martes, 24 de septiembre de 2013

Contra el movimiento magisterial y popular, estrategias de guerra de cuarta generación

Contra el movimiento magisterial y popular, estrategias de guerra de cuarta generación

Hermanas y hermanos en la pobreza y en la lucha:

El maniquí sin cerebro que funge como gerente del actual narco gobierno advirtió: Las reformas van y los que se opongan sentirán toda la fuerza del estado democrático (remember Atenco). Lo que quiso decir Peña Nieto es que para imponer las reformas combinarán la represión con la manipulación mediática.

Desde hace varios años el desgobierno con asesores estadunidenses ha implementado una guerra de cuarta generación en la que mediante la manipulación informativa y la acción sicológica busca crear consenso para criminalizar la protesta social y manipular la conducta de gran parte de la opinión pública para que avale o por lo menos sea indiferente ante la represión. A través de las televisoras fomentan el rechazo y el odio hacia quienes luchan contra la embestida empresarial.

Las reformas educativa, energética y fiscal junto con la ya aprobada reforma laboral legitiman y fortalecen el saqueo y la rapiña de los que ya se apropiaron de casi todos nuestros riquezas nacionales y van por lo que queda.
Las televisoras y los “analistas” repiten y repiten que las reformas nos van a catapultar directo a la modernización, al progreso y al desarrollo. Ni siquiera tienen imaginación para inventar nuevos argumentos ya que este discurso lo han repetido desde que Salinas le vendió Telmex a Slim. Lo volvieron a decir cuando privatizaron el ejido. Nos lo recalcaron cuando firmaron el Tratado de Libre Comercio (TLC) aunque entonces le agregaron que íbamos a estar a la par que Estados Unidos y Canadá.

La promesa modernizadora fue reciclada para aprobar la reforma laboral e imponernos el pago por hora, el trabajo a destajo, las cuotas por productividad y los contratos renovables mes a mes, igualito que en USA, nada más que allá el salario es en dólares.

¿Puede entonces alguien creer el discurso oficial? Pues sí, gracias al lavado de cerebro y a la manipulación de emociones como el miedo al “otro”, en este caso al “subversivo”, al “delincuente”, al “extremista”, al “violento”. El miedo al cambio, a perder las libertades y la constante invitación al conformismo. Mientras puedas ver tele y consumir, estás bien.

El “subversivo –delincuente– extremista violento” es el rubro en el que el gobierno cataloga a los jóvenes, más si son pobres, peor si son críticos; incluye también a todos los trabajadores que luchan por mejorar sus condiciones laborales.

Muy especialmente son “subversivos – delincuentes – extremistas violentos” los pueblos que luchan contra el despojo de sus aguas y tierras. Ya traspasaron los límites permitidos por el mal gobierno al atreverse a formar policías comunitarias y grupos de autodefensa para enfrentarse al despojo y a la delincuencia organizada.

En el bombardeo ideológico tienen un papel destacado los partidos, muy especialmente los de supuesta izquierda que se auto proclaman concesionarios absolutos de la protesta social o sea que toda forma de lucha que se sale de su control es descalificada como “violenta”, “radical” e “irracional”. La izquierda domesticada descalifica hasta las manifestaciones, plantones, cierre de carreteras, toma de casetas, taparse la cara y otras maneras que el pueblo utiliza para hacer oír su voz. Se suman al bombardeo mediático y sirven a los intereses de los ricos, por más que lo nieguen.

Contra los pueblos que ya empezaron a armarse y auto defenderse gobernación implementó por un lado la creación de grupos armados, supuestamente también de autodefensa pero que en realidad son paramilitares y sicarios del narco al servicio del mal gobierno. Estas falsas “autodefensas” tienen el doble objetivo de dividir a los pueblos y de crear mala fama ante la opinión pública pues efectivamente son narcos y asesinos. Son en la práctica muy parecidos a lo que los manuales contrainsurgentes de los GOES (Grupos de Operaciones Especiales Selectas) llaman “unidades de guerra sicológica”. A río revuelto ganancia de pescadores.

Por otro lado pero al mismo tiempo, las televisoras y los “gobernantes” remachan y remachan que nadie debe hacerse justicia por mano propia, que la violencia solo genera más violencia. Presentan imágenes aisladas del contexto que buscan crear la idea de que los luchadores sociales y los pueblos que se defienden son irracionalmente violentos. Las dos medidas permitieron la detención de pobladores indígenas de Aquila, Michoacán que fueron llevados a la SIEDO mientras la minera Terniun continúa saqueando las tierras comunales.

