miércoles, 27 de julio de 2011

Que el fascista noruego es antizapatista


Una trampa muy común de la propaganda negra se basa en el hecho de que los lectores de medios impresos y más aún los de medios electrónicos acostumbran leer apresuradamente los títulos de los textos, pero no siempre, y en algunos casos se puede decir “casi nunca” las notas completas.

Por eso la mayor parte de la gente puede quedarse con una idea falsa, una mentira pues, por un título tendencioso, tramposamente redactado.

En Veracruz, puerto jarocho hoy muy conocido por la violencia, una nota que decía “Me siento como ángel porque hago felices a los hombres” era el titular, hace muchos años, de un periódico que hoy ya no tiene el mismo nombre (se llamaba Sur). Era una entrevista a una joven trabajadora sexual, el entrevistador dice que era menor de edad. La frase del titular era del entrevistador: – ¿No te sientes como un ángel? – ¿Por qué? –Porque haces felices a los hombres. – … bueno… sí… Y el titular estaba hecho.

El titular que hoy criticaremos es muy tendencioso: “Que el terrorista noruego estudió al EZLN”. Así cabeceó el periódico de derecha Excélsior la nota de Carmen Álvarez, con el subtítulo o sumario: “Behring Breivik analizó al movimiento zapatista chiapaneco como ejemplo de revolución contemporánea”. Cf: http://excelsior.com.mx/index.php?m=nota&id_nota=756375

Si el lector se queda con ese titular, como la mayoría, se quedará con la idea maliciosa, y eso es lo que Excélsior busca, de que un terrorista estudió al zapatismo antes de perpetrar los homicidios que cometió. La asociación de las palabras “terrorismo” y “zapatismo” es lo el gobierno de Obama (y el de Calderón y el de Sabines, sus subordinados políticos) quisieran en la mente de muchos, para poder atacar con mano ancha a las comunidades autónomas zapatistas en Chiapas. Es contrainsurgencia mediática, pues.

Lo que dice la nota de Carmen Álvarez es que Behring Breivik estudió al EZLN como se estudia a un enemigo. Es decir, el noruego es antizapatista. El párrafo inicial es muy tendencioso también, pero no eludir la oposición entre el noruego y los zapatistas: “Aun cuando su pensamiento es abiertamente antimarxista, Anders Behring Breivik, autor confeso de la masacre del viernes pasado en Noruega, estudió al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) de Chiapas para entender cómo funcionan las revoluciones de izquierda y adaptar estrategias para su propio movimiento extremista.”

Es una frase muy maliciosa: “su propio movimiento extremista” que pretende homologar a un asesino confeso de derecha con el EZLN, una organización de izquierda. Más adelante dice que el noruego estudió otras cosas: “En el documento, fechado este año en Londres, Breivik convocó a una revolución conservadora, nacionalista y antimarxista en Europa que demanda, entre otras cosas, el análisis de una amplia bibliografía de teóricos y protagonistas del marxismo, nacionalismo, fascismo y del zapatismo mexicano.”

Es decir, el noruego quiere impulsar una revolución conservadora contra los marxistas y los zapatistas, pero la autora mezcla todo lo que el noruego estudió, en una redacción más confusa que las ideas del multihomicida.
Excélsior usa un lenguaje que suaviza la oposición entre el multihomicida y los zapatistas: “Paradójicamente, de acuerdo con el documento, contó con el apoyo de marxistas para entender el funcionamiento de las revoluciones, sea cual fuere su tendencia ideológica.” Tiene que poner “paradójicamente”, porque es contradictorio el ideario del noruego con el de los zapatistas que dice la nota que “estudió”. Pero ¿cuántos lectores columbran que paradoja implica contradicción?

El noruego es contrario a las ideas de cambio social, como las ideas zapatistas. La reportera cita, entre los documentos “estudiados”, uno contra los zapatistas: “La bibliografía incluye un artículo que Judith Hellman escribió en 2000 para el Socialist Register bajo el título Chiapas virtual: el realismo mágico y la izquierda.” Es antizapatista desde la ironía del título. Y el contenido descrito por la reportera es antizapatista: “Además de hacer un profundo análisis de los antecedentes del movimiento y de sus detonadores económicos y políticos a nivel nacional e internacional, el extenso artículo de Hellman critica la fascinación de los europeos por la labor propagandística del subcomandante Marcos a través de Internet, pero sin estar dispuestos a profundizar en el análisis del fenómeno.”

Además cita otros documentos: “La bibliografía propuesta por Breivik con ayuda de expertos en marxismo sugiere también la lectura de Subcomandante Marcos, siete piezas sueltas del rompecabezas mundial, disponible en línea, así como el ensayo de Luisa Ortiz-Pérez, Marcos y la guerrilla del EZLN en Chiapas, publicada por las editoriales Colin Baker y Mike Tyldesley.”

Lo que no explicita más claramente es que Behring Breivik cree en la superioridad de los blancos sobro todas las demás “razas”, es racista.

Es decir, la ideología del personaje es del mismo tipo que la de los coletos chiapanecos antizapatistas, quienes quieren tener a los indígenas siempre dominados y por esos aborrecen el zapatismo.

Ya luego la nota del Excélsior habla de explosivos y de violencia. Pero la cizaña quedó sembrada, tramposa y mentirosamente poner juntos “terrorismo” y zapatismo. Lo que tanto la autora como el editor y el periódico Excélsior hacen es difamar y calumniar.

A las personas que más se pude identificar con la ideología de Behring Breivik en México es a los antizapatistas, quienes, como él, aborrecen el multiculturalismo por el que los zapatistas luchan: “Un mundo donde quepan muchos mundos”. Los fascistas, como se ha declarado el multihomicida noruego, luchan por un mundo donde no quepan los musulmanes, ni los indígenas ni ninguna otra “raza” o gente que la suya, la blanca. O bien que las otras “razas” quepan pero como sus esclavos, pero que no emigren a sus países, que se queden a trabajar y morir para alimentar el capitalismo, en Asia, África, América Latina.

Lo más parecido al pensamiento del “extremista” de derecha noruego que tenemos en México son los defensores del status quo y de la contrainsurgencia antizapatista en Chiapas, ejemplos: Pedro Ferriz de Con, quien explica los motivos de Behring Breivik con un entusiasmo que parecen más una apología que una explicación.

Ni el título, ni el sumario, ni el cuerpo de la nota explican claramente que el noruego multicitado es enemigo de las revoluciones, enemigo del EZLN, y también que no se puede inspirar en ellos porque aborrece el pensamiento multi o pluriculturalista como el de los zapatistas y porque los zapatistas nunca han usado métodos terroristas. Es más se han deslindado de los grupos que utilizan esos métodos.

La analogía más verosímil del noruego es con el presidente de México, como escribiera un usuario de Facebook: “En Noruega un fanático de derecha dejó decenas de muertos porque no desea una Europa multicultural, en México un fanático de derecha ha dejado decenas de miles de muertos porque Estados Unidos necesita vender armas, comprar drogas, controlar a la población, reinstalar la esclavitud…”

Pero el trabajo de notas como ésta, se basa en la idea de oro de la propaganda negra: “Miente que algo queda”. El lector desinformado asociará las ideas que, con toda falta de ética, Excélsior mezcló sin explicar, aclarar ni analizar: Eso se llama mala conciencia, o como dice el pueblo mexicano “mala leche”

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