1. La distracción es el elemento básico del control social y significa desviar la atención de lo importante abrumando con distracciones e información insignificante usando un lenguaje oral y visual exagerado.
2. Crear problemas y después ofrecer soluciones con el método de “problema-reacción-solución”. Crear un problema para causar un miedo o coraje tal que se exijan leyes y policías más agresivas contra los derechos fundamentales.
3. La gradualidad en la imposición de ideas en forma imperceptible, indirecta, a cuentagotas, por largo tiempo.
4. El diferir, que es lograr de antemano la aceptación de políticas impopular al presentarlas como “dolorosas y necesarias” y guardarlas para usarlas cuando sea conveniente. Es más fácil la aceptación de un sacrificio a futuro que aceptarlo hoy ya que existe la idea de que “todo irá mejor mañana”.
5. Dirigirse al público como menores de edad. La publicidad utiliza discursos, argumentos, personajes y entonación infantiles, como si fueran criaturas de poca edad o deficientes mentales.
6. Manejar las emociones más que la reflexión para confundir en el análisis racional y en el sentido crítico.
7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad para que sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser lo más pobre y mediocre posibles”.
8. Estimular al público a la complacencia con la mediocridad. Promover que es moda el ser estúpido, vulgar e inculto.
9. Reforzar el sentimiento de autoculpabilidad. Hacer creer al individuo que él es culpable de su desgracia, por falta de inteligencia, de capacidad o de esfuerzo. Con ello viene la autodevaluación, la frustración y el sentimiento de culpa.
10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen para manejarlos mejor, generar una brecha creciente entre los conocimientos del público y aquellos poseídos y utilizados por las elites dominantes.
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