Espacio para compartir experiencias, historias y documentos que nos ayuden a ver la vida de los pueblos del mundo como una constante lucha contra quienes quieren hacer de la Vida Digna y el Buen Vivir Objetos Prohibidos.
domingo, 29 de abril de 2012
Huelga
Quiero una huelga donde
vayamos todos.
Una huelga de brazos, piernas,
de cabellos,
una huelga naciendo en cada
cuerpo.
Quiero una huelga
de obreros de palomas
de choferes de flores
de técnicos de niños
de médicos de mujeres.
Quiero una huelga grande,
que hasta el amor alcance.
Una huelga donde todo se
detenga,
el reloj las fábricas
el plantel los colegios
el bus los hospitales
la carretera los puertos.
Una huelga de ojos, de manos
y de besos.
Una huelga donde respirar no
sea permitido,
una huelga donde nazca el
silencio
para oír los pasos del tirano que
se marcha.
Gioconda Belli
sábado, 28 de abril de 2012
Ojalá
Ojalá seamos dignos de la desesperada esperanza.
Ojalá podamos tener el coraje de estar solos y la valentía de arriesgarnos a estar juntos, porque de nada sirve un diente fuera de la boca, ni un dedo fuera de la mano.
Ojalá podamos ser desobedientes, cada vez que recibimos órdenes que humillan nuestra conciencia o violan nuestro sentido común.
Ojalá podamos merecer que nos llamen locos, como han sido llamadas locas las Madres de Plaza de Mayo, por cometer la locura de negarnos a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.
Ojalá podamos ser tan porfiados para seguir creyendo, contra toda evidencia, que la condición humana vale la pena, porque hemos sido mal hechos, pero no estamos terminados.
Ojalá podamos ser capaces de seguir caminando los caminos del viento, a pesar de las caídas y las traiciones y las derrotas, porque la historia continúa, más allá de nosotros, y cuando ella dice adiós, está diciendo: hasta luego.
Ojalá podamos mantener viva la certeza de que es posible ser compatriota y contemporáneo de todo aquel que viva animado por la voluntad de justicia y la voluntad de belleza, nazca donde nazca y viva cuando viva, porque no tienen fronteras los mapas del alma ni del tiempo.
Eduardo Galeano
jueves, 26 de abril de 2012
Lo que hay que decir
Por qué guardo silencio, demasiado tiempo,
sobre lo que es manifiesto y se utilizaba
en juegos de guerra a cuyo final, supervivientes,
solo acabamos como notas a pie de página.
Es el supuesto derecho a un ataque preventivo
el que podría exterminar al pueblo iraní,
subyugado y conducido al júbilo organizado
por un fanfarrón,
porque en su jurisdicción se sospecha
la fabricación de una bomba atómica.
Pero ¿por qué me prohíbo nombrar
a ese otro país en el que
desde hace años —aunque mantenido en secreto—
se dispone de un creciente potencial nuclear,
fuera de control, ya que
es inaccesible a toda inspección?
El silencio general sobre ese hecho,
al que se ha sometido mi propio silencio,
lo siento como gravosa mentira
y coacción que amenaza castigar
en cuanto no se respeta;
“antisemitismo” se llama la condena.
Ahora, sin embargo, porque mi país,
alcanzado y llamado a capítulo una y otra vez
por crímenes muy propios
sin parangón alguno,
de nuevo y de forma rutinaria, aunque
enseguida calificada de reparación,
va a entregar a Israel otro submarino cuya especialidad
es dirigir ojivas aniquiladoras
hacia donde no se ha probado
la existencia de una sola bomba,
aunque se quiera aportar como prueba el temor...
digo lo que hay que decir.
¿Por qué he callado hasta ahora?
Porque creía que mi origen,
marcado por un estigma imborrable,
me prohibía atribuir ese hecho, como evidente,
al país de Israel, al que estoy unido
y quiero seguir estándolo.
¿Por qué solo ahora lo digo,
envejecido y con mi última tinta:
Israel, potencia nuclear, pone en peligro
una paz mundial ya de por sí quebradiza?
Porque hay que decir
lo que mañana podría ser demasiado tarde,
y porque —suficientemente incriminados como alemanes—
podríamos ser cómplices de un crimen
que es previsible, por lo que nuestra parte de culpa
no podría extinguirse
con ninguna de las excusas habituales.
