Espacio para compartir experiencias, historias y documentos que nos ayuden a ver la vida de los pueblos del mundo como una constante lucha contra quienes quieren hacer de la Vida Digna y el Buen Vivir Objetos Prohibidos.
lunes, 6 de abril de 2009
La rosa roja
Escrito por Carlos Penelas
Quien considera detenidamente su origen,
ve que todos los Estados reposan sobre la violencia.
Francesco Guicciardini (1483-1540)
ve que todos los Estados reposan sobre la violencia.
Francesco Guicciardini (1483-1540)
He adherido recientemente a la Marcha Mundial por la Paz y la No-violencia. La primera marcha que se hará en el planeta para denunciar la locura, la enajenación, el absurdo y la incoherencia que genera el Poder. La primera marcha en nombre de la solidaridad, de la bondad, de la belleza; del aire y del viento. En nombre de la amada, de los sueños, de la libertad, de las aves y de los peces, de los árboles, de los artesanos, de los solitarios, del poema. En nombre de los hijos y en nombre de los padres. Por un mundo sin guerras y sin violencias. Marcharemos por las calles de octubre, por las calles de enero. Felices combatientes de la utopía, felices camaradas de la ilusión, de los barcos y puertos, levantando veletas, plazas, violines y tejados. Pasajeros del silencio marcharemos por las calles de España, por las calles de Pekín, por las calles de Austria, por las calles de Montevideo y de Buenos Aires, por las de Londres y las de Nueva York. Despiertos, iluminados por las noches y el alba, insurrectos de amor, insurrectos de paz, de melodías. Así caminaremos: fraternalmente juntos, esperanzados. Con la mirada clara del misterio, del secreto deseo de escuchar lo que somos. De esta forma marcharemos por las plazas de octubre. Sin piedras ni puñales. Elevando desde la conjura de los necios una galera naranja abandonada en el tranvía.
Marcharemos contra los mitos del Estado, contra el fetichismo del Poder. Hablaremos de moral, de insumisión, de un humanismo sin fronteras. Repetiremos a Horacio: “El hombre justo y tenaz no se doblega a la muchedumbre ni a los tiranos, ni a la mano de Júpiter tonante. Si el mundo cae en pedazos, sus ruinas lo golpearán sin producirle miedo.” Recordaremos a Gandhi y a Thoreau, a Cassirer y a Nicolai, a Rudolf Rocker. Levantaremos los nombres que condenaron la violencia, esa larga historia de derrotas y sangre que levantó héroes y verdugos y esclavos. Diremos Camus en contra de los prejuicios maliciosos, en contra de las revelaciones definitivas, en contra de la sumisión y el dogmatismo.
La fatalidad se opone a lo libertario. “La sociedad es el resultado de nuestras necesidades; el gobierno es el resultado de nuestra corrupción...” señaló Thomas Paine. Lo que permanece vivo es siempre la pasión, la apetencia de libertad, la sinceridad de la imaginación. Marcharemos contra la angustia y la desesperación, contra el aislamiento y la apatía. Hacia la racionalidad específica de lo irracional. Entre margaritas locas y vagabundos hablando de caballos.
Desde siglos la paradoja es brutal. Diversas corrientes ideologías queriéndonos persuadir sobre la bondad de sus ideas acuden al lenguaje de la metralla. Son cultivadores de la violencia. Por el camino del terror llevan banderas, himnos, monumentos, campos de concentración. Encarnecen derechos humanos, cualquiera sea su rótulo es parte de la barbarie y la regresión. La sociedad no altera la irracionalidad de los sistemas basados en la propiedad privada o en las imposiciones estatales. Afloran lacras, prejuicios y odios raciales; la homofobia, hombres providenciales, ensayos nucleares, la carrera armamentista, profetas del mito totalitario, el mesianismo estentóreo de una nueva revolución. De pronto todos somos actores, de pronto todos somos espectadores. Con Artaud nace el teatro de la crueldad, entre la ilusión y el simulacro. Afuera, la escritura putrefacta de lo real.
Marcharemos contra las formas obscenas; deshaciendo en el aire las violetas del lecho. La violencia se manifiesta en la complicidad y la locura del sistema. Marcharemos contra la alucinación de lo visible, contra la superficialidad, contra la pornografía de la información, contra la promiscuidad y la fascinación del vértigo. Marcharemos contra el hambre y la injusticia, contra el horror, contra la muerte. La violencia se manifiesta en la complicidad de la indiferencia. Marcharemos contra la miseria y la banalidad, desnudando el apogeo de lo indigno, de la especulación simbólica y política. La violencia se manifiesta en la culpabilidad, en un acto criminal, en la omnipotencia del burócrata, en las estadísticas. Neutralizan la mirada, la risa, la espontaneidad. Marcharemos en defensa de La Boétie para señalar la estupidez y la pasividad, contra la saturación y las apariencias. Contra el aburrimiento y los charlatanes, contra el embrutecimiento colectivo. Llenos de sol y harina y collares desnudos.
La primera marcha mundial por la Paz y la No violencia. La primera marcha desde el sueño y la utopía, levantando vientos, ríos y fonógrafos. Llevando flores y relojes por las calles del mundo, llevando paraguas y bonetes, llevando miradas, universos, abrazos; cantando. La primera marcha mundial desde la alegría. Sin leyes, sin órdenes, sin corbatas. Dejando atrás, para siempre, la injuria. Marcharemos buscando el mundo que anhelamos. Sin temores ni humillación u odio. Marcharemos sin recetas milagrosas, sin falsificadores, sin disfraces. Allí estaremos. Jubilosos, primitivos, rebeldes. Con el emblema del poema: la rosa roja.
Marcharemos contra los mitos del Estado, contra el fetichismo del Poder. Hablaremos de moral, de insumisión, de un humanismo sin fronteras. Repetiremos a Horacio: “El hombre justo y tenaz no se doblega a la muchedumbre ni a los tiranos, ni a la mano de Júpiter tonante. Si el mundo cae en pedazos, sus ruinas lo golpearán sin producirle miedo.” Recordaremos a Gandhi y a Thoreau, a Cassirer y a Nicolai, a Rudolf Rocker. Levantaremos los nombres que condenaron la violencia, esa larga historia de derrotas y sangre que levantó héroes y verdugos y esclavos. Diremos Camus en contra de los prejuicios maliciosos, en contra de las revelaciones definitivas, en contra de la sumisión y el dogmatismo.
La fatalidad se opone a lo libertario. “La sociedad es el resultado de nuestras necesidades; el gobierno es el resultado de nuestra corrupción...” señaló Thomas Paine. Lo que permanece vivo es siempre la pasión, la apetencia de libertad, la sinceridad de la imaginación. Marcharemos contra la angustia y la desesperación, contra el aislamiento y la apatía. Hacia la racionalidad específica de lo irracional. Entre margaritas locas y vagabundos hablando de caballos.
