividades no cuentan con mecanismos efectivos de transparencia y rendimiento de cuentas. Ya tienen contratos de la Iniciativa Mérida y su presencia en México constituye otra amenaza a los derechos humanos y un obstáculo al proceso de fortalecimiento de las instituciones democráticas en el país, por promover la privatización y extranjerización de la seguridad cuando no existen reglas claras ni la capacidad del Estado para aplicar las reglas vigentes. Es decir, gozan de la misma impunidad que los criminales.

Existen otros caminos

El impacto totalmente contraproducente de la guerra contra las drogas en la sociedad es innegable. Se ve no tanto en las cifras citadas, sino en el profundo dolor de las familias de las víctimas y en la cultura de miedo y violencia que distorsiona el futuro de los jóvenes. Las encuestas[2]2 muestran un cambio importante en la opinión pública: la mayoría ya no cree que el gobierno está ganando y no apoya la estrategia.

Tan innegable que en las últimas fechas Calderón ha dejado al lado el mensaje reiterado de que México está ganando la guerra contra el narcotráfico. Con severos problemas de credibilidad, el presidente ahora dice que no existen alternativas y ha retado a la gente que exige fin a la violencia que ellos propongan algo mejor.

El gobierno de Estados Unidos también ha expresado dudas en el modelo. En cables de Wikileaks, miembros de la embajada en México expresaron sus preocupaciones por la corrupción y falta de resultados de las fuerzas de seguridad y los tres niveles de gobierno de México, y cuestionan la eficacia del enfoque en la detención de capos. La última versión de la Iniciativa Mérida presentado al Congreso por el gobierno de Obama se presenta como Mérida II y hace énfasis en una transición de apoyo militar a capacitación para impulsar reformas en el sistema judicial y las policías. Sin embargo, el financiamiento sólo transfiere la ayuda militar directa al rubro de control del narcotráfico, sin aumentar significativamente el apoyo a programas sociales ni integrar obligaciones básicas de su país, que sigue siendo la fuente de la mayor parte de las armas y el dinero del crimen transnacional.

Los esfuerzos de los dos gobiernos, por un lado, para consolidar el apoyo binacional a la guerra y, por otro, para darle una imagen reformada, reflejan un reconocimiento implícito de que su fracaso es evidente. Ante este reconocimiento y la quiebra del modelo, la sociedad organizada contra la guerra está intensificando las protestas y respondiendo al reto de proponer alternativas no-violentas en la lucha contra el crimen organizado. Algunas de estas alternativas están en la propuesta del pacto nacional que propone el poeta Javier Sicilia, después del asesinato de su hijo. Su tragedia ha inspirado una nueva ola de movilizaciones en el país.

La primera es tratar el problema de la demanda de drogas como un problema de salud, con prioridades en la prevención, la rehabilitación, el tratamiento y la reducción de daños, en México y sobre todo en Estados Unidos donde el gobierno no ha asumido plenamente su responsabilidad. Hacen falta mayores oportunidades educativas y de empleo para que los jóvenes tengan proyectos de vida y para enseñar los riesgos de la adicción. Es una solución que mejora la calidad de vida y reduce la demanda.

Segundo, la manera más rápida y efectiva para reducir la demanda de drogas ilícitas que enriquecen los criminales es legalizar las drogas, empezando con la marihuana. Es una propuesta que tiene cada vez más apoyo entre la población y los expertos y merece más estudio y debate público.

Tercero, es urgente desmantelar las estructuras financieras que permiten el lavado y el traslado del dinero del crimen organizado.

Finalmente, promover las soluciones que están surgiendo desde abajo. Los proyectos autogestionarios en Ciudad Juárez y otros lugares ofrecen opciones viables y dan a la sociedad un papel que no sea sólo de víctima. Cuando se utiliza el ejército o la policía como herramienta principal contra el crimen organizado, la sociedad queda marginada y expuesta a abusos. Se crea una situación peligrosa que se acerca a una ocupación interna, o un estado militar/policíaco, con la pérdida de derechos humanos y civiles.

Una sociedad civil fuerte y participativa es mucho más capaz de resistir la infiltración del crimen organizado. Comunidades fuertes -con empleos, vivienda, educación, recreo sano, e espacios propios- pueden defenderse a la vez que fortalecen las instituciones democráticas.

Laura Carlsen, analista y escritora, es directora del Programa de las Américas en la Ciudad de México.


