sábado, 14 de agosto de 2010

Guardianes de los alimentos

Guardianes de los alimentos

Las crisis financiera, energética, ambiental, climática, tecnológica, jurídica y alimentaria se potencian. Las grandes corporaciones se posicionan en todos los segmentos de la cadena alimentaria e instauran un llamado “sistema alimentario global”: acaparan tierra y semillas, fabrican insumos, cosechan, cultivan, almacenan, procesan, transportan y transforman comercializando finalmente al menudeo alimentos empacados o listos para servirse. A nivel oficial, insisten en que por primera vez la mitad del mundo vive en las urbes y pronto, con la ayuda de organismos internacionales, habrá un 75 por ciento urbano.

En un momento así, y cuando los falsos remedios intentan perpetuar que las grandes corporaciones sigan haciendo negocios pase lo que pase, es ilustrativo un documento del Grupo ETC que formula una cuestión vital: quién habrá de alimentarnos, quiénes en verdad son los guardianes de los alimentos en el mundo. La respuesta es sorpresivamente esperanzadora. Pese a que en los censos los indígenas y los campesinos están subestimados o escondidos en categorizaciones académicas o políticas que no los representan, por lo menos 1 500 millones de personas (en el más conservador escenario) producen sus propios alimentos, guardan e intercambian semillas nativas desde tiempos inmemoriales.

Cerca de un 85 por ciento de los alimentos producidos se consumen en la misma región ecológica, fuera del llamado “sistema alimentario mundial”, lo que significa que el mundo se alimenta de los campesinos independientes.

Esto, si consideramos únicamente a los agricultores más visibles. Aquellos que producen sus propios alimentos pueden sumar los 3 mil millones si se incluye a campesinos cultivadores (muchos de ellos indígenas), pastores (sedentarios y nómadas), productores pecuarios campesinos, cazadores, pescadores artesanales, recolectores y cosechadores de agua. El recuento es difícil porque varias de esas actividades son laboradas conjuntamente por el mismo núcleo de personas, familias o comunidades en diversas temporadas y sin que sean visibles estas actividades cotidianas.

Se podría incluir a unos 800 millones de personas que cultivan sus propios alimentos en las ciudades (azoteas, patios, huertos y terrenos comunitarios urbanos), pero de nuevo, es difusa la cuenta porque muchos van y vienen entre el campo y la ciudad.

Si este enorme grupo de personas y comunidades alimenta al mundo pese a la poca tierra con que cuenta (por eso exige a nivel mundial una urgente reforma agraria integral y un alto al acaparamiento corporativo), ¿por qué no aparece en la percepción general? ¿Por qué las políticas públicas internacionales y nacionales, las grandes iniciativas como la Revolución Verde y ahora AGRA, se empeñan en desacreditar a los campesinos, y criminalizar sus semillas nativas y saberes con leyes que atentan contra 10 mil años de agricultura campesina?

Al sistema alimentario mundial le es indispensable “terminar con la producción independiente de alimentos, terminar con las semillas independientes no controladas por las grandes corporaciones y la posibilidad de autonomía de las comunidades”.

Hacerlo implica leyes y políticas nocivas y un control difícil de implementar cuando millones de personas no quieren pedir permiso para ser quienes son y producir alimentos resistiendo en las márgenes del sistema. Dice Camila Montecinos: “Si la comida que producen los pueblos campesinos e indígenas fuese marginal, no se necesitarían estas leyes, dejarían que las comunidades campesinas e indígenas murieran por sí solas. La intensidad del ataque tiene que ver con la importancia de lo que todavía mantienen en sus manos las comunidades. Hoy es más importante que nunca mantener las semillas propias y los sistemas colectivos que permiten que esa semilla se mantenga viva y caminando”.

Ojarasca

Ver Grupo ETC, “Quién nos alimentará”, www.etcgroup.org, y GRAIN, “Leyes para acabar con la agricultura independiente”, Biodiversidad, sustento y culturas, número 64, abril de 2010.

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