Conversatorio en Salud Colectiva: "Soberania Alimentaria"
Conversatorio en Salud Colectiva: "Alegremia"
Espacio para compartir experiencias, historias y documentos que nos ayuden a ver la vida de los pueblos del mundo como una constante lucha contra quienes quieren hacer de la Vida Digna y el Buen Vivir Objetos Prohibidos.
miércoles, 17 de septiembre de 2014
martes, 16 de septiembre de 2014
lunes, 15 de septiembre de 2014
Manifiesto zapatista
"Todos aquellos pueblos, todos esos que
trabajan la tierra, a los que nosotros invitamos que se reúnan a nuestro
lado y nosotros daremos la vida a una sola lucha, para que nosotros andemos
con ayuda de vosotros.
Que sigamos luchando y no descansemos y propiedad
nuestra será la tierra, propiedad de gentes, la que fue de nuestros
abuelitos, y que dedos de patas de piedra que machacan nos ha arrebatado,
a la sombra de aquellos que han pasado, que mucho mandan: que nosotros juntos
pongamos en alto, con la mano en sitio elevado y con la fuerza de nuestro
corazón, ese hermoso que se toma para ser visto, se dice estandarte
de nuestra dignidad y nuestra libertad de nosotros trabajadores de la tierra;
que sigamos luchando y venzamos a aquellos que de nuevo se han encumbrado,
de los que ayudan a los que han quitado tierra a otros, de los que para sí
gran dinero hacen con el trabajo de los que son como nosotros, y de aquellos
burladores en las haciendas, ése es nuestro deber de honra, si nosotros
queremos que nos llamen hombres de buena vida, y bien en verdad buenos habitantes
del pueblo.
Ahora pues, de algún modo, más
que nunca, se necesita que todos andemos unidos, con todo nuestro corazón,
y con todo nuestro empeño, en ese gran trabajo de la unificación
maravillosa, bien verdadera, de aquellos que empezaron la lucha, que guardan
en su corazón puros esos principios y no pierden la fe de la vida buena.
Nosotros rogamos a aquel a cuya mano se acerque
este manifiesto que lo haga pasar a todos los hombres de esos pueblos.
"Reforma, Libertad, Justicia y Ley.
El General en Jefe del Ejército Libertador
del Sur
Emiliano Zapata.
Cuarta Declaración de la Selva Lacandona. Fragmento
Al pueblo de México:
A los pueblos y gobiernos del mundo:
Hermanos:
No morirá la flor de la palabra. Podrá morir el rostro oculto de quien la nombra hoy, pero la palabra que vino desde el fondo de la historia y de la tierra ya no podrá ser arrancada por la soberbia del poder.
Nosotros nacimos de la noche. En ella vivimos. Moriremos en ella. Pero la luz será mañana para los más, para todos aquellos que hoy lloran la noche, para quienes se niega el día, para quienes es regalo la muerte, para quienes está prohibida la vida. Para todos la luz. Para todos todo. Para nosotros el dolor y la angustia, para nosotros la alegre rebeldía, para nosotros el futuro negado, para nosotros la dignidad insurrecta. Para nosotros nada.
Nuestra lucha es por hacernos escuchar, y el mal gobierno grita soberbia y tapa con cañones sus oídos.
Nuestra lucha es por el hambre, y el mal gobierno regala plomo y papel a los estómagos de nuestros hijos.
Nuestra lucha es por un techo digno, y el mal gobierno destruye nuestra casa y nuestra historia.
Nuestra lucha es por el saber, y el mal gobierno reparte ignorancia y desprecio.
Nuestra lucha es por la tierra, y el mal gobierno ofrece cementerios.
Nuestra lucha es por un trabajo justo y digno, y el mal gobierno compra y vende cuerpos y vergenzas.
Nuestra lucha es por la vida, y el mal gobierno oferta muerte como futuro.
Nuestra lucha es por el respeto a nuestro derecho a gobernar y gobernarnos, y el mal gobierno impone a los más la ley de los menos.