[1] http://mexico.cnn.com/nacional/2011/04/07/ los-desplazados-en-México-en-busca-de-un-hogar para huir-de-la-violencia

[2] http://www.consulta.mx/Estudio. aspx?Estudio=percepcion-seguridadmx-2010


Articulo tomado de:
http://alainet.org/publica/alai464.pdf



http://alainet.org/publica/alai462.pdf






http://alainet.org/publica/463.phtml



http://alainet.org/publica/464.phtml

La historia de Eleazar, una de las víctimas de San Fernando

Verónica Espinosa


IRAPUATO, Gto., 28 de abril (apro).- Eleazar Martínez Camacho ya tenía “su cacho de tierra” para sembrar en el ejido Emiliano Zapata, y unos muros sin techar para poner un pequeño negocio en la calle del Carmen, donde viven casi todos los integrantes de esta familia que espera su cuerpo para velarlo y sepultarlo, ahora sí, en el panteón.
    Eleazar fue exhumado de una de las fosas clandestinas localizadas a principios de abril en San Fernando, Tamaulipas.
Su cuerpo fue identificado apenas el miércoles 27 por pruebas de dactiloscopía cotejadas por los peritos de la Procuraduría General de Justicia de Guanajuato (PGJE), con información obtenida de la Procuraduría General de la República (PGR) unas tres semanas después del hallazgo.
    El joven había salido de su comunidad el 28 de marzo junto con otros dos muchachos de la comunidad, Adrián Herrera Moreno y Ramón Cisneros, para abordar un autobús que partió de la ciudad de Celaya con destino a Reynosa.
Ahí los esperaba un coyote para cruzarlos al otro lado de la frontera, donde otra persona enviada por sus primos los llevaría a California, a trabajar en los campos de lechuga.
    “Le gustaba el campo, era trabajador. Estaba haciendo una finquita, nomás le faltaban el techo y el piso a sus cuartitos. Me dijo que con esa finalidad se iba. Aquí de jornalero se ganan como 720 pesos a la semana; con familia no se sostiene uno”, cuenta don Roberto, el abuelo del joven asesinado y sepultado junto a otras 182 personas en las narcofosas de Tamaulipas.
    Eleazar se había casado hace exactamente un año. Su esposa está embarazada.
    Esta era por lo menos la tercera ocasión en que viajaba para trabajar por temporada en campos agrícolas de Estados Unidos, principalmente en California.
“A sus dos hermanos grandes no les gustó el campo; a él sí. Ellos se fueron a una fábrica de tráileres; uno hasta se hizo supervisor, le fue muy bien”, dice don Roberto.
    Este anciano de 75 años fue alguna vez un jornalero para el programa Bracero. Le tocó viajar a Estados Unidos en tres periodos, de 1957 a 1959, para trabajar en la pizca del algodón y del melón. Después, ya no quiso regresar.
    Su hijo Eleazar –padre del joven fallecido del mismo nombre-- también emigró al norte, él sí como indocumentado. “Tampoco le gustó”.
    Frente a la vivienda se extienden algunas pocas hectáreas de tierras de sembradío, donde los Martínez cultivan maíz, o sorgo, o trigo, lo que se puede y lo que la tierra permite.
    Hacia allá mira don Roberto cuando se le pregunta por la justicia.
    “Justicia para Polo –como le decían a su nieto--, pues si hubiera manera. Pero ahorita, con el gobierno que tenemos, pues no”.
    “Yo digo que algo saben –murmura--. Pero los protegen”.
    En cambio, a la gente del campo –como toda esta familia-- “a cada rato nos mandan a los soldados para recogernos las armas. ¿Y a ellos qué, cómo nos defendemos? Ya estamos viendo que todas las cosas están al revés”.
    A don Roberto le han contado que a estos migrantes los mataron porque no se quisieron unir a la delincuencia organizada. “Pero ¿cómo los obligan a hacerse a su ley? Mi muchacho era de trabajo; le tocó la de malas”.
     A las cinco de la mañana de este jueves 28, el papá de Eleazar y su tío José fueron recogidos por un vehículo de la PGJE que los llevó al Distrito Federal, con el propósito de hacer los trámites para trasladar el cuerpo del muchacho a su tierra, velarlo y sepultarlo. No pudieron.
    Funcionarios de la PGR adujeron que aún continuaban desahogando varias diligencias dentro de la investigación por los homicidios y las fosas y que “tal vez el sábado” podrían entregarles, por fin, los restos de Eleazar.
    Los dos volvieron a Irapuato alrededor de las siete de la noche. Se encontraron con que otros integrantes de la familia ya habían preparado un espacio para velar al muchacho junto con la gente de la comunidad.
    Sentado en el frente de la casa, con su bastón a un lado, don Felipe Miranda se limpia la humedad del rostro. Es un amigo de la familia, se crió con los Martínez y conoció a Eleazar desde chiquillo.
    Don Felipe cuida la casa de uno de sus hijos, que vive desde hace algunos años en Estados Unidos. “Tengo visa y ya he ido a verlos, pero no me quedo allá porque no me gusta”.
    Hay sudor, pero también lágrimas. “Es la impotencia –refiere a Apro--. Cuando uno sabe quién fue, uno los busca y les hace lo mismo, pero así… el gobierno ya está muy chueco. Un soldado, un judicial, los mira uno y son compañeros de aquellos (los narcos)”.
    Para don Felipe, la mejor estrategia contra los cárteles “sería que mejor dejaran que los enfrentáramos los dolientes, para que demuestren si son hombrecitos o no. Que nos dieran armas para levantar al pueblo, y verán que el pueblo está dispuesto a morir”.