Desde siglos la paradoja es brutal. Diversas corrientes ideologías queriéndonos persuadir sobre la bondad de sus ideas acuden al lenguaje de la metralla. Son cultivadores de la violencia. Por el camino del terror llevan banderas, himnos, monumentos, campos de concentración. Encarnecen derechos humanos, cualquiera sea su rótulo es parte de la barbarie y la regresión. La sociedad no altera la irracionalidad de los sistemas basados en la propiedad privada o en las imposiciones estatales. Afloran lacras, prejuicios y odios raciales; la homofobia, hombres providenciales, ensayos nucleares, la carrera armamentista, profetas del mito totalitario, el mesianismo estentóreo de una nueva revolución. De pronto todos somos actores, de pronto todos somos espectadores. Con Artaud nace el teatro de la crueldad, entre la ilusión y el simulacro. Afuera, la escritura putrefacta de lo real.
Marcharemos contra las formas obscenas; deshaciendo en el aire las violetas del lecho. La violencia se manifiesta en la complicidad y la locura del sistema. Marcharemos contra la alucinación de lo visible, contra la superficialidad, contra la pornografía de la información, contra la promiscuidad y la fascinación del vértigo. Marcharemos contra el hambre y la injusticia, contra el horror, contra la muerte. La violencia se manifiesta en la complicidad de la indiferencia. Marcharemos contra la miseria y la banalidad, desnudando el apogeo de lo indigno, de la especulación simbólica y política. La violencia se manifiesta en la culpabilidad, en un acto criminal, en la omnipotencia del burócrata, en las estadísticas. Neutralizan la mirada, la risa, la espontaneidad. Marcharemos en defensa de La Boétie para señalar la estupidez y la pasividad, contra la saturación y las apariencias. Contra el aburrimiento y los charlatanes, contra el embrutecimiento colectivo. Llenos de sol y harina y collares desnudos.
La primera marcha mundial por la Paz y la No violencia. La primera marcha desde el sueño y la utopía, levantando vientos, ríos y fonógrafos. Llevando flores y relojes por las calles del mundo, llevando paraguas y bonetes, llevando miradas, universos, abrazos; cantando. La primera marcha mundial desde la alegría. Sin leyes, sin órdenes, sin corbatas. Dejando atrás, para siempre, la injuria. Marcharemos buscando el mundo que anhelamos. Sin temores ni humillación u odio. Marcharemos sin recetas milagrosas, sin falsificadores, sin disfraces. Allí estaremos. Jubilosos, primitivos, rebeldes. Con el emblema del poema: la rosa roja.
Así como nosotros… no perdonamos a nuestros deudores
Escrito por Alfredo Grande
“¿se votó adelantar las elecciones o las infecciones?
(aedes aegypti)”
“la única psicosis que se trata es la individual.
La colectiva se denomina gobernabilidad.”
(aforismos implicados)
(aedes aegypti)”
“la única psicosis que se trata es la individual.
La colectiva se denomina gobernabilidad.”
(aforismos implicados)
Advertencia previa a la cumbre en Londres
Crisis: temen por 90 millones de muertes
Ocurriría en los países pobres. Son estadísticas que tomó la directora del Banco Mundial para instar a los líderes del G20 a contribuir a la protección del mundo en desarrollo. Pronosticó que, si no acuden en su ayuda, podría desatarse una oleada de disturbios sociales.
"Tenemos que analizar el impacto de todo esto en los países en desarrollo. De no ser así, sin querer parecer alarmista, la consecuencia podrían ser alborotos sociales y crisis políticas. Es en interés de todos el impedirlo" aseguró la nigeriana Ngozi Okonjo-Iweala.
Una oleada de disturbios sociales y crisis políticas podría desencadenarse en los países más pobres del mundo si los líderes del G20 no acuden en su ayuda, según la directora gerente del Banco Mundial, Ngozi Okonjo-Iweala.
En declaraciones al dominical The Observer, la ex ministra nigeriana instó a los representantes de países que se reunirán en Londres el próximo 2 de abril, a contribuir a la protección del mundo en desarrollo frente a los peores efectos de la crisis financiera.
¿90 millones de muertes? Veo y 100 millones más. El capitalismo mundial es como los campeonatos de póker que ahora podemos ver en las señales de cable. Pagan con dineros ajenos, no para ver sino para alucinar. Los gobiernos, las organizaciones gubernamentales y las organizaciones no gubernamentales disputan sus presas en el mismo parque jurásico. Todos los predadores todos, tienen como hipótesis de supervivencia comerse antes que lleguen sus rivales, a los predadores pequeños (perejiles se decía en una época) y a los herbívoros (incluso grandes como fuera el supercoop). La cena está servida y allí los vemos en Qatar afilando cuchillos y despuntando tenedores. No sé si la guerra es la continuación de la política por otros medios, o es al revés. Quizá la concepción amplificada de la guerra (económica, ecológica, familiar, empresarial, profesional, comercial) nos habilita a pensar que todo es guerra y que la paz es apenas la resaca de las noches de cuchillo y niebla de la historia. Decir que todo es guerra no implica alucinar que los mosquitos que transmiten el dengue usen casco. En realidad, la epidemia es otro de los rostros de la guerra, y no es por cierto producto de la pobreza. Es un producto de la riqueza, de la absurda concentración de macro beneficios en pocos bolsillos (y no solamente los de la mesa de enlace, sino de varias mesas de dinero que siguen operando). La directora del Banco Mundial no quiere ser alarmista. Desde su lugar de sierva del gran capital, ¿qué podría alarmarla? Pedirle a los líderes responsables de masacres y genocidios que resuelvan el problema, es igual que pedirle al aedes que recapacite y no pique más. Y como decía ese cartel en la 9 de julio de la Capital Federal: NO AL DENGUE. (¿lo habrá leído el mosquito?). Algún funcionario psicótico creyó que así se combatía la epidemia. Ya estoy leyendo carteles tipo: RETROCEDE CHAGAS; MÁRCHATE SIDA. A poner carteles absurdos algunos le dicen prevención. O sea: no hay alarmismo pero tampoco hay alarmas. Ni del calentamiento global (como decía una paciente, con la única excepción de su marido que no se calentaba ni global ni localmente) ni de las inundaciones (recordemos a Randazzo, ministro del interior, aunque parece que no del exterior, diciendo que el alud de Tartagal no se podía haber evitado) ni de la masacre de cromagnon, ni siquiera del control de alcoholemia al ministro de las retenciones, al cual, vaya paradoja, no quisieron retenerlo. No hay alarmismo ni hay alarmas porque el sistema predador sabe que su garantía de supervivencia es la destrucción total. Hasta la matanza de focas tiene más difusión que la matanza de mil millones de personas, si bien, hay que admitir, el humano es más reciclable que los simpáticos mamíferos. Lo que resulta intolerable es imaginar (no al estilo John Lennon, pero bueno cada uno tiene la imaginación que se merece) que puedan suceder “alborotos sociales y crisis políticas”. El hambre, la sed, la falta de vivienda, las condiciones de vida denigrantes, la trata de personas, la destrucción del suelo, el agua y el aire, no son dignos de alarmismos ni alarmotes. Pero que alguien se alborote, o que pueda haber sacudones, vibraciones, estremecimientos al estilo del “que se vayan todos”, eso resulta intolerable. NUNCA MÁS dicen los saqueadores del planeta. NUNCA MÁS dicen los que asesinaron y asesinaron setenta veces siete y más también, en la versión más aniquiladora de cualquier evangelio. Cuando surge la Alianza para el Progreso, fue para expulsar a Cuba de la organización de los estados americanos. Eso es la alianza y el progreso del capitalismo: destruir todo intento de socialismo. Cuando el capitalismo ayuda, es igual a una cruz roja formada por patovicas(1). “Si el bueno critica es malo; si el malo aplaude es peor” sentenciaba una fábula. Por cierto: los malos y las malas aplauden. Pontifican. Se alarman. Se preocupan. Se estremecen. No les molestan los muertos y heridos de la guerra contra las poblaciones indefensas, que algunos denominan “salvatajes financieros”. La ayuda real al total de los países emergentes (¿emergentes de qué? ¿del propio sistema predador?) es el 10% de lo utilizado para rescatar uno solo de los bancos colapsados. La protección del mundo en desarrollo es el eufemismo habitual que usan los gendarmes del Imperio. La traducción libre, estilo Petit Larousse, sería: protección irrestricta del Gran, Mediano, Pequeño y hasta Misérrimo Capital, contra todo alboroto, pataleta, berrinche, algazara, rabieta, o pensamiento crítico, de aquellos que ya no están emergiendo, sino que a partir de los dorados salvatajes, vuelven a sumergirse. La única esperanza será China, no ya como referente de la revolución campesina y proletaria, sino como el capitalista más grandote de todos los capitalistas, que chantajea, sin alarmismos, pero con billones de dólares acumulados, que “¡a no jodel, porque salimos a vendel dolales!” Los soldados de Iwo Jima son ahora operadores bancarios, financistas reciclados, convocados por un Imperio en llamas, que tiene como únicas armas la emisión y el lavado. No solamente no queremos, no solamente no podemos, lo que pasa es que no queremos perdonar a nuestros deudores. Esos ellos, el 2 de abril se reunirán en Londres, la capital internacional de los bucaneros. En la Argentina será feriado, porque recordamos, a nuestra manera, la triste historia de la hermanita perdida que se llevó a muchos hermanos, durante y después de la guerra. Hay más combatientes suicidados que muertos en combate. ¿Será que la paz de los países emergentes es una resaca para los opresores, pero un combate cotidiano para los oprimidos?