Nuestra lucha es por la libertad para el pensamiento y el caminar, y el mal gobierno pone cárceles y tumbas.
Nuestra lucha es por la justicia, y el mal gobierno se llena de criminales y asesinos.
Nuestra lucha es por la historia, y el mal gobierno propone olvido.
Nuestra lucha es por la Patria, y el mal gobierno sueña con la bandera y la lengua extranjeras.
Nuestra lucha es por la paz, y el mal gobierno anuncia guerra y destrucción.
Techo, tierra, trabajo, pan, salud, educación, independencia, democracia, libertad, justicia y paz. Estas fueron nuestras banderas en la madrugada de 1994. Estas fueron nuestras demandas en la larga noche de los 500 años. Estas son, hoy, nuestras exigencias.
Nuestra sangre y la palabra nuestra encendieron un fuego pequeñito en la montaña y lo caminamos rumbo a la casa del poder y del dinero. Hermanos y hermanas de otras razas y otras lenguas, de otro color y mismo corazón, protegieron nuestra luz y en ella bebieron sus respectivos fuegos.
Vino el poderoso a apagarnos con su fuerte soplido, pero nuestra luz se creció en otras luces. Sueña el rico con apagar la luz primera. Es inútil, hay ya muchas luces y todas son primeras.
Quiere el soberbio apagar una rebeldía que su ignorancia ubica en el amanecer de 1994. Pero la rebeldía que hoy tiene rostro moreno y lengua verdadera, no se nació ahora. Antes habló con otras lenguas y en otras tierras. En muchas montañas y muchas historias ha caminado la rebeldía contra la injusticia. Ha hablado ya en lengua náhuatl, paipai, kiliwa, cúcapa, cochimi, kumiai, yuma, seri, chontal, chinanteco, pame, chichimeca, otomí, mazahua, matlazinca, ocuilteco, zapoteco, solteco, chatino, papabuco, mixteco, cuicateco, triqui, amuzgo, mazateco, chocho, izcateco, huave, tlapaneco, totonaca, tepehua, popoluca, mixe, zoque, huasteco, lacandón, maya, chol, tzeltal, tzotzil, tojolabal, mame, teco, ixil, aguacateco, motocintleco, chicomucelteco, kanjobal, jacalteco, quiché, cakchiquel, ketchi, pima, tepehuán, tarahumara, mayo, yaqui, cahíta, ópata, cora, huichol, purépecha y kikapú. Habló y habla la castilla. La rebeldía no es cosa de lengua, es cosa de dignidad y de ser humanos.
Por trabajar nos matan, por vivir nos matan. No hay lugar para nosotros en el mundo del poder. Por luchar nos matarán, pero así nos haremos un mundo donde nos quepamos todos y todos nos vivamos sin muerte en la palabra. Nos quieren quitar la tierra para que ya no tenga suelo nuestro paso. Nos quieren quitar la historia para que en el olvido se muera nuestra palabra. No nos quieren indios. Muertos nos quieren.
Para el poderoso nuestro silencio fue su deseo. Callando nos moríamos, sin palabra no existíamos. Luchamos para hablar contra el olvido, contra la muerte, por la memoria y por la vida. Luchamos por el miedo a morir la muerte del olvido.
Hablando en su corazón indio, la Patria sigue digna y con memoria.
A los pueblos y gobiernos del mundo:
Hermanos:
No morirá la flor de la palabra. Podrá morir el rostro oculto de quien la nombra hoy, pero la palabra que vino desde el fondo de la historia y de la tierra ya no podrá ser arrancada por la soberbia del poder.
Nosotros nacimos de la noche. En ella vivimos. Moriremos en ella. Pero la luz será mañana para los más, para todos aquellos que hoy lloran la noche, para quienes se niega el día, para quienes es regalo la muerte, para quienes está prohibida la vida. Para todos la luz. Para todos todo. Para nosotros el dolor y la angustia, para nosotros la alegre rebeldía, para nosotros el futuro negado, para nosotros la dignidad insurrecta. Para nosotros nada.