http://www.proceso.com.mx/rv/modHome/detalleExclusiva/90730

Adolescencia truncada: asesinatos y maternidad anticipada

Sara Lovera


MÉXICO, D.F., 28 de abril (apro).- Entre el viernes y sábado de la santa semana se supo que nueve mujeres fueron asesinadas en cuatro entidades del país, dos de ellas de 14 y 16 años, cinco más trabajadoras de la estética Ludwika en Acapulco e identificadas con nombre y apellido. En Nayarit una madre y su hija. Una fue hallada en Ciudad Juárez y otra en la ciudad de México.
Por las crónicas de los periodistas sabemos que los asesinatos fueron en extremo violentos. Los reportes son de evidente feminicidio, y la crueldad es inenarrable. Cinco fueron degolladas y una desmembrada; las balas mataron a la madre e hija, ahora sin nombres.
Casi de inmediato, por los asesinatos en Acapulco, surgieron voces de nueva alerta. Lo grave es que a esta noticia se suman reportes preocupantes, que describen la sordidez en que viven las jóvenes y los jóvenes de este país: cerca de 33 millones de menores de 15 años.
Entre las asesinadas se encuentran dos jovencitas, casi niñas. Según declaraciones de Nashely Ramírez, de la organización Kiriki Intervención Social, ocho mil niñas de zonas urbanas, de entre 12 y 14 años de edad, fueron madres en el último año. Como signo, dijo, de un proceso de discriminación, exclusión y pobreza en que las niñas y los niños viven en México. Ahora expuestas a ejecuciones.
Abundantes fueron las informaciones declarativas sobre la condición de la población menor de 20 años. De este modo se sabe que el 12.4% de las jóvenes de 15 a 19 años ya han sido madres (unas 700 mil), y se las compara con la versión "ninis" en femenino, porque si antes del embarazo estudiaban, después del parto seguramente no, según Nashely Ramírez.
También los diarios informaron que la detención de adolescentes implicados en el crimen organizado creció 70% de 2007 a 2010. Y que en las universidades ya se enfrenta con preocupación la incursión de los narcotraficantes.
La conmoción que estas informaciones produce es tal que una puede quedarse sin aliento porque a cambio hay solamente declaraciones, mientras no se hace nada por reorientar la política anticrimen, ni existe la voluntad política para modificar el sistema educativo nacional, nadie pide cuentas porque las autoridades están conscientes que para las adolescentes existe un déficit de anticonceptivos de 20 por ciento; tampoco nadie pide cuentas a las autoridades federales de salud.
Las informaciones debieran servir para algo. Relevar a ocho columnas que se asesinó una mujer en el Distrito Federal, que se la halló en varias bolsas de plástico desmembrada e incluir los otros ocho crímenes en el reporte policíaco de todo lo sucedido el fin de semana, como nos han acostumbrado a mirar un asesinato tras otro y muchos más, levanta por lo menos varias preguntas:
¿Quién se hace cargo de tamaña realidad? ¿Quién puede explicar porque no reaccionan los dirigentes de los partidos políticos? ¿Por qué se tardan tanto en aplicar la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia? ¿Por qué el director del diario Milenio, Carlos Marín, se burla de la lucha por la igualdad, al analizar un texto de lenguaje no sexista? ¿En manos de quién estamos? ¿Es una selva espesa, dura, patriarcal, violenta, donde solamente los intereses económicos, electorales y empresariales interesan?
Los asesinatos de las trabajadoras de la estética en Acapulco: Luvia Vázquez de 30 años,  Elena Baños de 19, Jacqueline de la Rosa de 14, Rubí Celia García de 39, a quien le dejaron un cartel llamándola bruja y egoísta, ¿serán resueltos? El procurador de Guerrero, Alberto López  Rosas, habló de cómo un hombre se introdujo en la estética ¿Irá por él? ¿No habrá impunidad? Lo dudo.
Paralelamente, como si no fuera suficiente, encontré en las noticias que el responsable de la Comisión de Derechos Humanos de Sinaloa, llegó a la conclusión de que al menos hay 60 mil huérfanos de esta larga y tremenda política "por la seguridad de nuestros hijos" y contra los narcos.
¿Cuántas viudas están detrás de las más de 35 mil ejecuciones de este sexenio que empieza a ser pesado y doliente, no por plañideras crónicas de desesperación sino por lo  que urge saber ¿cómo viven y vivirán estas mujeres? Estas que se quedan con sus hijos, con sus vidas, con sus necesidades y nadie atina a identificar y ver, atender, buscar, más allá del llanto y la conmiseración. ¿Qué hacen las diputadas y las mujeres con recursos para ser líderes?
El reporte sobre la situación de la juventud, en Semana Santa, es un recurso mediático por la cercanía del día de compras por celebrar a la niñez que se cumple cada 30 de abril, no está mal.
Sin embargo, esta llamada de atención que vuelve a poner sobre el tapete la insuficiencia en el aprendizaje, la existencia de cerca de un millón de niñas y niños en riesgo nutricional o el 83.5% de adolescentes de 17 años que no tienen computadora en su casa y vivirán la brecha del conocimiento, mientras que hay quien cree que todos la juventud de este país está "perdiendo el tiempo" en las redes sociales y lo cierto es que están marginados.
En todo caso habría que festejar que no hay muerte materna el Distrito Federal desde que hace cuatro años, donde el aborto es un recurso legal para quienes tienen claro que no desean tener un hijo, pero es una tragedia la muerte de dos adolescentes en 24 horas a manos de la crueldad y es una tragedia que un millón de jovencitas se hagan madres sin haberse hecho adultas, educadas, libres y vertiginosas.
Es una tragedia tremenda que haya tantos huérfanos por una política equivocada y tantas viudas anónimas que deben andar deambulando en busca de recursos para enfrentar la vida, tanto espiritual como material, porque la viudez es un estado crítico porque hay que reorganizar toda la vida, digo, porque en esta sociedad aún se piensa que una mujer debe depender de un hombre siempre. ¿Quién las cuida, y las ama ahora?
Comentarios: saralovera@yahoo.com.mx