Propongo que el 2 de abril sea el Día Internacional del No Perdón. Ni para los siervos del gran capital, ni para los que no se alarmaron frente a la posible epidemia del dengue.
No será, pero quizá es justicia.
(1) En Argentina, denominación del personal de seguridad de locales bailables, que tienen en su trayectoria el asesinato de adolescentes.
Crisis: temen por 90 millones de muertes
Ocurriría en los países pobres. Son estadísticas que tomó la directora del Banco Mundial para instar a los líderes del G20 a contribuir a la protección del mundo en desarrollo. Pronosticó que, si no acuden en su ayuda, podría desatarse una oleada de disturbios sociales.
"Tenemos que analizar el impacto de todo esto en los países en desarrollo. De no ser así, sin querer parecer alarmista, la consecuencia podrían ser alborotos sociales y crisis políticas. Es en interés de todos el impedirlo" aseguró la nigeriana Ngozi Okonjo-Iweala.
Una oleada de disturbios sociales y crisis políticas podría desencadenarse en los países más pobres del mundo si los líderes del G20 no acuden en su ayuda, según la directora gerente del Banco Mundial, Ngozi Okonjo-Iweala.
En declaraciones al dominical The Observer, la ex ministra nigeriana instó a los representantes de países que se reunirán en Londres el próximo 2 de abril, a contribuir a la protección del mundo en desarrollo frente a los peores efectos de la crisis financiera.
(Crítica de la Argentina 24-03-09)
¿90 millones de muertes? Veo y 100 millones más. El capitalismo mundial es como los campeonatos de póker que ahora podemos ver en las señales de cable. Pagan con dineros ajenos, no para ver sino para alucinar. Los gobiernos, las organizaciones gubernamentales y las organizaciones no gubernamentales disputan sus presas en el mismo parque jurásico. Todos los predadores todos, tienen como hipótesis de supervivencia comerse antes que lleguen sus rivales, a los predadores pequeños (perejiles se decía en una época) y a los herbívoros (incluso grandes como fuera el supercoop). La cena está servida y allí los vemos en Qatar afilando cuchillos y despuntando tenedores. No sé si la guerra es la continuación de la política por otros medios, o es al revés. Quizá la concepción amplificada de la guerra (económica, ecológica, familiar, empresarial, profesional, comercial) nos habilita a pensar que todo es guerra y que la paz es apenas la resaca de las noches de cuchillo y niebla de la historia. Decir que todo es guerra no implica alucinar que los mosquitos que transmiten el dengue usen casco. En realidad, la epidemia es otro de los rostros de la guerra, y no es por cierto producto de la pobreza. Es un producto de la riqueza, de la absurda concentración de macro beneficios en pocos bolsillos (y no solamente los de la mesa de enlace, sino de varias mesas de dinero que siguen operando). La directora del Banco Mundial no quiere ser alarmista. Desde su lugar de sierva del gran capital, ¿qué podría alarmarla? Pedirle a los líderes responsables de masacres y genocidios que resuelvan el problema, es igual que pedirle al aedes que recapacite y no pique más. Y como decía ese cartel en la 9 de julio de la Capital Federal: NO AL DENGUE. (¿lo habrá leído el mosquito?). Algún funcionario psicótico creyó que así se combatía la epidemia. Ya estoy leyendo carteles tipo: RETROCEDE CHAGAS; MÁRCHATE SIDA. A poner carteles absurdos algunos le dicen prevención. O sea: no hay alarmismo pero tampoco hay alarmas. Ni del calentamiento global (como decía una paciente, con la única excepción de su marido que no se calentaba ni global ni localmente) ni de las inundaciones (recordemos a Randazzo, ministro del interior, aunque parece que no del exterior, diciendo que el alud de Tartagal no se podía haber evitado) ni de la masacre de cromagnon, ni siquiera del control de alcoholemia al ministro de las retenciones, al cual, vaya paradoja, no quisieron retenerlo. No hay alarmismo ni hay alarmas porque el sistema predador sabe que su garantía de supervivencia es la destrucción total. Hasta la matanza de focas tiene más difusión que la matanza de mil millones de personas, si bien, hay que admitir, el humano es más reciclable que los simpáticos mamíferos. Lo que resulta intolerable es imaginar (no al estilo John Lennon, pero bueno cada uno tiene la imaginación que se merece) que puedan suceder “alborotos sociales y crisis políticas”. El hambre, la sed, la falta de vivienda, las condiciones de vida denigrantes, la trata de personas, la destrucción del suelo, el agua y el aire, no son dignos de alarmismos ni alarmotes. Pero que alguien se alborote, o que pueda haber sacudones, vibraciones, estremecimientos al estilo del “que se vayan todos”, eso resulta intolerable. NUNCA MÁS dicen los saqueadores del planeta. NUNCA MÁS dicen los que asesinaron y asesinaron setenta veces siete y más también, en la versión más aniquiladora de cualquier evangelio. Cuando surge la Alianza para el Progreso, fue para expulsar a Cuba de la organización de los estados americanos. Eso es la alianza y el progreso del capitalismo: destruir todo intento de socialismo. Cuando el capitalismo ayuda, es igual a una cruz roja formada por patovicas(1). “Si el bueno critica es malo; si el malo aplaude es peor” sentenciaba una fábula. Por cierto: los malos y las malas aplauden. Pontifican. Se alarman. Se preocupan. Se estremecen. No les molestan los muertos y heridos de la guerra contra las poblaciones indefensas, que algunos denominan “salvatajes financieros”. La ayuda real al total de los países emergentes (¿emergentes de qué? ¿del propio sistema predador?) es el 10% de lo utilizado para rescatar uno solo de los bancos colapsados. La protección del mundo en desarrollo es el eufemismo habitual que usan los gendarmes del Imperio. La traducción libre, estilo Petit Larousse, sería: protección irrestricta del Gran, Mediano, Pequeño y hasta Misérrimo Capital, contra todo alboroto, pataleta, berrinche, algazara, rabieta, o pensamiento crítico, de aquellos que ya no están emergiendo, sino que a partir de los dorados salvatajes, vuelven a sumergirse. La única esperanza será China, no ya como referente de la revolución campesina y proletaria, sino como el capitalista más grandote de todos los capitalistas, que chantajea, sin alarmismos, pero con billones de dólares acumulados, que “¡a no jodel, porque salimos a vendel dolales!” Los soldados de Iwo Jima son ahora operadores bancarios, financistas reciclados, convocados por un Imperio en llamas, que tiene como únicas armas la emisión y el lavado. No solamente no queremos, no solamente no podemos, lo que pasa es que no queremos perdonar a nuestros deudores. Esos ellos, el 2 de abril se reunirán en Londres, la capital internacional de los bucaneros. En la Argentina será feriado, porque recordamos, a nuestra manera, la triste historia de la hermanita perdida que se llevó a muchos hermanos, durante y después de la guerra. Hay más combatientes suicidados que muertos en combate. ¿Será que la paz de los países emergentes es una resaca para los opresores, pero un combate cotidiano para los oprimidos?