Nuestra lucha es por hacernos escuchar, y el mal gobierno grita soberbia y tapa con cañones sus oídos.
Nuestra lucha es por el hambre, y el mal gobierno regala plomo y papel a los estómagos de nuestros hijos.
Nuestra lucha es por un techo digno, y el mal gobierno destruye nuestra casa y nuestra historia.
Nuestra lucha es por el saber, y el mal gobierno reparte ignorancia y desprecio.
Nuestra lucha es por la tierra, y el mal gobierno ofrece cementerios.
Nuestra lucha es por un trabajo justo y digno, y el mal gobierno compra y vende cuerpos y vergenzas.
Nuestra lucha es por la vida, y el mal gobierno oferta muerte como futuro.
Nuestra lucha es por el respeto a nuestro derecho a gobernar y gobernarnos, y el mal gobierno impone a los más la ley de los menos.
Nuestra lucha es por la libertad para el pensamiento y el caminar, y el mal gobierno pone cárceles y tumbas.
Nuestra lucha es por la justicia, y el mal gobierno se llena de criminales y asesinos.
Nuestra lucha es por la historia, y el mal gobierno propone olvido.
Nuestra lucha es por la Patria, y el mal gobierno sueña con la bandera y la lengua extranjeras.
Nuestra lucha es por la paz, y el mal gobierno anuncia guerra y destrucción.
Techo, tierra, trabajo, pan, salud, educación, independencia, democracia, libertad, justicia y paz. Estas fueron nuestras banderas en la madrugada de 1994. Estas fueron nuestras demandas en la larga noche de los 500 años. Estas son, hoy, nuestras exigencias.
Nuestra sangre y la palabra nuestra encendieron un fuego pequeñito en la montaña y lo caminamos rumbo a la casa del poder y del dinero. Hermanos y hermanas de otras razas y otras lenguas, de otro color y mismo corazón, protegieron nuestra luz y en ella bebieron sus respectivos fuegos.
Vino el poderoso a apagarnos con su fuerte soplido, pero nuestra luz se creció en otras luces. Sueña el rico con apagar la luz primera. Es inútil, hay ya muchas luces y todas son primeras.
Quiere el soberbio apagar una rebeldía que su ignorancia ubica en el amanecer de 1994. Pero la rebeldía que hoy tiene rostro moreno y lengua verdadera, no se nació ahora. Antes habló con otras lenguas y en otras tierras. En muchas montañas y muchas historias ha caminado la rebeldía contra la injusticia. Ha hablado ya en lengua náhuatl, paipai, kiliwa, cúcapa, cochimi, kumiai, yuma, seri, chontal, chinanteco, pame, chichimeca, otomí, mazahua, matlazinca, ocuilteco, zapoteco, solteco, chatino, papabuco, mixteco, cuicateco, triqui, amuzgo, mazateco, chocho, izcateco, huave, tlapaneco, totonaca, tepehua, popoluca, mixe, zoque, huasteco, lacandón, maya, chol, tzeltal, tzotzil, tojolabal, mame, teco, ixil, aguacateco, motocintleco, chicomucelteco, kanjobal, jacalteco, quiché, cakchiquel, ketchi, pima, tepehuán, tarahumara, mayo, yaqui, cahíta, ópata, cora, huichol, purépecha y kikapú. Habló y habla la castilla. La rebeldía no es cosa de lengua, es cosa de dignidad y de ser humanos.
Por trabajar nos matan, por vivir nos matan. No hay lugar para nosotros en el mundo del poder. Por luchar nos matarán, pero así nos haremos un mundo donde nos quepamos todos y todos nos vivamos sin muerte en la palabra. Nos quieren quitar la tierra para que ya no tenga suelo nuestro paso. Nos quieren quitar la historia para que en el olvido se muera nuestra palabra. No nos quieren indios. Muertos nos quieren.
Para el poderoso nuestro silencio fue su deseo. Callando nos moríamos, sin palabra no existíamos. Luchamos para hablar contra el olvido, contra la muerte, por la memoria y por la vida. Luchamos por el miedo a morir la muerte del olvido.
