martes, 30 de noviembre de 2010

Jóvenes, sector marginado del modelo social dominante

No sólo son excluidos de educación y empleo, sino de acceso a vivienda y cultura: Pablo Yánez
La pobreza de tiempo para su desarrollo les impide construir su plan de vida: Martí Batres

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Un joven realiza acrobacias mientras la luz del semáforo permanece en rojo y así gana unos pesos para subsistir. Imagen captada en avenida Parque LiraFoto Francisco Olvera
Bertha Teresa Ramírez
 
Periódico La Jornada
Martes 30 de noviembre de 2010, p. 36
 
Con miras a aplicar las políticas que se requieren en la ciudad de México para atender a la población joven, sobre la cual se ciernen amenazas como las economías informal e ilícita, que buscan reclutarla, académicos de diversas instituciones educativas y funcionarios del gobierno capitalino analizan las condiciones de ese sector de la población en la capital del país.

En el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), durante el foro La situación de las y los jóvenes en el Distrito Federal, Pablo Yánez, director del Consejo Evaluación del Desarrollo del Distrito Federal, expuso que los jóvenes no sólo enfrentan problemas de exclusión de escuelas y empleos, sino de acceso a la vivienda, a la cultura, a la recreación, entre otros. Dijo que "40 por ciento de los jóvenes en la ciudad no conoce el mar".

Abundó que el modelo social dominante, el cual desvalora el trabajo, reduce los derechos sociales y profundiza la exclusión social, ha golpeado muy particularmente a la juventud, porque los jóvenes llegaron a esta edad arrastrando el proceso de desmantelamiento y debilitamiento de todas las instituciones de protección e inclusión social.

Esta situación de pobreza alcanza también a los que estudian y trabajan, pues existe un profundo debilitamiento del vínculo entre la escolaridad y el ingreso. Indicó que es falso que baste con acumular capital humano vía educación para garantizar mejores empleos y mejores ingresos a los jóvenes, pues si no hay una modificación en los mercados de empleo, lo que estamos teniendo son jóvenes con más estudio y el mismo nivel de pobreza, aseveró.

Indicó que 50 por ciento de las personas desempleadas en la ciudad no es por falta de capacitación; tienen educación superior o media superior, pero carecen de empleos acordes con el nivel de escolaridad. Por eso, uno de los métodos es articular la política social con la económica y la educativa.

Una de las consecuencias de la falta de una política integral para los jóvenes sería la pérdida de cohesión social, que haya grupos de jóvenes que puedan sentirse atraídos por el crimen u otras opciones delictivas, añadió.

El titular de la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno de la ciudad, Martí Batres, señaló que aunado a la falta de acceso a la educación y el empleo, dadas las características del tránsito en la ciudad, de los subempleos temporales, de la volatilidad de los ingresos que obtienen de éstos, de las responsabilidades familiares tempranas, los jóvenes enfrentan una pobreza de tiempo para su desarrollo personal, cultural, inclusive de falta de tiempo para sus seres queridos, lo que contribuye a que no puedan construir con certidumbre su plan de vida.

En la miseria es difícil construir una orquesta de música; no tienen la posibilidad de ir al cine, el teatro está vetado para los jóvenes, el cine pasó de ser un espectáculo para los jóvenes a uno de clases medias. Cuando en esa etapa de la vida el cine es una forma de conocerse.

Batres señaló que ante estas condiciones, los jóvenes se ven amenazados por otros fenómenos que se han generado y que buscan reclutarlos y absorberlos, como los de la informalidad, de economías ilícitas, que van desde el comercio en vía pública hasta el narcotráfico. Indicó que la población del DF es de 8 millones y medio de personas, de las cuales 20 por ciento son jóvenes entre 15 y 29 años de edad.

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