Propongo que el 2 de abril sea el Día Internacional del No Perdón. Ni para los siervos del gran capital, ni para los que no se alarmaron frente a la posible epidemia del dengue.
No será, pero quizá es justicia.
(1) En Argentina, denominación del personal de seguridad de locales bailables, que tienen en su trayectoria el asesinato de adolescentes.
Condenas
Escrito por Carlos del Frade, Viernes, 27 de Marzo de 2009
La condena ha sido lanzada a nivel mundial: habrá 231 millones de desocupados de aquí a fines de 2009.
Con impunidad, los dueños de la pelota, los que concentran las riquezas en pocas manos, las riquezas producidas por las trabajadoras y trabajadores del mundo, dicen que mantendrán sus tasas de ganancias con el pesar de los que producen esas ganancias.
El capitalismo debe sobrevivir. Para eso es necesario aplicar la vieja receta de engordar los ejércitos de desocupados, abrir las fosas nunca suficientemente grandes de la exclusión, menospreciar la capacidad y fuerza de trabajo y seguir sumando dinero.
Es la mano dura del sistema. La pena de vida sin trabajo. La angustia cotidiana de no saber qué quiere decir la palabra mañana.
La impunidad de los despedidores está construida, además, por las oficinas de las Naciones Unidas que hacen de virtuales voceros, anunciadores del Apocalipsis del tercer milenio.
Inyectan miedo para disciplinar a las sociedades.
Obediencia debida a los grandes patrones.
La condena ya ha sido lanzada desde las oficinas que dicen defender los derechos de los trabajadores y, en forma paralela, advierten del tamaño del desprecio.
Informan pero no se rebelan los funcionarios de las Naciones Unidas, en este caso, de la Organización Internacional del Trabajo.
Comunican la condena y no la cuestionan.
Es que el capitalismo debe vivir y por eso impone su obediencia debida por medio del miedo impuesto.
Habrá 231 millones de desocupados de aquí a fines de 2009.
Imposible imaginar cada una de las historias que sumadas dan 231 millones de vidas parecidas a las de cualquiera que se asoma a esta página.
La información dice que el director general de la Organización Mundial del Trabajo (OIT), el chileno Juan Somavía, afirmó que la actual crisis financiera "se ha convertido en una crisis de empleo global” y que "el desempleo a nivel mundial podría afectar hasta a 231 millones de personas en 2009, un incremento de 52 millones comparado con 2007".
El funcionario agregó que la actual crisis "ha puesto en peligro, en tan sólo pocos meses, gran parte de los avances que el mundo ha realizado en los últimos quince años en materia de reducción de la pobreza".
Para Somavía es el resultado de un modelo de globalización "desequilibrado e injusto" que en los últimos años había sobrevalorado el papel del mercado, infravalorado el rol del Estado y "menoscabado la dignidad del trabajo y el respeto por el medio ambiente".
Nadie podría desmentir a Somavía pero sería preciso algo más.
Es necesario alguna forma de rebeldía.
No puede aceptarse como condena del más allá el cálculo de las multinacionales sobre las crónicas existenciales de 231 millones de personas.
Así avanza la humanidad, de la mano dura del capitalismo, anunciando historias sin futuro, multiplicando angustias y exigiendo resignaciones.
Habrá que decir, más allá de la condena, que otros tantos millones no se resignarán y que no habrá exilio de horizontes. Por más que lo anuncie la políticamente correcta Organización Internacional del Trabajo.
Fuente de datos: Diario El Tribuno - Salta 23-03-09
La condena ha sido lanzada a nivel mundial: habrá 231 millones de desocupados de aquí a fines de 2009.
Con impunidad, los dueños de la pelota, los que concentran las riquezas en pocas manos, las riquezas producidas por las trabajadoras y trabajadores del mundo, dicen que mantendrán sus tasas de ganancias con el pesar de los que producen esas ganancias.
El capitalismo debe sobrevivir. Para eso es necesario aplicar la vieja receta de engordar los ejércitos de desocupados, abrir las fosas nunca suficientemente grandes de la exclusión, menospreciar la capacidad y fuerza de trabajo y seguir sumando dinero.
Es la mano dura del sistema. La pena de vida sin trabajo. La angustia cotidiana de no saber qué quiere decir la palabra mañana.
La impunidad de los despedidores está construida, además, por las oficinas de las Naciones Unidas que hacen de virtuales voceros, anunciadores del Apocalipsis del tercer milenio.
Inyectan miedo para disciplinar a las sociedades.
Obediencia debida a los grandes patrones.
La condena ya ha sido lanzada desde las oficinas que dicen defender los derechos de los trabajadores y, en forma paralela, advierten del tamaño del desprecio.
Informan pero no se rebelan los funcionarios de las Naciones Unidas, en este caso, de la Organización Internacional del Trabajo.
Comunican la condena y no la cuestionan.
Es que el capitalismo debe vivir y por eso impone su obediencia debida por medio del miedo impuesto.
Habrá 231 millones de desocupados de aquí a fines de 2009.
Imposible imaginar cada una de las historias que sumadas dan 231 millones de vidas parecidas a las de cualquiera que se asoma a esta página.
La información dice que el director general de la Organización Mundial del Trabajo (OIT), el chileno Juan Somavía, afirmó que la actual crisis financiera "se ha convertido en una crisis de empleo global” y que "el desempleo a nivel mundial podría afectar hasta a 231 millones de personas en 2009, un incremento de 52 millones comparado con 2007".
El funcionario agregó que la actual crisis "ha puesto en peligro, en tan sólo pocos meses, gran parte de los avances que el mundo ha realizado en los últimos quince años en materia de reducción de la pobreza".