Este es solo un ejemplo de la guerra asimétrica, contrainsurgente, de cuarta generación que tiene como ingrediente fundamental la manipulación propagandística y por tanto los grandes consorcios mediáticos (televisa y tele azteca, por ejemplo) son pilares fundamentales para mantener el estado de cosas.

Otro ejemplo de que la guerra de cuarta generación ya está en marcha en nuestro país es el bombardeo mediático contra los maestros. Las televisoras utilizan las molestias de tráfico, los supuestos privilegios magisteriales y el temor a la pérdida del año escolar como argumentos para incitar al odio entre mexicanos. Se trata de una operación mediática para criminalizar y aislar la lucha social.

Pocos medios tocan el meollo del problema magisterial: Por un lado la educación pública cada vez se aleja más del ideal juarista de una educación gratuita, laica, científica, crítica. La convierten en los hechos en una educación memorizante, que atrofia el pensamiento y destruye la creatividad e iniciativa. Es también un medio para robotizar y disciplinar a la mano de obra barata. Es también un filtro que va dejando en el camino a muchos jóvenes excluidos, rechazados, marginados de la supuesta modernización.

La reforma educativa coloca a los maestros en una situación de indefensión pues va a ser más fácil despedirlos o removerlos si no se pliegan a las órdenes oficiales-sindicales.

Las tan publicitadas reformas “estructurales” le rematan lo que queda de nuestra riqueza nacional a la oligarquía nacional y extranjera que se han apropiado de los minerales, petróleo, agua, bosques, nuestra diversidad biológica, telecomunicaciones, electricidad, ferrocarriles, carreteras, líneas aéreas, aeropuertos, playas, astilleros, puertos marítimos y todo lo que podría sostener una economía nacional autosustentable.

Hoy las ganancias benefician a esos multimillonarios, lavadores de grandes capitales provenientes no solo del narcotráfico sino también de la trata de personas, el cobro de piso y otras actividades mafiosas que hoy sostienen gran parte de la economía nacional.

A los demás mexicanos, los que somos mano de obra barata, los que estorbamos, los excluidos del proyecto neoliberal impuesto por el Fondo Monetario Internacional, esas reformas nos perjudican.

A partir de 1982 los “neo científicos” impulsores de este momento de modernidad capitalista empezaron a acelerar las privatizaciones, modificaron nuestra constitución para poder vender todo y a partir de entonces la economía nacional empezó a estancarse, a “desacelerarse”. Ese discurso de que la modernización neoliberal nos beneficiaría es solo eso, un discurso. En la realidad los únicos ganones han sido alrededor de 300 familias asociadas al capital extranjero.

Un ejemplo de cómo nos “benefician” las reformas constitucionales es que actualmente más de 30 millones de hectáreas del suelo nacional (un territorio mayor al estado de Chihuahua) está concesionado a las empresas mineras nacionales y extranjeras.

¿Y los pueblos que se resisten al despojo disfrazado de “concesiones”? ¿Dónde están? Algunos ya emigraron y fueron a engrosar los cinturones de miseria de las ciudades, otros fueron cooptados por los narco militares, otros fueron asesinados o están presos y muchos resisten como sucede en Michoacán, Guerrero, Veracruz, Morelos, Oaxaca, San Luis Potosí y demás estados ricos en oro, plata, hierro y otros minerales que enriquecen la economía de los países saqueadores, los del primer mundo que pueden serlo gracias a ese continuo saqueo que hacen de nosotros los países del tercer mundo, emergentes, endeudados.

Muchos conflictos que aparecen como enfrentamientos entre narcos en realidad tienen la finalidad de despoblar las regiones ricas en minerales, bosques y agua. Los grupos narco paramilitares al servicio del gobernó y los empresarios cumplen hoy la función de aterrorizar a los pueblos, que hoy son los desplazados. Guerrero es el ejemplo más claro de este fenómeno.

La minería a cielo abierto es una forma de neo esclavismo que acaba con los mantos acuíferos, selvas, bosques y la capa vegetal además de que contamina los suelos, cultivos, manantiales y mantos freáticos con arsénico y metales pesados que los dejan inservibles por décadas. Al mal gobierno solo le importa vender, vender y vender hoy, hoy, hoy. ¿De qué viviremos los mexicanos dentro de unos años si nuestros suelos ya no pueden producir y nuestras aguas están contaminadas o son propiedad privada de empresas como Coca Cola, Nestlé, Danone y Pepsico?

