Submitted by kalo on Mar, 28/05/2013 - 22:49
por Mumia Abu-Jamal
Tornados de más de 3 kilómetros de ancho. Azotando, arrancando,
destrozando. Vidas, tablas de madera, ladrillos, familias y corazones
hechos trizas. Edificios del tamaño de centros comerciales triturados
como si fueran juguetes infantiles. Coches, árboles, niñas, niños.
¡Dios mío! ¡Niñas y niños aventados al aire como hojas secas!
Aunque el hombre no creó esas fuerzas primordiales de la naturaleza,
la vida industrial moderna con su infinidad de contaminantes no alivia
los daños; por lo contrario, los exacerba. Por eso nos golpean tormentas
cada vez más tremendas, cada vez más feroces.
La Naturaleza desata su rabia como una diosa furiosa ––desgarrando,
azotando, arrancando y aplastando todo. Remolinos de viento ante los
cuales poca gente se atreve a ponerse de pie.
Mientras tanto, los políticos debaten sobre si el cambio climático es
real o no, a la vez que madres y padres sepultan a sus niñas y niños.
Ésta vez le tocó a Moore, Oklahoma.
Hay más por venir.
Desde la nación encarcelada soy Mumia Abu-Jamal.
-© ’13 maj
24 de mayo de 2013
Audio grabado por Noelle Hanrahan: www.prisonradio.org
Texto circulado por Fatirah Litestar01@aol.com
Traducción Amig@s de Mumia, México
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