Lo admito: no sigo callando
porque estoy harto
de la hipocresía de Occidente; cabe esperar además
que muchos se liberen del silencio, exijan
al causante de ese peligro visible que renuncie
al uso de la fuerza e insistan también
en que los gobiernos de ambos países permitan
el control permanente y sin trabas
por una instancia internacional
del potencial nuclear israelí
y de las instalaciones nucleares iraníes.
Solo así podremos ayudar a todos, israelíes y palestinos,
más aún, a todos los seres humanos que en esa región
ocupada por la demencia
viven enemistados codo con codo,
odiándose mutuamente,
y en definitiva también ayudarnos.
sobre lo que es manifiesto y se utilizaba
en juegos de guerra a cuyo final, supervivientes,
solo acabamos como notas a pie de página.
Es el supuesto derecho a un ataque preventivo
el que podría exterminar al pueblo iraní,
subyugado y conducido al júbilo organizado
por un fanfarrón,
porque en su jurisdicción se sospecha
la fabricación de una bomba atómica.
Pero ¿por qué me prohíbo nombrar
a ese otro país en el que
desde hace años —aunque mantenido en secreto—
se dispone de un creciente potencial nuclear,
fuera de control, ya que
es inaccesible a toda inspección?
El silencio general sobre ese hecho,
al que se ha sometido mi propio silencio,
lo siento como gravosa mentira
y coacción que amenaza castigar
en cuanto no se respeta;
“antisemitismo” se llama la condena.
Ahora, sin embargo, porque mi país,
alcanzado y llamado a capítulo una y otra vez
por crímenes muy propios
sin parangón alguno,
de nuevo y de forma rutinaria, aunque
enseguida calificada de reparación,
va a entregar a Israel otro submarino cuya especialidad
es dirigir ojivas aniquiladoras
hacia donde no se ha probado
la existencia de una sola bomba,
aunque se quiera aportar como prueba el temor...
digo lo que hay que decir.
¿Por qué he callado hasta ahora?
Porque creía que mi origen,
marcado por un estigma imborrable,
me prohibía atribuir ese hecho, como evidente,
al país de Israel, al que estoy unido
y quiero seguir estándolo.
¿Por qué solo ahora lo digo,
envejecido y con mi última tinta:
Israel, potencia nuclear, pone en peligro
una paz mundial ya de por sí quebradiza?
Porque hay que decir
lo que mañana podría ser demasiado tarde,
y porque —suficientemente incriminados como alemanes—
podríamos ser cómplices de un crimen
que es previsible, por lo que nuestra parte de culpa
no podría extinguirse
con ninguna de las excusas habituales.
Lo admito: no sigo callando
porque estoy harto
de la hipocresía de Occidente; cabe esperar además
que muchos se liberen del silencio, exijan
al causante de ese peligro visible que renuncie
al uso de la fuerza e insistan también
en que los gobiernos de ambos países permitan
el control permanente y sin trabas
por una instancia internacional
del potencial nuclear israelí
y de las instalaciones nucleares iraníes.
Solo así podremos ayudar a todos, israelíes y palestinos,
más aún, a todos los seres humanos que en esa región
ocupada por la demencia
viven enemistados codo con codo,
odiándose mutuamente,
y en definitiva también ayudarnos.
Günter Grass
MÁS ALLÁ DEL HORIZONTE
Celebro que Amnistía Internacional esté ampliando y profundizando su lucha por la plenitud de los derechos humanos.
Ojalá que esto nos ayude a que nunca más se acepte la pobreza como si fuera costumbre, porque la pobreza es una maldición que mata callando, sin bombas que estallen ni balazos que aturdan,
Y que el desarrollo económico se deje de desarrollar la injusticia en un mundo que ya padece mil millones de hambrientos,
Y que este mundo ya no sea un barco que viaja con más náufragos que navegantes,
Y que los países pobres dejen de obedecer las órdenes del mercado mundial, y que sus inmensos cultivos de exportación no sigan convirtiendo a los campesinos y a los pescadores en mendigos,
Y que nos dejemos de confundir el progreso con el exterminio de la tierra, el agua y el aire, que expulsa a los pobres y los condena a ser vagabundos sin patria,
Y que este mundo enamorado de la muerte destine a la dignidad humana los miles de millones de dólares cada día destinados a la industria militar, que es el nombre artístico de la industria del crimen,
Y que nos dejemos de preocuparnos tanto por dar de comer a los autos y empecemos a dar de comer a las personas,
Y que empecemos a entender que los quince niños que cada minuto mueren de hambre o enfermedad curable no mueren de muerte natural, sino que son asesinados,
Y que empecemos a entender que el asesino es el sistema que se dedica a matar hambrientos en lugar de matar el hambre, porque está en guerra contra los pobres y no contra la pobreza,
Y que la riqueza se deje de comer pobreza, como si fuera la cosa más natural del mundo, porque ¿qué sería de la riqueza sin brazos baratos para trabajar y sin países baratos que comprar?