El petróleo es actualmente, pese a la enorme corrupción, el sostén de la economía nacional ya que cuatro de cada diez pesos del presupuesto nacional los aporta PEMEX. Toda esa ganancia pasará a las empresas extranjeras, principalmente españolas y estadunidenses.

La reforma educativa pretende controlar a los maestros a través de la represión económica y administrativa con la permanente amenaza del despido, la suspensión de sueldos y cambios de escuela si no se pliegan al proyecto gubernamental privatizador de la educación. A vender todo lo que se pueda.

La santanesca reforma hacendaria, suavizada gracias a las movilizaciones populares, principalmente las magisteriales, pretende sustituir con el cobro de más impuestos, los recursos que la privatización de Pemex quitará al presupuesto nacional. A ese paso el único sostén de la economía nacional serán los recursos provenientes de las actividades mafiosas desde el narcotráfico, trata de personas, cobro de piso, extorsiones, etc.

Si ya de por si la “desacelerada” economía mexicana ni siquiera cumple las expectativas de la clase empresarial con estas reformas aún menos. Un botón de muestra es que para este año se necesita crear por lo menos un millón de empleos pero en el primer semestre solo se crearon 295 mil empleos, 161 mil menos que en el mismo periodo del año pasado, de acuerdo a los datos del Inegi.

Otro botón de muestra que indica el tamaño de la rapiña: durante la década que va del año 2000 al 2010 se extrajo más oro (420 mil kilogramos) que durante los trescientos años de colonia española (192 mil kilogramos). El caso de la plata es muy parecido. ¿Y acaso toda esta riqueza ha beneficiado al pueblo mexicano? En base a este ejemplo ¿podemos creer que la concesión a las grandes empresas (en los hechos privatización) de nuestra riqueza petrolera y eléctrica nos va a beneficiar a los mexicanos?

Otro botón de muestra más es que el 85 por ciento de la economía nacional lo forman empresas extranjeras. Ellas son las que exportan, nosotros seguimos siendo principalmente exportadores de capitales, materias primas y mano de obra barata. Importamos gasolina, diesel y lubricantes por más de 70 mil millones de dólares al año. Con la pretendida privatización petrolera se refinarán aquí pero las ganancias serán para los mismos oligarcas de siempre. El modelo capitalista neoliberal se mantiene en el poder mediante las asociaciones mafiosas donde las actividades lícitas e ilícitas se entremezclan y rebasan fronteras. Es tan común que las constructoras con capital del narco se apropien de las tierras comunales asesinando al que no quiera malbaratarles su terreno.

Además con la política de que es mejor traer del extranjero los alimentos que producirlos aquí, la agricultura nacional está colapsada y nos convirtieron en un país muy vulnerable porque los precios de los alimentos son manipulados fácilmente por las trasnacionales que acaparan la producción mundial de alimentos. Nuestra soberanía nacional está hoy a merced de la volatibilidad de los precios de los granos básicos que antes producíamos aquí. Durante el año pasado se importaron casi once millones de toneladas de maíz, un millón más que durante 2011. Los productores estadunidenses se frotan las manos porque calculan que en diez años más las compras mexicanas de maíz llegarán a 17 millones de toneladas. Este es el lucro con el hambre, es el resultado del desmantelamiento de la agricultura nacional para apegarnos al modelo de subdesarrollo dependiente de los países que nos saquean, como estados Unidos, Canadá y España principalmente.

El gobierno de los ricos desmantela la industria nacional, destruye la agricultura en beneficio de las trasnacionales como Monsanto (corrida de muchos países europeos). Esta política entreguista provoca mayor desempleo, mayor migración, mayor delincuencia. A cambio nos dan las limosnas de Oportunidades, la cruzada contra el hambre, el seguro popular, el prometido y selectivo seguro de desempleo y demás medidas que son algo así como un subsidio que invierten los de arriba para mantenernos aplacados a los de abajo mientras se llevan todo.

La penetración de semillas transgénicas, fertilizantes e insecticidas agro tóxicos terminan de amolar al campo mexicano. Las tierras improductivas son más baratas y es donde las fraccionadoras e inmobiliarias compran.

Hay una crisis recesiva mundial que se refleja en el desmantelamiento de la industria nacional en los países subdesarrollados como el nuestro, en quiebra de empresas no asociadas a los grandes consorcios y por tanto despidos laborales cada vez más masivos.

Agregamos que el modelo neoliberal ya entró en su fase más rapaz apropiándose de las aguas, tierras y recursos naturales que aún no están es su poder y para eso primero, a través de la manipulación mediática, destruye los valores comunitarios y el amor hacia las culturas originarias y las sustituye por “valores” individualistas, por consumismo, por múltiples fanatismos religiosos. Aísla, divide y vencerás.