Carta a Don Javier Sicilia de Subcomandante Insurgente Marcos





EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL.
MÉXICO.

Abril del 2011

“Y a ustedes, ciudadanos, cuarenta y nueve niños os hacen saber:
Que en México la justicia recuperó la vista,
Pero sólo mira con el ojo derecho y en sesgada forma.
Que en este país la tal señora es manca como Venus de Milo,
Pero no es bella sino esperpéntica.
Que en razón de los defectos antedichos,
La balanza que sostenía la fulana se arrastra y es del lodo.
Que los sentimientos que vieron nacer la nación mexicana
No viven más bajo la toga de esa doña justicia
Escrita aquí con intencional minúscula.
Por eso, mexicanos, este alado escuadrón os convoca:
A levantar el palacio de la Justicia con las propias manos,
Con el propio amor y con la verdad indefectible.
A romper las tapias que los sátrapas cometen
Para segar nuestros, ojos, corazón y bocas.
A luchar hasta que el último aliento nos alcance
Y se convierta en el primero de un país
Que sea digno paisaje de la paz que nos ganamos”.
Juan Carlos Mijangos Noh.
(Fragmento de “49 Globos”,
en memoria de l@s 49 niñ@s muert@s en la Guardería ABC de Hermosillo, Sonora).

Para: Javier Sicilia.
De: SupMarcos.

Hermano y compañero:

Reciba los saludos de los hombres, mujeres, niños y ancianos indígenas del EZLN. Las compañeras y compañeros bases de apoyo zapatistas me encargan que le diga lo siguiente:
En estos momentos especialmente dolorosos para nuestro país, nos sentimos convocados por el clamor que se sintetiza en sus valientes palabras, provocadas por el dolor del vil asesinato de Juan Francisco Sicilia Ortega, Luis Antonio Romero Jaime, Julio César Romero Jaime y Gabriel Alejo Escalera, y en el llamado que hace para la Marcha Nacional por la Justicia y contra la Impunidad, que saldrá el 5 de mayo del 2011 de la ciudad de Cuernavaca, Morelos, y llegará al Zócalo de la Ciudad de México el día domingo 8 de mayo de este año.
Aunque es nuestro deseo sincero el marchar a su lado en la demanda de justicia para las víctimas de esta guerra, no nos es posible ir ahora hasta Cuernavaca o a la Ciudad de México.
Pero, de acuerdo a nuestras modestas capacidades, y en el marco de la jornada nacional a la que nos convocan, l@s indígenas zapatistas marcharemos en silencio en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, en ejercicio de nuestros derechos constitucionales, el día 7 de mayo del 2011. Al finalizar la marcha en silencio, diremos nuestra palabra en español y en nuestras lenguas originarias, y después regresaremos a nuestras comunidades, pueblos y parajes.
En nuestra marcha silenciosa llevaremos mantas y carteles con los mensajes de: “Alto a la Guerra de Calderón”, “No más sangre” y “Estamos hasta la madre”.
Le pedimos por favor que haga llegar estas palabras a los familiares de los 49 niños y niñas muertos y los 70 lesionados en la tragedia de la Guardería ABC de Hermosillo, Sonora; a las dignas Madres de Ciudad Juárez; a las familias Le Baron y Reyes Salazar, de Chihuahua; a los familiares y amistades de las víctimas de esta ensoberbecida guerra; a los defensores de los derechos humanos de nacionales y migrantes; y a tod@s l@s convocantes a la Marcha Nacional por la Justicia y contra la Impunidad.
Respondiendo a su llamado de nombrar a las víctimas inocentes, hoy nombramos a las niñas y niños muertos en la Guardería ABC de Hermosillo, Sonora, quienes aún esperan justicia:
María Magdalena Millán García
Andrea Nicole Figueroa
Emilia Fraijo Navarro
Valeria Muñoz Ramos
Sofía Martínez Robles
Fátima Sofía Moreno Escalante
Dafne Yesenia Blanco Losoya
Ruth Nahomi Madrid Pacheco
Denisse Alejandra Figueroa Ortiz
Lucía Guadalupe Carrillo Campos
Jazmín Pamela Tapia Ruiz
Camila Fuentes Cervera
Ana Paula Acosta Jiménez
Monserrat Granados Pérez
Pauleth Daniela Coronado Padilla
Ariadna Aragón Valenzuela
María Fernanda Miranda Hugues
Yoselín Valentina Tamayo Trujillo
Marian Ximena Hugues Mendoza
Nayeli Estefania González Daniel
Ximena Yanes Madrid
Yeseli Nahomi Baceli Meza
Ian Isaac Martínez Valle
Santiago Corona Carranza
Axel Abraham Angulo Cázares
Javier Ángel Merancio Valdez
Andrés Alonso García Duarte
Carlos Alán Santos Martínez
Martín Raymundo de la Cruz Armenta
Julio César Márquez Báez
Jesús Julián Valdez Rivera
Santiago de Jesús Zavala Lemas
Daniel Alberto Gayzueta Cabanillas
Xiunelth Emmanuel Rodríguez García
Aquiles Dreneth Hernández Márquez
Daniel Rafael Navarro Valenzuela
Juan Carlos Rodríguez Othón
Germán Paúl León Vázquez
Bryan Alexander Méndez García
Jesús Antonio Chambert López
Luis Denzel Durazo López
Daré Omar Valenzuela Contreras
Jonathan Jesús de los Reyes Luna
Emily Guadalupe Cevallos Badilla
Juan Israel Fernández Lara
Jorge Sebastián Carrillo González
Ximena Álvarez Cota
Daniela Guadalupe Reyes Carretas
Juan Carlos Rascón Holguín

Para ell@s pedimos justicia.
Porque nosotros sabemos bien que nombrar a los muertos es una forma de no abandonarlos, de no abandonarnos.

Don Javier:
Sepa que también haremos un llamado a nuestr@s compañer@s de La Otra en México y a quienes están en otros países para que se sumen a la movilización que han convocado.
Estaremos atentos a lo que vaya aconteciendo para apoyar en lo que podamos.
Vale. Salud y no olviden que no están sol@s.

Desde las montañas del Sureste Mexicano.
Subcomandante Insurgente Marcos.
México, Abril del 2011

Comunicado del EZLN

COMUNICADO DEL COMITÉ CLANDESTINO REVOLUCIONARIO INDÍGENA-COMANDANCIA GENERAL DEL EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL.
MÉXICO:
Convocatoria a sumarse a la Marcha Nacional por la Justicia y contra la Impunidad





“Un habitante de Los Pinos contempla un atroz crimen,
Se desentiende por un año,
Cambia de puesto a los muebles que
Juegan a ministros y funcionarios
Y se refugia en culpable silencio,
El descastado, en su afán de conservar
La silla que lo monta.
¿Qué le daremos Daré?
Y nuestro niño médico de almas prescribe:
Un corsé de dignidad que la espalda le enderece,
Gotas de verdad para los ojos,
Tabletas de honradez (pero que no se las meta en los bolsillos),
Inyecciones de dignidad que no se compra con dinero
Y el reposo absoluto de sus corruptos hábitos.
Aíslenlo, su enfermedad es contagiosa”.
Juan Carlos Mijangos Noh.
(Fragmento de “49 Globos”,
en memoria de l@s 49 niñ@s muert@s en la Guardería ABC de Hermosillo, Sonora).