Hablando en su corazón indio, la Patria sigue digna y con memoria.
El país que no se ha rendido
El país que no se ha rendido
Viva el país que no se ha rendido.
Vivan sus playas públicas. Viva su mar soberano. Viva su atmósfera libre. Vivan las tierras que no serán convertidas en negocio aeroportuario.
Vivan los bosques que no ceden al golpe de la motosierra. Viva el filón de mineral defendido por sus legítimos dueños. Viva el río que absorbe la descarga tóxica y no envenena a los sedientos. Vivan los lagos cómplices de los pescadores.
Vivan los pescadores, los comuneros, los ejidatarios, que resisten los proyectos depredadores. Vivan quienes difunden las luchas contra el acueducto, la hidroeléctrica, el teleférico, el parque de diversiones, el campo de golf, la mina a cielo abierto, la supercarretera, la perforación destructiva, la construcción devastadora.
Vivan los caminos libres que comunican sin lucrar, las represas que iluminan sin destruir el entorno, las canteras que entregan su materia para construir escuelas y hospitales.
Vivan las cosechas sin transgénico.
Vivan los campesinos que no sienten vergüenza de su condición. Vivan los trabajadores que no aspiran a ser potentados. Vivan las profesionistas que defienden la dignidad de su trabajo.
Vivan los burócratas que se consagran a servir a la sociedad antes que a sus jefes. Vivan los políticos que no traicionan a sus representados.
Vivan los barrios. Vivan las vecindades. Vivan los multifamiliares. Vivan los caseríos. Vivan los mercados. Vivan los centros de salud y los planteles escolares, los parques y las plazas públicas.
Viva la palabra verdadera. Viva el discurso que esclarece. Viva el libro que rescata la memoria. Vivan quienes difunden el antídoto de la verdad contra la intoxicación televisiva y la propaganda mentirosa. Viva la oración de la esperanza y la maldición pronunciada ante toda injusticia.
Vivan las indignadas, los escépticos, las que se organizan, los manifestantes, las que informan, quienes siguen buscando a sus desaparecidos, los que no olvidan a sus muertos, quienes no han matado a nadie, las que dan vida, los que le cierran los ojos al cadáver de un desconocido.
Vivan las que bordan en pañuelos los nombres de las víctimas, quienes se aferran a la vida aunque cada año pongan nuevas fotos en su altar de muertos.
Vivan los jubilados y las viudas a quienes les robaron la pensión; los asalariados a los que no les alcanza el salario; los causantes a los que el Fisco les arrebata el ingreso; los productores sin mercado; los comerciantes que se quedaron sin clientela; los jóvenes que no tienen escuela; los pacientes sin cama; los campesinos despojados de sus tierras; los científicos sin laboratorio; los escritores sin computadora; los plomeros sin herramienta; las costureras sin tela; los cocineros sin comida; los pintores sin pintura; los obreros traicionados por sus dirigentes sindicales; los que son tratados como delincuentes porque combatieron a la delincuencia; los que no pierden la claridad aunque no tengan para pagar la luz.
Vivan las comunidades zapatistas. Vivan los yaquis que defienden el agua. Viva Temacapulín. Vivan los resistentes de Cholula. Viva Wirikuta. Viva San Salvador Atenco. Vivan las policías comunitarias. Vivan Las Patronas. Vivan los defensores de derechos humanos. Viva el SME. Vivan los trabajadores de Mexicana. Vivan los sindicatos universitarios.
Vivan las universidades y los hospitales públicos. Vivan los caminos públicos. Vivan los medios públicos.
Viva La Jornada en sus 30 años.
Viva la América Latina soberana que espera nuestro regreso a sus filas.