Para Somavía es el resultado de un modelo de globalización "desequilibrado e injusto" que en los últimos años había sobrevalorado el papel del mercado, infravalorado el rol del Estado y "menoscabado la dignidad del trabajo y el respeto por el medio ambiente".
Nadie podría desmentir a Somavía pero sería preciso algo más.
Es necesario alguna forma de rebeldía.
No puede aceptarse como condena del más allá el cálculo de las multinacionales sobre las crónicas existenciales de 231 millones de personas.
Así avanza la humanidad, de la mano dura del capitalismo, anunciando historias sin futuro, multiplicando angustias y exigiendo resignaciones.
Habrá que decir, más allá de la condena, que otros tantos millones no se resignarán y que no habrá exilio de horizontes. Por más que lo anuncie la políticamente correcta Organización Internacional del Trabajo.
Fuente de datos: Diario El Tribuno - Salta 23-03-09
miércoles, 1 de abril de 2009
Carta a Eduardo Galeano
Grenoble, Atenco y el secuestro equiparado
Adolfo Gilly
Querido Eduardo:
Ahora que junto con Helena estás otra vez de paso en estas tierras nuestras, quiero contarles unas historias.
Esta mañana, allá en Grenoble, Francia, los trabajadores de Caterpillar, empresa estadunidense que fabrica máquinas para construcción, retuvieron en las oficinas a cinco ejecutivos: el director general, Nicolas Poulnik, el de recursos humanos y tres cuadros más. La empresa ha decidido despedir a 733 trabajadores (sobre un total de 2 mil 500). El sindicato pide reanudar la negociación interrumpida por la empresa. "No puedo negociar mientras no tenga libertad de movimientos", declaró a la prensa el director. "Tendrá libertad si acepta reabrir la negociación. Lo retenemos para discutir, sólo pedimos desbloquear las tratativas", dice el delegado sindical de la Confederación General del Trabajo.
Así se están poniendo las cosas en Europa y en Francia, y no sólo en Grenoble.
Una retención similar de algunas horas, recurso poco habitual pero extremo cuando la desidia, la burla y la prepotencia de quienes tratan con el pueblo rebasan todo límite, según la reciente legislación penal mexicana y los jueces que la aplican es un secuestro, equiparable al secuestro de persona con fines de extorsión monetaria. La ley penal lo llama "secuestro equiparado".
Nuestro colega (tuyo y mío) Miguel Ángel Granados Chapa dice que esa figura penal es "una infamia". En Proceso, 8 marzo 2009, la describió así: "Se le diseñó para castigar con fiereza a activistas solicitantes, gente con derechos a salvo, en suma ciudadanos en movimiento que, colmada su paciencia al exigir servicios o medidas que la ley les provee y al calor propio de las discusiones con funcionarios, los retienen por horas en sus propias oficinas o en locales donde se ventilaban asuntos de competencia de los retenidos". A quienes con verdad o sin ella resultan acusados de acciones de ese tipo, agrega Miguel Ángel, "se les asestan castigos semejantes o aún mayores que los del secuestro mercenario".
*
Dos historias entonces te cuento.
Una
La señora Jacinta Francisco Marcial, indígena del estado de Querétaro, ñahñú, apresada el 26 de marzo de 2006 durante un asalto brutal y pretextuoso de la policía contra los puestos de las vendedoras del mercado de Santiago Mexquititlán, ha sido condenada a 21 años de cárcel después de un proceso de tres años en el cual no contó siquiera con traductor a su idioma, el otomí. La señora Jacinta tiene 42 años de edad. Cometió, dice el juez, un "secuestro equiparado", cuando ni siquiera participó en los hechos sino que sólo fue su víctima. Pero alguien tiene que pagárnoslas, dicen la policía y la justicia.
Dos
El 3 de mayo de 2006, rompiendo un acuerdo previo, el gobierno municipal de Texcoco impidió con su policía que los floristas del mercado local vendieran sus flores en lugares especiales en esa fecha, Día de la Santa Cruz, cuando los trabajadores de la construcción celebran y hacen bendecir sus trabajos. El Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), que años antes (2001) había frenado con su movilización la expropiación a precio vil de sus tierras en San Salvador Atenco para construir un nuevo aeropuerto (y frustrado así un gigantesco negocio de funcionarios y desarrolladores), se movilizó ese día en apoyo de los floristas. Unos funcionarios del municipio, en el forcejeo, fueron retenidos breves horas.
El gobernador del estado de México (Enrique Peña Nieto) y el gobierno federal (Vicente Fox) lanzaron entonces, el 4 de mayo de 2006, un operativo policial conjunto sobre el pueblo de San Salvador Atenco. Detuvieron a 207 personas con golpizas, fracturas, violencia de todo tipo, vejaciones y humillaciones. Entraron en las casas, rompieron los enseres y los recuerdos, mataron a dos muchachos, cometieron violación sexual en los camiones policiales que llevaban mujeres y hombres apresados, todo esto documentado con creces por organismos de defensa de los derechos humanos, internacionales y nacionales. Nadie fue castigado por estos delitos.
*
Hoy, Eduardo, tres años después, 12 de aquellas personas siguen presas, acusadas de secuestro equiparado. Algunos son miembros del FPDT, otros simples pobladores de la zona que no habían participado en ningún movimiento social o político. Pero hay que hacer un escarmiento.
Nueve han sido condenados a 31 años de prisión. Están en la cárcel de Molino de Flores, en el estado de México. Los otros tres: Ignacio del Valle, Héctor Galindo y Felipe Álvarez, están en un penal de alta seguridad (para narcotraficantes y especies símiles) en el Altiplano, bajo condiciones de prisión mucho más rigurosas. Ignacio del Valle tiene una condena de 112 años; los otros dos, nomás 67 años cada uno.
Ninguno de los 12 cometió delito alguno. Son presos políticos, es decir, están encarcelados por motivos puramente políticos. En una recta aplicación de justicia deberían salir ahora mismo. Y deberían ser procesados los funcionarios mandantes y los policías ejecutantes de las golpizas, las violaciones, las muertes y los destrozos de viviendas del 4 de mayo de 2006 en el poblado de San Salvador Atenco.
Ya sé, Eduardo, no te estoy contando nada nuevo. Pero sucede que hace más de 40 años, allá por 1966, yo era preso político en la cárcel de Lecumberri (en condiciones más liberales que los de Atenco, debo decirlo, aunque el presidente fuera Gustavo Díaz Ordaz, en cuya alma anidaba ya –lo prueban los archivos– el Tlatelolco de 1968). Entonces un día me llevaron al Polígono, la torre central desde donde se vigilaban todas las crujías del viejo panóptico (modelo Jeremy Bentham, ¿recuerdas?). Y en el Polígono me esperabas tú, que andabas por México y las autoridades de Lecumberri te habían dado permiso para visitarme. Allí estuvimos un buen rato conversando, supongo que de modo no muy diferente de como ahora en libertad sería, incluso en el hecho de que tú te ibas y yo me quedaba. Me quedaba, sí, pero con el recuerdo imborrable, ya otra vez te lo he dicho, de que extranjero y todo habías venido a verme a la cárcel, jóvenes ambos entonces y compañeros de oficio y otros afanes en aquellas dos invenciones montevideanas: el semanario Marcha, de don Carlos Quijano, y el diario Época, tuyo.