AL PUEBLO DE MÉXICO:
A LOS PUEBLOS DEL MUNDO:
A LOS ADHERENTES A LA SEXTA DECLARACIÓN DE LA SELVA LACANDONA Y LA OTRA CAMPAÑA EN MÉXICO:
A LOS ADHERENTES A LA ZEZTA INTERNACIONAL:
HERMANAS Y HERMANOS:
COMPAÑERAS Y COMPAÑEROS:

LA CAMPAÑA MILITAR PSICÓTICA DE FELIPE CALDERÓN HINOJOSA, QUIEN HA CONVERTIDO LA LUCHA CONTRA EL CRIMEN EN UN ARGUMENTO TOTALITARIO PARA, PREMEDITADAMENTE, GENERALIZAR EL MIEDO EN TODO EL PAÍS, SE ENFRENTA AHORA A LAS VOCES DIGNAS Y ORGANIZADAS DE FAMILIARES DE VÍCTIMAS DE ESA GUERRA.
ESTAS VOCES QUE SURGEN DE DIFERENTES RINCONES DE NUESTRO PAÍS NOS CONVOCAN A MOVILIZARNOS Y MANIFESTARNOS PARA DETENER LA LOCURA ORGANIZADA Y DESORGANIZADA QUE ESTÁ COBRANDO VIDAS INOCENTES, QUE SON NUEVAMENTE ASESINADAS AL SER CALIFICADAS, POR LA SIMPLEZA GUBERNAMENTAL, COMO SICARIOS O VÍCTIMAS COLATERALES.
RESPONDIENDO A ESE LLAMADO QUE NACE, ENTRE OTROS, DEL DOLOR DEL COMPAÑERO POETA JAVIER SICILIA, EL EZLN COMUNICA:
PRIMERO.- BASES DE APOYO DEL EZLN MARCHARÁN EN SILENCIO EN LA CIUDAD DE SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS, EL DÍA 7 DE MAYO DEL 2011, PARA SALUDAR Y APOYAR LA DIGNA VOZ QUE RECLAMA JUSTICIA. EL CONTINGENTE ZAPATISTA PARTIRÁ, EN HORAS DE LA TARDE, DE LA CALLE FRENTE AL CIDECI, EN SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, Y MARCHARÁ HASTA LA PLAZA DE LA PAZ, FRENTE A LA CATEDRAL. AL LLEGAR A LA PLAZA SE LEERÁ UN MENSAJE DEL EZLN Y DESPUÉS L@S ZAPATISTAS RETORNARÁN A SUS COMUNIDADES.
SEGUNDO.- SIGUIENDO LA CONVOCATORIA DE LA LLAMADA MARCHA NACIONAL POR LA JUSTICIA Y CONTRA LA IMPUNIDAD, LLAMAMOS A NUESTR@S COMPAÑER@S DE LA OTRA CAMPAÑA EN MÉXICO Y EN EL MUNDO, A L@S INDIVIDU@S, GRUPOS, COLECTIVOS, ORGANIZACIONES, MOVIMIENTOS Y PUEBLOS ORIGINARIOS ADHERENTES A LA SEXTA DECLARACIÓN DE LA SELVA LACANDONA, PARA QUE, EN LA MEDIDA DE SUS POSIBILIDADES Y EN SUS CONDICIONES, SE SUMEN A LA JUSTA DEMANDA DE ESTA MARCHA NACIONAL, SEA ACOMPAÑANDO LA MARCHA CENTRAL QUE PARTE DE LA CIUDAD DE CUERNAVACA, MORELOS, EL DÍA 5 DE MAYO DEL 2011, EN LA CIUDAD DE MÉXICO EL DÍA 8 DE MAYO DEL 2011, O ENTRE LOS DÍAS 5 Y 8 DE MAYO DEL 2011 EN SUS LOCALIDADES MEDIANTE MARCHAS EN SILENCIO CON MANTAS Y CARTELES, MÍTINES, ACTOS CULTURALES, ETC., CON LAS SIGUIENTES CONSIGNAS:
¡ALTO A LA GUERRA DE CALDERÓN!
¡NO MÁS SANGRE!
¡ESTAMOS HASTA LA MADRE DE…!
(donde cada quien complete la frase con sus demandas particulares).
TERCERO.- HACEMOS UN LLAMADO ESPECIAL A NUESTR@S COMPAÑER@S DE LA OTRA EN CHIAPAS PARA QUE SE MANIFIESTEN, EN SILENCIO, JUNTO A NOSOTR@S EL DÍA 7 DE MAYO DEL 2011 Y QUE SE REÚNAN EN EL CIDECI, EN SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS, AL MEDIODÍA, PARA DE AHÍ CAMINAR HASTA LA PLAZA DE LA PAZ.
CUARTO.- CONVOCAMOS A NUESTR@S COMPAÑER@S DE LA ZEZTA INTERNACIONAL A QUE, EN SUS RESPECTIVAS GEOGRAFÍAS Y CALENDARIOS, APOYEN ESTA DEMANDA DE QUE SE DETENGA EL BAÑO DE SANGRE QUE OCURRE EN TIERRAS MEXICANAS Y SE HAGA JUSTICIA A LAS VÍCTIMAS.
QUINTO.- LLAMAMOS TAMBIÉN A LOS PUEBLOS ORIGINARIOS DE MÉXICO, AGRUPADOS EN EL CONGRESO NACIONAL INDÍGENA, A QUE APOYEN ESTA LUCHA POR TERMINAR LA PESADILLA DE SANGRE QUE ENVUELVE NUESTROS SUELOS.
SEXTO.- RESPONDIENDO AL EXHORTO DE NOMBRAR A LAS VÍCTIMAS DE ESTA GUERRA, NOMBRAMOS A LOS ASESINADOS POR UN GRUPO CRIMINAL EN VILLAS DE SALVÁRCAR, CIUDAD JUÁREZ, CHIHUAHUA, A FINALES DE ENERO DEL 2010, Y QUE ESPERAN JUSTICIA:
Marcos Piña Dávila
José Luis Piña Dávila
Rodrigo Cadena Dávila
Juan Carlos Medrano
Horacio Alberto Soto Camargo
José Luis Aguilar Camargo
Yomira Aurora Delgado
Brenda Ivonne Escamilla
José Adrian Encino Hernández
Edgar Martínez Díaz
Jesús Enríquez
Jesús Armando Segovia Ortiz
Carlos Lucio Moreno
Eduardo Becerra.
Jaime Rosales