Viva Cuauhtémoc. Viva Gonzalo Guerrero. Viva Bartolomé de las Casas. Viva Francisco Tenamaztle. Viva Jacinto Canek. Viva Vasco de Quiroga. Viva Gaspar Yanga. Viva Gabriel Teporaca. Viva fray Servando Teresa de Mier. Viva Francisco Primo de Verdad. Viva Miguel Hidalgo. Viva Josefa Ortiz de Domínguez. Viva José María Morelos. Viva Leona Vicario. Viva Epigmenio González. Viva Francisco Xavier Mina. Viva Vicente Guerrero. Viva el Batallón de San Patricio. Viva Benito Juárez. Viva Guillermo Prieto. Viva Ignacio Zaragoza. Viva José Santos Degollado. Viva Melchor Ocampo. Viva Mariano Escobedo. Viva Vicente Riva Palacio. Viva Ignacio Manuel Altamirano. Vivan Ricardo y Enrique Flores Magón. Viva Juana Belén. Viva Emiliano Zapata. Viva María Arias Bernal. Viva Aquiles Serdán. Viva Belisario Domínguez. Viva Francisco Villa. Viva Elisa Acuña. Viva Antonio Díaz Soto y Gama. Viva María Talavera. Viva Elisa Griensen. Viva Felipe Carrillo Puerto. Viva Lázaro Cárdenas. Viva Francisco J. Múgica. Viva Heriberto Jara. Viva Rubén Jaramillo. Viva Benita Galeana. Viva Valentín Campa. Viva Demetrio Vallejo. Vivan Frida Kahlo y Diego Rivera. Viva José Revueltas. Viva Sergio Méndez Arceo. Viva Heberto Castillo. Viva Carlos Montemayor. Viva Carlos Monsiváis. Viva Bety Cariño. Viva Samuel Ruiz. Viva Carlos Fuentes. Viva Arnoldo Martínez Verdugo. Viva José María Pérez Gay. Viva Daniel Cazés. Viva José Emilio Pacheco. Viva Arnaldo Córdoba.
Vivan la imaginación y el amor. Vivan la dignidad y la honestidad. Vivan la congruencia y la persistencia. Viva la vida.
Viva México.
Viva México.
Viva México.
http://navegaciones.blogspot.mx/2014/09/el-pais-que-no-se-ha-rendido.html
Viva el país que no se ha rendido.
Vivan sus playas públicas. Viva su mar soberano. Viva su atmósfera libre. Vivan las tierras que no serán convertidas en negocio aeroportuario.
Vivan los bosques que no ceden al golpe de la motosierra. Viva el filón de mineral defendido por sus legítimos dueños. Viva el río que absorbe la descarga tóxica y no envenena a los sedientos. Vivan los lagos cómplices de los pescadores.
Vivan los pescadores, los comuneros, los ejidatarios, que resisten los proyectos depredadores. Vivan quienes difunden las luchas contra el acueducto, la hidroeléctrica, el teleférico, el parque de diversiones, el campo de golf, la mina a cielo abierto, la supercarretera, la perforación destructiva, la construcción devastadora.
Vivan los caminos libres que comunican sin lucrar, las represas que iluminan sin destruir el entorno, las canteras que entregan su materia para construir escuelas y hospitales.
Vivan las cosechas sin transgénico.
Vivan los campesinos que no sienten vergüenza de su condición. Vivan los trabajadores que no aspiran a ser potentados. Vivan las profesionistas que defienden la dignidad de su trabajo.
Vivan los burócratas que se consagran a servir a la sociedad antes que a sus jefes. Vivan los políticos que no traicionan a sus representados.
Vivan los barrios. Vivan las vecindades. Vivan los multifamiliares. Vivan los caseríos. Vivan los mercados. Vivan los centros de salud y los planteles escolares, los parques y las plazas públicas.
Viva la palabra verdadera. Viva el discurso que esclarece. Viva el libro que rescata la memoria. Vivan quienes difunden el antídoto de la verdad contra la intoxicación televisiva y la propaganda mentirosa. Viva la oración de la esperanza y la maldición pronunciada ante toda injusticia.
Vivan las indignadas, los escépticos, las que se organizan, los manifestantes, las que informan, quienes siguen buscando a sus desaparecidos, los que no olvidan a sus muertos, quienes no han matado a nadie, las que dan vida, los que le cierran los ojos al cadáver de un desconocido.