*
No digas nada ahora, Eduardo, porque estos gobernantes que hoy nos tocan son conservadores ultramontanos y andan nerviosos, tanto que hasta querían echar de México a Manu Chao por defender a los presos de Atenco.
Pero allá, en nuestra la más hermosa ciudad del río de la Plata, Montevideo, cuéntales a todas y también a todos que aquí, en México, hay muchos presos políticos, en Molino de Flores, en el Altiplano, en Chiapas, en Querétaro, en Guerrero, en Jalisco, en toda la República. Cuéntales, hermano, que viniste a México y, con otros nombres de cárceles, de presos y de gobernantes, volviste a topar con la misma historia.
Diles además que a todos estos también los vamos a sacar, con la ayuda de ustedes, los montevideanos, y de los trabajadores de Caterpillar, los del "secuestro equiparado" de Grenoble.
Un abrazo y un feliz regreso para Helena y para vos.
Adolfo
31 marzo 2009
Adolfo Gilly
Querido Eduardo:
Ahora que junto con Helena estás otra vez de paso en estas tierras nuestras, quiero contarles unas historias.
Esta mañana, allá en Grenoble, Francia, los trabajadores de Caterpillar, empresa estadunidense que fabrica máquinas para construcción, retuvieron en las oficinas a cinco ejecutivos: el director general, Nicolas Poulnik, el de recursos humanos y tres cuadros más. La empresa ha decidido despedir a 733 trabajadores (sobre un total de 2 mil 500). El sindicato pide reanudar la negociación interrumpida por la empresa. "No puedo negociar mientras no tenga libertad de movimientos", declaró a la prensa el director. "Tendrá libertad si acepta reabrir la negociación. Lo retenemos para discutir, sólo pedimos desbloquear las tratativas", dice el delegado sindical de la Confederación General del Trabajo.
Así se están poniendo las cosas en Europa y en Francia, y no sólo en Grenoble.
Una retención similar de algunas horas, recurso poco habitual pero extremo cuando la desidia, la burla y la prepotencia de quienes tratan con el pueblo rebasan todo límite, según la reciente legislación penal mexicana y los jueces que la aplican es un secuestro, equiparable al secuestro de persona con fines de extorsión monetaria. La ley penal lo llama "secuestro equiparado".
Nuestro colega (tuyo y mío) Miguel Ángel Granados Chapa dice que esa figura penal es "una infamia". En Proceso, 8 marzo 2009, la describió así: "Se le diseñó para castigar con fiereza a activistas solicitantes, gente con derechos a salvo, en suma ciudadanos en movimiento que, colmada su paciencia al exigir servicios o medidas que la ley les provee y al calor propio de las discusiones con funcionarios, los retienen por horas en sus propias oficinas o en locales donde se ventilaban asuntos de competencia de los retenidos". A quienes con verdad o sin ella resultan acusados de acciones de ese tipo, agrega Miguel Ángel, "se les asestan castigos semejantes o aún mayores que los del secuestro mercenario".
*
Dos historias entonces te cuento.
Una
La señora Jacinta Francisco Marcial, indígena del estado de Querétaro, ñahñú, apresada el 26 de marzo de 2006 durante un asalto brutal y pretextuoso de la policía contra los puestos de las vendedoras del mercado de Santiago Mexquititlán, ha sido condenada a 21 años de cárcel después de un proceso de tres años en el cual no contó siquiera con traductor a su idioma, el otomí. La señora Jacinta tiene 42 años de edad. Cometió, dice el juez, un "secuestro equiparado", cuando ni siquiera participó en los hechos sino que sólo fue su víctima. Pero alguien tiene que pagárnoslas, dicen la policía y la justicia.
Dos
El 3 de mayo de 2006, rompiendo un acuerdo previo, el gobierno municipal de Texcoco impidió con su policía que los floristas del mercado local vendieran sus flores en lugares especiales en esa fecha, Día de la Santa Cruz, cuando los trabajadores de la construcción celebran y hacen bendecir sus trabajos. El Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), que años antes (2001) había frenado con su movilización la expropiación a precio vil de sus tierras en San Salvador Atenco para construir un nuevo aeropuerto (y frustrado así un gigantesco negocio de funcionarios y desarrolladores), se movilizó ese día en apoyo de los floristas. Unos funcionarios del municipio, en el forcejeo, fueron retenidos breves horas.
El gobernador del estado de México (Enrique Peña Nieto) y el gobierno federal (Vicente Fox) lanzaron entonces, el 4 de mayo de 2006, un operativo policial conjunto sobre el pueblo de San Salvador Atenco. Detuvieron a 207 personas con golpizas, fracturas, violencia de todo tipo, vejaciones y humillaciones. Entraron en las casas, rompieron los enseres y los recuerdos, mataron a dos muchachos, cometieron violación sexual en los camiones policiales que llevaban mujeres y hombres apresados, todo esto documentado con creces por organismos de defensa de los derechos humanos, internacionales y nacionales. Nadie fue castigado por estos delitos.
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Hoy, Eduardo, tres años después, 12 de aquellas personas siguen presas, acusadas de secuestro equiparado. Algunos son miembros del FPDT, otros simples pobladores de la zona que no habían participado en ningún movimiento social o político. Pero hay que hacer un escarmiento.
Nueve han sido condenados a 31 años de prisión. Están en la cárcel de Molino de Flores, en el estado de México. Los otros tres: Ignacio del Valle, Héctor Galindo y Felipe Álvarez, están en un penal de alta seguridad (para narcotraficantes y especies símiles) en el Altiplano, bajo condiciones de prisión mucho más rigurosas. Ignacio del Valle tiene una condena de 112 años; los otros dos, nomás 67 años cada uno.
Ninguno de los 12 cometió delito alguno. Son presos políticos, es decir, están encarcelados por motivos puramente políticos. En una recta aplicación de justicia deberían salir ahora mismo. Y deberían ser procesados los funcionarios mandantes y los policías ejecutantes de las golpizas, las violaciones, las muertes y los destrozos de viviendas del 4 de mayo de 2006 en el poblado de San Salvador Atenco.
Ya sé, Eduardo, no te estoy contando nada nuevo. Pero sucede que hace más de 40 años, allá por 1966, yo era preso político en la cárcel de Lecumberri (en condiciones más liberales que los de Atenco, debo decirlo, aunque el presidente fuera Gustavo Díaz Ordaz, en cuya alma anidaba ya –lo prueban los archivos– el Tlatelolco de 1968). Entonces un día me llevaron al Polígono, la torre central desde donde se vigilaban todas las crujías del viejo panóptico (modelo Jeremy Bentham, ¿recuerdas?). Y en el Polígono me esperabas tú, que andabas por México y las autoridades de Lecumberri te habían dado permiso para visitarme. Allí estuvimos un buen rato conversando, supongo que de modo no muy diferente de como ahora en libertad sería, incluso en el hecho de que tú te ibas y yo me quedaba. Me quedaba, sí, pero con el recuerdo imborrable, ya otra vez te lo he dicho, de que extranjero y todo habías venido a verme a la cárcel, jóvenes ambos entonces y compañeros de oficio y otros afanes en aquellas dos invenciones montevideanas: el semanario Marcha, de don Carlos Quijano, y el diario Época, tuyo.