¡NO ESTÁN SOLOS!
¡DEMOCRACIA!
¡LIBERTAD!
¡JUSTICIA!
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
POR EL COMITÉ CLANDESTINO REVOLUCIONARIO INDÍGENA-COMANDANCIA GENERAL DEL EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL
Subcomandante Insurgente Marcos.
México, Abril del 2011.

Abril 28 de 2011

martes, 26 de abril de 2011

Me duele México

Marcos Roitman Rosenmann
 
Hace unos meses, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense, una colega mexicana, profesora de la UNAM, leía su tesis para obtener el grado de doctora en ciencias políticas. Hoy vive en el Distrito Federal y ejerce como docente. Sin embargo, durante todo el tiempo que duró la tutoría nunca me contó nada de lo que era una tragedia familiar en medio del proceso de elaboración de su tesis. Para mí fue una sorpresa que aquel día y frente al tribunal dedicase la tesis a su hermana, asesinada en Cuernavaca durante un fin de semana en el cual asaltaron la casa donde se hospedaba con una amiga. Los atracadores se llevaron algunas joyas y menos de 2 mil pesos, según me relató más tarde. Sin embargo, el asalto fue violento y con saña. Acribilladas a balazos, murieron su hermana y la amiga. A pesar del dolor y la rabia, había algo que no me era extraño. Su historia no es la primera que escucho en esta dirección. Hace siete años, en el Distrito Federal, la esposa de un colega fue abordada violentamente, mientras su coche frenaba ante un semáforo en rojo. Los asaltantes se introdujeron en el vehículo y la obligaron a ir a su domicilio. Allí, secuestrada y secuestradores esperaron a que llegara su marido. La negociación duró toda la noche, pero hubo acuerdo. A la mañana siguiente uno de los atracadores se quedó con la mujer y otro acompañó al marido al banco. Le desvalijaron las cuentas y de paso se quedaron con el coche. Conseguido el objetivo, se fueron no sin antes decirles: "somos profesionales, no los vamos a matar, sólo sigan nuestras órdenes". Podría seguir narrando historias como éstas, pero tampoco se trata de ello. Sin embargo, todas tienen algo en común: la violencia y la mala fortuna. Estar en el lugar equivocado en el momento inoportuno. A todos les puede tocar, nadie está exento de verse en una situación como la enunciada. Esta parece ser la máxima que anida en la mente de la mayoría de los ciudadanos que pueblan las ciudades en México hoy día. Una especie de pesimismo avalado por los hechos. Ni modo, será que hay que vivir con ello. Familias destrozadas, viudas, huérfanos y vidas tempranamente cercenadas en medio de una ley de la selva es la estela que deja la violencia tan absurda como desmedida. Una pérdida de confianza se une a la desazón que produce la inoperancia de las fuerzas de seguridad del Estado. También víctimas, cuando no cómplices. El virus del narco, el dinero fácil, la buena vida y la impunidad son parte del atractivo de convertirse en transgresores de la ley desde dentro. Por eso el sentimiento de rabia, el sentirse desprotegido, se ha transformado en protesta generalizada. Así, son muchas las razones para dar legitimidad a la expresión acuñada por el poeta Javier Sicilia tras el asesinato de siete personas, entre las cuales estaba su hijo, Juan Francisco. "¡Que se larguen!"