Y que nos dejemos de aceptar que los pobres vayan presos por ser pobres, como si fuera la cosa más natural del mundo, porque si no fueran pobres, robando se convertirían en prósperos banqueros y matando llegarían a ser condecorados generales,
Y que los países más poderosos del mundo, cuyo bienestar proviene en gran medida de la humillación de los demás, se dejen de tomarnos el pelo,
y que se dejen de mentir los numeritos de las estadísticas,
y que se dejen de firmar compromisos que jamás cumplirán prometiendo reducir la pobreza, mejorar la salud, salvar el ambiente, proteger los derechos humanos y salvar la paz universal,
y que sus actos ya no confirmen el viejo proverbio francés que dice que la hipocresía es el impuesto que el vicio paga a la virtud.
Y que al menos sean un poquito menos hipócritas, ya que no saben ser más justos.
Ojalá que esto nos ayude a que nunca más se acepte la pobreza como si fuera costumbre, porque la pobreza es una maldición que mata callando, sin bombas que estallen ni balazos que aturdan,
Y que el desarrollo económico se deje de desarrollar la injusticia en un mundo que ya padece mil millones de hambrientos,
Y que este mundo ya no sea un barco que viaja con más náufragos que navegantes,
Y que los países pobres dejen de obedecer las órdenes del mercado mundial, y que sus inmensos cultivos de exportación no sigan convirtiendo a los campesinos y a los pescadores en mendigos,
Y que nos dejemos de confundir el progreso con el exterminio de la tierra, el agua y el aire, que expulsa a los pobres y los condena a ser vagabundos sin patria,
Y que este mundo enamorado de la muerte destine a la dignidad humana los miles de millones de dólares cada día destinados a la industria militar, que es el nombre artístico de la industria del crimen,
Y que nos dejemos de preocuparnos tanto por dar de comer a los autos y empecemos a dar de comer a las personas,
Y que empecemos a entender que los quince niños que cada minuto mueren de hambre o enfermedad curable no mueren de muerte natural, sino que son asesinados,
Y que empecemos a entender que el asesino es el sistema que se dedica a matar hambrientos en lugar de matar el hambre, porque está en guerra contra los pobres y no contra la pobreza,
Y que la riqueza se deje de comer pobreza, como si fuera la cosa más natural del mundo, porque ¿qué sería de la riqueza sin brazos baratos para trabajar y sin países baratos que comprar?
Y que nos dejemos de aceptar que los pobres vayan presos por ser pobres, como si fuera la cosa más natural del mundo, porque si no fueran pobres, robando se convertirían en prósperos banqueros y matando llegarían a ser condecorados generales,
Y que los países más poderosos del mundo, cuyo bienestar proviene en gran medida de la humillación de los demás, se dejen de tomarnos el pelo,
y que se dejen de mentir los numeritos de las estadísticas,
y que se dejen de firmar compromisos que jamás cumplirán prometiendo reducir la pobreza, mejorar la salud, salvar el ambiente, proteger los derechos humanos y salvar la paz universal,
y que sus actos ya no confirmen el viejo proverbio francés que dice que la hipocresía es el impuesto que el vicio paga a la virtud.
Y que al menos sean un poquito menos hipócritas, ya que no saben ser más justos.
Eduardo Galeano
miércoles, 25 de abril de 2012
Dice Bertold
“No, no aceptes lo habitual como cosa natural. Porque en tiempos de desorden, de confusión organizada, de humanidad deshumanizada, nada debe parecer natural. Nada debe parecer imposible de cambiar.”
Bertolt Brecht
Para
quienes no la pudieron escuchar en vivo: el audio de la grandiosa
entrevista (charla, plática, palabreada...) que diera Eduardo hoy 25 de abril en la
Radio Nacional de Argentina.
Eduardo leyó como queriéndonos y Serrat y el presidente Mujica le dieron sus amorosos saludos. La mitad de la entrevista es pura risa.
¡Disfrútenla!
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