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No digas nada ahora, Eduardo, porque estos gobernantes que hoy nos tocan son conservadores ultramontanos y andan nerviosos, tanto que hasta querían echar de México a Manu Chao por defender a los presos de Atenco.
Pero allá, en nuestra la más hermosa ciudad del río de la Plata, Montevideo, cuéntales a todas y también a todos que aquí, en México, hay muchos presos políticos, en Molino de Flores, en el Altiplano, en Chiapas, en Querétaro, en Guerrero, en Jalisco, en toda la República. Cuéntales, hermano, que viniste a México y, con otros nombres de cárceles, de presos y de gobernantes, volviste a topar con la misma historia.
Diles además que a todos estos también los vamos a sacar, con la ayuda de ustedes, los montevideanos, y de los trabajadores de Caterpillar, los del "secuestro equiparado" de Grenoble.
Un abrazo y un feliz regreso para Helena y para vos.
Adolfo
31 marzo 2009
En el aniversario del asesinato de Rachel Corrie saludamos al pueblo de Gaza
Declaración de la familia de Rachel Corrie
16 de marzo de 2009
Agradecemos a todos los que siguen recordando a Rachel y a los que, en este sexto aniversario de su resistencia en Gaza, renuevan su propio compromiso con los derechos humanos, la justicia y la paz en Oriente Próximo. Los homenajes y acciones en su memoria son una fuente de inspiración para nosotros y para otros.
El viernes 13 de marzo supimos de la trágica herida del activista estadounidense Tristan Anderson. Tristan recibió un tiro en la cabeza con una granada de gas lacrimógena en la aldea Ni’lin en Cisjordania, cuando fuerzas israelíes atacaron una manifestación contra la construcción del muro de anexión que pasa a través de las tierras de la aldea. El mismo día, un residente de Ni’lin también fue alcanzado por un tiro en la pierna con munición de guerra.
Cuatro residentes de Ni’lin han sido muertos en los últimos ocho meses cuando aldeanos y sus partidarios han manifestado valerosamente contra el Muro del Apartheid considerado ilegal por la Corte Internacional de Justicia – un muro que terminará por absorber un cuarto de la tierra restante de la aldea. Los que han muerto son: un niño de diez años, Ahmed Mousa, de un tiro en la frente con munición de guerra el 29 de julio de 2008; Yousef Amira (de 17 años) alcanzado por balas de acero cubiertas de goma el 30 de julio de 2008; Arafat Rateb Khawaje (de 22 años) y Mohammed Khawaje (de 20 años), ambos muertos a tiros con munición de guerra el 28 de diciembre de 2008. En este aniversario, Rachel querría que todos nosotros tengamos presentes a Tristan Anderson y su familia, y a estos palestinos en nuestros pensamientos y plegarias, y pedimos a todos que hagan lo mismo.
Escribimos este mensaje desde el Cairo donde hemos vuelto después de una visita a Gaza con la Delegación
Code Pink desde EE.UU. Cincuenta y ocho mujeres y hombres cruzamos con éxito por el cruce de Rafah el sábado 7 de marzo para desafiar los cierres de frontera y el cerco y celebrar el Día Internacional de la Mujer con las fuertes y valerosas mujeres de Gaza. Rachel estaría muy feliz de que nuestra animosa delegación haya hecho este viaje.
Del norte al sur por toda la Franja, presenciamos la extensa destrucción de vecindarios, edificios municipales, estaciones de policía, mezquitas, y escuelas – víctimas de los ataques militares israelíes en diciembre y enero. Cuando preguntamos por el impacto personal de los ataques sobre las personas que encontramos, oímos hablar repetidamente de la pérdida de madres, padres, hijos, primos, y amigos. El Centro Palestino por los Derechos Humanos informa que hubo 1.434 palestinos muertos y más de 5.000 heridos, entre ellos 288 niños y 121 mujeres.
Caminamos por la aldea agrícola de Khoza en el sur donde cincuenta casas fueron destruidas durante la invasión por tierra. Un joven se arrastró a través de un agujero en los escombros para mostrarnos el sótano en el que él y su familia se acurrucaron mientras una aplanadora aplastaba su casa sobre ellos. Nos hablaron de Rafiya, quien condujo a mujeres y niños aterrorizados para alejarlos de este vecindario ante las amenazantes aplanadoras militares israelíes, sólo para ser herida y muerta por el fuego de un francotirador israelí mientras caminaba por la calle con su bandera blanca.
Los palestinos, y los extranjeros que están en el terreno apoyándolos, nos dijeron repetidamente que no hay cese al fuego. Por cierto, explosiones de bombas del área fronteriza puntuaban nuestras conversaciones cuando llegamos y partimos de Gaza. Durante nuestra última noche, estuvimos sentados junto a un fuego a la luz de la luna en los restos de la tierra agrícola de un amigo y le escuchamos mientras nos contaba cómo los militares israelíes destruyeron su casa en 2004, y cómo su segunda casa fue destrozada el 6 de febrero de este año. Esta, vez fue fuego de cohetes israelíes de helicópteros Apache. Quedó una mata de trigo y se mecía pacíficamente en la brisa mientras hablábamos, pero nuestra atención cambió rápidamente cuando aviones F-16 pasó como un rayo por el cielo nocturno, y nuestro amigo explicó que si los aviones se ladean significa que van a atacar.
Por doquier, los costes psicológicos de los recientes y continuos ataques para todos los gazanos, especialmente para los niños, son dolorosamente aparentes. No sólo para los que han sufrido las peores pérdidas y que muestran las cicatrices de todo lo que ha sucedido. Son también los que presenciaron cómo sus compañeros de escuela volaban por los aires, cuando los cadetes de policía fueron bombardeados al otro lado de la calle y aquellos que sintieron y escucharon las aterradoras explosiones de misiles que caían cerca de sus propias casas. Son los niños que cada día tienen que pasar junto a la inexplicable e inhumana destrucción que ha ocurrido.
En el caso de Rachel, aunque el gobierno israelí prometió una investigación exhaustiva, creíble y transparente, después de seis años, la posición del gobierno de EE.UU. sigue siendo que una tal investigación no ha tenido lugar. En marzo de 2008, Michele Bernier-Toff, Gerente General de los Servicios de Ciudadanos en el Extranjero del Departamento de Estado, escribió: "Hemos solicitado persistentemente que el gobierno de Israel realice una investigación completa y transparente de la muerte de Rachel. Nuestras solicitudes no han recibido respuesta o han sido ignoradas."
Ahora, los ataques contra toda la gente de Gaza y el más reciente contra Tristan Anderson en Ni’lin exigen una investigación y rendimiento de cuentas. Llamamos al presidente Obama, a la Secretaria de Estado Clinton, y a miembros del Congreso a que actúen con fortaleza y calor para asegurar que las atrocidades que han ocurrido sean encaradas por el gobierno israelí y mediante la ley estadounidense e internacional relevante. Les pedimos que actúen de inmediato para detener la impunidad de la que gozan los militares israelíes, no que la alienten.