Hoy, la frase es símbolo para todo mexicano bien nacido que pide responsabilidades y justicia. México ha sido secuestrado por plutócratas, gente sin honor, palabra y dignidad. Con un desprecio hacia la democracia y un odio profundo a su pueblo. En este contexto, el "¡ya basta!" enarbolado durante el alzamiento zapatista sigue mostrando toda su vigencia. Ya no es políticamente correcto callar los asesinatos múltiples, el tiro en la cabeza, por la espalda y en medio de la calle, en nombre de los buenos modales. Hacerlo nos acerca a la sumisión y la idiotez.

Hoy se vuelve necesario denunciar un poder político ilegítimo, tanto por origen como por sus métodos. La muerte en manos de sicarios se ha instalado como la fórmula perfecta para mantener el poder. La unidad de intereses y acción entre una élite política corrupta y el crimen organizado pasa factura. Se compran cargos públicos. Diputados, senadores, gobernadores, alcaldes, concejales, jefes de policía, periodistas, académicos, jueces, abogados, fiscales o deportistas. Nada se detiene a su paso. Todos son posibles de corromper y tienen su precio, están a merced de las bandas de narcotraficantes y la mafia. Pero con decirlo seguramente no estoy descubriendo nada nuevo al lector. Siempre ha existido una relación entre el poder político y la mafia. Lo realmente novedoso es la subordinación de la política a los intereses del crimen organizado. Las decisiones sobre megaproyectos, concesiones urbanísticas o privatizaciones no se toman en el parlamento; se hace en yates de lujo, mansiones ideadas para el latrocinio y casas de prostitución. Allí, en medio de orgías, donde los invitados se atiborran de coca, alcohol y sexo, se sellan los pactos para gobernar. Hoy es necesario explicar la relación entre los intereses de los llamados cárteles de la droga y los detentadores del poder político para comprender las formas que adopta la violencia.

Ciudad Juárez. Jóvenes violadas y descuartizadas engrosan la lista de lo que más tarde se convertirá en feminicidio, nombre acuñado para una realidad a la que el Estado no quiere hacer frente. Le vuelve la espalda y habla de reyertas callejeras, ajuste de cuentas entre bandas y drogadictos. Pero la realidad es otra. Naciones Unidas y Amnistía Internacional hablan de acciones premeditadas de grupos organizados en trata de blancas y esclavitud infantil. Los datos son terribles. Entre 1993 y 2002 hubo más de 400 mujeres mutiladas y asesinadas. Y sólo entre 2009 y 2010 la cifra se elevó a 423. Según Marcela Lagarde, perteneciente a la Red de investigadoras por la vida y la libertad de las mujeres, habría más de 10 mil mujeres y niñas en la primera década del siglo XXI muertas por violencia de género. A ese dato hay que sumar la edad de las víctimas, que según el Observatorio Nacional del Feminicidio oscila entre 21 y 40 años en más de 50 por ciento de los casos.

Siento un profundo cariño y amor por México, su pueblo y sus luchas, y por ello me adhiero, desde el respeto, al llamado del poeta Javier Sicilia, desde Madrid, elevando mi voz y declamando: "¡Que se vayan!" México no merece ser gobernado por una panda de crápulas cuyo único fin consiste en matar a sus mejores hijos. Por ello me duele México.

http://www.jornada.unam.mx/2011/04/26/index.php?section=opinion&article=020a1mun

Retrato de mujer, Gonzalo Rojas

Retrato de mujer

Siempre estará la noche, mujer, para mirarte cara a cara,
sola en tu espejo, libre de marido, desnuda
en la exacta y terrible realidad del gran vértigo
que te destruye. Siempre vas a tener tu noche y tu cuchillo,
y el frívolo teléfono para escuchar mi adiós de un solo tajo.

Te juré no escribirte. Por eso estoy llamándote en el aire
para decirte nada, como dice el vacío: nada, nada,
sino lo mismo y siempre lo mismo de lo mismo
que nunca me oyes, eso que no me entiendes nunca,
aunque las venas te arden de eso que estoy diciendo.

Ponte el vestido rojo que le viene a tu boca y a tu sangre,
y quémame en el último cigarrillo del miedo
al gran amor, y vete descalza por el aire que viniste
con la herida visible de tu belleza. Lástima
de la que llora y llora en la tormenta.

No te me mueras. Voy a pintarte tu rostro en un relámpago
tal como eres: dos ojos para ver lo visible y lo invisible,
una nariz arcángel y una boca animal, y una sonrisa
que me perdona, y algo sagrado y sin edad que vuela de tu frente,
mujer, y me estremece, porque tu rostro es rostro del Espíritu.

Vienes y vas, y adoras al mar que te arrebata con su espuma,
y te quedas inmóvil, oyendo que te llamo en el abismo
de la noche, y me besas lo mismo que una ola.
Enigma fuiste. Enigma serás. No volarás
conmigo. Aquí, mujer, te dejo tu figura.

(1957)
De Contra la muerte, 1964.

http://www.gonzalorojas.uchile.cl/antologia/index.html