Vivan las que bordan en pañuelos los nombres de las víctimas, quienes se aferran a la vida aunque cada año pongan nuevas fotos en su altar de muertos.
Vivan los jubilados y las viudas a quienes les robaron la pensión; los asalariados a los que no les alcanza el salario; los causantes a los que el Fisco les arrebata el ingreso; los productores sin mercado; los comerciantes que se quedaron sin clientela; los jóvenes que no tienen escuela; los pacientes sin cama; los campesinos despojados de sus tierras; los científicos sin laboratorio; los escritores sin computadora; los plomeros sin herramienta; las costureras sin tela; los cocineros sin comida; los pintores sin pintura; los obreros traicionados por sus dirigentes sindicales; los que son tratados como delincuentes porque combatieron a la delincuencia; los que no pierden la claridad aunque no tengan para pagar la luz.
Vivan las comunidades zapatistas. Vivan los yaquis que defienden el agua. Viva Temacapulín. Vivan los resistentes de Cholula. Viva Wirikuta. Viva San Salvador Atenco. Vivan las policías comunitarias. Vivan Las Patronas. Vivan los defensores de derechos humanos. Viva el SME. Vivan los trabajadores de Mexicana. Vivan los sindicatos universitarios.
Vivan las universidades y los hospitales públicos. Vivan los caminos públicos. Vivan los medios públicos.
Viva La Jornada en sus 30 años.
Viva la América Latina soberana que espera nuestro regreso a sus filas.
Viva Cuauhtémoc. Viva Gonzalo Guerrero. Viva Bartolomé de las Casas. Viva Francisco Tenamaztle. Viva Jacinto Canek. Viva Vasco de Quiroga. Viva Gaspar Yanga. Viva Gabriel Teporaca. Viva fray Servando Teresa de Mier. Viva Francisco Primo de Verdad. Viva Miguel Hidalgo. Viva Josefa Ortiz de Domínguez. Viva José María Morelos. Viva Leona Vicario. Viva Epigmenio González. Viva Francisco Xavier Mina. Viva Vicente Guerrero. Viva el Batallón de San Patricio. Viva Benito Juárez. Viva Guillermo Prieto. Viva Ignacio Zaragoza. Viva José Santos Degollado. Viva Melchor Ocampo. Viva Mariano Escobedo. Viva Vicente Riva Palacio. Viva Ignacio Manuel Altamirano. Vivan Ricardo y Enrique Flores Magón. Viva Juana Belén. Viva Emiliano Zapata. Viva María Arias Bernal. Viva Aquiles Serdán. Viva Belisario Domínguez. Viva Francisco Villa. Viva Elisa Acuña. Viva Antonio Díaz Soto y Gama. Viva María Talavera. Viva Elisa Griensen. Viva Felipe Carrillo Puerto. Viva Lázaro Cárdenas. Viva Francisco J. Múgica. Viva Heriberto Jara. Viva Rubén Jaramillo. Viva Benita Galeana. Viva Valentín Campa. Viva Demetrio Vallejo. Vivan Frida Kahlo y Diego Rivera. Viva José Revueltas. Viva Sergio Méndez Arceo. Viva Heberto Castillo. Viva Carlos Montemayor. Viva Carlos Monsiváis. Viva Bety Cariño. Viva Samuel Ruiz. Viva Carlos Fuentes. Viva Arnoldo Martínez Verdugo. Viva José María Pérez Gay. Viva Daniel Cazés. Viva José Emilio Pacheco. Viva Arnaldo Córdoba.
Vivan la imaginación y el amor. Vivan la dignidad y la honestidad. Vivan la congruencia y la persistencia. Viva la vida.
Viva México.
Viva México.
Viva México.
http://navegaciones.blogspot.mx/2014/09/el-pais-que-no-se-ha-rendido.html
jueves, 11 de septiembre de 2014
viernes, 5 de septiembre de 2014
Suscribirse a:
Entradas (Atom)