A pesar del dolor, una vez más nos hemos sentido afortunados por poder penetrar brevemente en las vidas de los amigos palestinos de Rachel. Nos emocionó su resistencia, y nos alentó su canto, su danza y su risa en medio de las lágrimas. Rachel escribió en 2003: "Sin embargo me sorprende su fortaleza al poder defender una parte tan grande de su humanidad – su risa, generosidad, tiempo para la familia – contra el increíble horror que ocurre en sus vidas… También descubro un grado de fortaleza y de la capacidad básica de los seres humanos de seguir siendo humanos en las peores circunstancias… Pienso que la palabra es dignidad."
En este sexto aniversario del asesinato de Rachel, nos hacemos eco de sus sentimientos.
Sinceramente,
Cindy and Craig Corrie
En nombre de nuestra familia
16 de marzo de 2009
16 de marzo de 2009
Agradecemos a todos los que siguen recordando a Rachel y a los que, en este sexto aniversario de su resistencia en Gaza, renuevan su propio compromiso con los derechos humanos, la justicia y la paz en Oriente Próximo. Los homenajes y acciones en su memoria son una fuente de inspiración para nosotros y para otros.
El viernes 13 de marzo supimos de la trágica herida del activista estadounidense Tristan Anderson. Tristan recibió un tiro en la cabeza con una granada de gas lacrimógena en la aldea Ni’lin en Cisjordania, cuando fuerzas israelíes atacaron una manifestación contra la construcción del muro de anexión que pasa a través de las tierras de la aldea. El mismo día, un residente de Ni’lin también fue alcanzado por un tiro en la pierna con munición de guerra.
Cuatro residentes de Ni’lin han sido muertos en los últimos ocho meses cuando aldeanos y sus partidarios han manifestado valerosamente contra el Muro del Apartheid considerado ilegal por la Corte Internacional de Justicia – un muro que terminará por absorber un cuarto de la tierra restante de la aldea. Los que han muerto son: un niño de diez años, Ahmed Mousa, de un tiro en la frente con munición de guerra el 29 de julio de 2008; Yousef Amira (de 17 años) alcanzado por balas de acero cubiertas de goma el 30 de julio de 2008; Arafat Rateb Khawaje (de 22 años) y Mohammed Khawaje (de 20 años), ambos muertos a tiros con munición de guerra el 28 de diciembre de 2008. En este aniversario, Rachel querría que todos nosotros tengamos presentes a Tristan Anderson y su familia, y a estos palestinos en nuestros pensamientos y plegarias, y pedimos a todos que hagan lo mismo.
Escribimos este mensaje desde el Cairo donde hemos vuelto después de una visita a Gaza con la Delegación
Code Pink desde EE.UU. Cincuenta y ocho mujeres y hombres cruzamos con éxito por el cruce de Rafah el sábado 7 de marzo para desafiar los cierres de frontera y el cerco y celebrar el Día Internacional de la Mujer con las fuertes y valerosas mujeres de Gaza. Rachel estaría muy feliz de que nuestra animosa delegación haya hecho este viaje.
Del norte al sur por toda la Franja, presenciamos la extensa destrucción de vecindarios, edificios municipales, estaciones de policía, mezquitas, y escuelas – víctimas de los ataques militares israelíes en diciembre y enero. Cuando preguntamos por el impacto personal de los ataques sobre las personas que encontramos, oímos hablar repetidamente de la pérdida de madres, padres, hijos, primos, y amigos. El Centro Palestino por los Derechos Humanos informa que hubo 1.434 palestinos muertos y más de 5.000 heridos, entre ellos 288 niños y 121 mujeres.
Caminamos por la aldea agrícola de Khoza en el sur donde cincuenta casas fueron destruidas durante la invasión por tierra. Un joven se arrastró a través de un agujero en los escombros para mostrarnos el sótano en el que él y su familia se acurrucaron mientras una aplanadora aplastaba su casa sobre ellos. Nos hablaron de Rafiya, quien condujo a mujeres y niños aterrorizados para alejarlos de este vecindario ante las amenazantes aplanadoras militares israelíes, sólo para ser herida y muerta por el fuego de un francotirador israelí mientras caminaba por la calle con su bandera blanca.
Los palestinos, y los extranjeros que están en el terreno apoyándolos, nos dijeron repetidamente que no hay cese al fuego. Por cierto, explosiones de bombas del área fronteriza puntuaban nuestras conversaciones cuando llegamos y partimos de Gaza. Durante nuestra última noche, estuvimos sentados junto a un fuego a la luz de la luna en los restos de la tierra agrícola de un amigo y le escuchamos mientras nos contaba cómo los militares israelíes destruyeron su casa en 2004, y cómo su segunda casa fue destrozada el 6 de febrero de este año. Esta, vez fue fuego de cohetes israelíes de helicópteros Apache. Quedó una mata de trigo y se mecía pacíficamente en la brisa mientras hablábamos, pero nuestra atención cambió rápidamente cuando aviones F-16 pasó como un rayo por el cielo nocturno, y nuestro amigo explicó que si los aviones se ladean significa que van a atacar.
Por doquier, los costes psicológicos de los recientes y continuos ataques para todos los gazanos, especialmente para los niños, son dolorosamente aparentes. No sólo para los que han sufrido las peores pérdidas y que muestran las cicatrices de todo lo que ha sucedido. Son también los que presenciaron cómo sus compañeros de escuela volaban por los aires, cuando los cadetes de policía fueron bombardeados al otro lado de la calle y aquellos que sintieron y escucharon las aterradoras explosiones de misiles que caían cerca de sus propias casas. Son los niños que cada día tienen que pasar junto a la inexplicable e inhumana destrucción que ha ocurrido.
En el caso de Rachel, aunque el gobierno israelí prometió una investigación exhaustiva, creíble y transparente, después de seis años, la posición del gobierno de EE.UU. sigue siendo que una tal investigación no ha tenido lugar. En marzo de 2008, Michele Bernier-Toff, Gerente General de los Servicios de Ciudadanos en el Extranjero del Departamento de Estado, escribió: "Hemos solicitado persistentemente que el gobierno de Israel realice una investigación completa y transparente de la muerte de Rachel. Nuestras solicitudes no han recibido respuesta o han sido ignoradas."
Ahora, los ataques contra toda la gente de Gaza y el más reciente contra Tristan Anderson en Ni’lin exigen una investigación y rendimiento de cuentas. Llamamos al presidente Obama, a la Secretaria de Estado Clinton, y a miembros del Congreso a que actúen con fortaleza y calor para asegurar que las atrocidades que han ocurrido sean encaradas por el gobierno israelí y mediante la ley estadounidense e internacional relevante. Les pedimos que actúen de inmediato para detener la impunidad de la que gozan los militares israelíes, no que la alienten.
A pesar del dolor, una vez más nos hemos sentido afortunados por poder penetrar brevemente en las vidas de los amigos palestinos de Rachel. Nos emocionó su resistencia, y nos alentó su canto, su danza y su risa en medio de las lágrimas. Rachel escribió en 2003: "Sin embargo me sorprende su fortaleza al poder defender una parte tan grande de su humanidad – su risa, generosidad, tiempo para la familia – contra el increíble horror que ocurre en sus vidas… También descubro un grado de fortaleza y de la capacidad básica de los seres humanos de seguir siendo humanos en las peores circunstancias… Pienso que la palabra es dignidad."
En este sexto aniversario del asesinato de Rachel, nos hacemos eco de sus sentimientos.
Sinceramente,
Cindy and Craig Corrie
En nombre de nuestra familia
16 de marzo de 2009
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