Sumamos los constantes agravios sociales que cometen el ejército, la marina, los diferentes cuerpos policiacos, los narco paramilitares y la élite gobernante y entonces el bombardeo mediático pierde efectividad ante la fuerza de la realidad que hoy es de hambre, desempleo, despojo, narcotráfico, trata de personas. Este sistema roba el futuro a los jóvenes y contra eso no hay publicidad que funcione totalmente. Por eso la organización popular crece.

El gobierno pretende que nadie se arme para hacerse justicia por mano propia. Entiéndase que solo se permite que estén armados el ejército, la marina, los cuerpos policiacos, los narcos, los sicarios, los paramilitares, los golpeadores, los asesinos a sueldo que matan por encargo a luchadores sociales y a los campesinos que no venden sus tierras a las mineras, a las constructoras o a los capos. También pueden armarse los matones que simulan asaltos contra luchadores sindicales, defensores de derechos humanos y hasta contra ancianos que se niegan a vender sus casas a las inmobiliarias.

Dentro de la repartición del mundo que hicieron los dueños de los grandes capitales a México le asignaron el papel de proveedor de materias primas (petróleo, oro, plata, electricidad), proveedor de mano de obra barata (maquiladoras y reducción de las garantías laborales), exportador de capitales (deuda eterna). De acuerdo a este modelo de subdesarrollo continuaremos siendo un país dependiente de las potencias que hoy nos venden hasta lo que comemos. Por eso el gobierno de la oligarquía impulsa la destrucción de la industria nacional mediana, pequeña y micro. Por eso las tierras que antes producían alimentos, hoy están envenenadas por la minería a cielo abierto.

Con este modelo que nos impone el gran capital trasnacional y gansteril jamás vamos a solucionar el desempleo, ni la destrucción de los ecosistemas, ni la migración, ni el derramamiento de sangre y dolor que producen las actividades mafiosas. No se solucionarán con reformas ni parches porque forman parte del papel que nos asignaron los guionistas neoliberales.

Somos los de abajo quienes podemos construir un destino distinto para nuestra patria. Es posible un México menos desigual, más justo, donde no se nos arrebate hasta el derecho a pensar por nosotros mismos, donde no nos roben hasta la tranquilidad, hasta la alegría que da poder satisfacer las necesidades básicas con un trabajo digno.

Las inundaciones no son solamente producto de un fenómeno natural rarísimo, como la tele quiere hacernos creer, sino que se acumulan errores gubernamentales que agravan las consecuencias. Primero, hay muchos asentamientos humanos en zonas de riesgo, los damnificados del sistema viven en las orillas de los ríos, en pendientes de los cerros, en barrancas y donde se pueda a sabiendas de que sus vidas y las de sus familias corren peligro, pero no están ahí por gusto. No tienen opción, son parte de los excluidos por el desarrollo neoliberal.

Segundo. No funcionó el sistema para la prevención de desastres ya que desde el miércoles se pudo haber avisado a través de boletines de radio y televisión de que iba a llover varios días seguidos. Incluso desde el jueves se podía llevar a albergues a la población en zonas de riesgo. ¿No lo hicieron porque estaban ocupados preparando el grito y el desfile o porque los desastres son negocio? Ahora viene el lucro de los ganones de siempre: los políticos que se quedarán con gran parte de los miles de millones que dicen que van a gastar para reparar los daños; las constructoras lavadoras de dinero que se encargarán de la “reconstrucción”. Tercero. El lunes 16 de septiembre, miles de soldados y marinos desfilaron cuando debieron haber sido enviados a ayudar a las zonas de desastre. Igual las tanquetas y aviones. Estos factores agravan la tragedia. Y todavía falta la danza de los millones.

Ya estamos viendo que hasta la “ayuda” y el “rescate” tiene sus prioridades. Hay maquinarias y recursos para reabrir la autopista del sol y está bien. Pero no han enviado máquinas a las zonas indígenas de la montaña, ni en la tierra caliente, ni en la Costa Grande donde también se derrumbaron puentes y caminos y se desgajaron cerros. Eso que pasa en Guerrero sucede en otros estados. Se enfocan recursos hacia las áreas turísticas mientras a los damnificados de siempre se les ignora o se les atiende lentamente. Ni nos ven ni nos oyen. Para las colonias y pueblos populares enviarán láminas de cartón y zinc. A los hoteleros les reconstruirán sus instalaciones. La “ayuda” también tiene un carácter clasista y hay prioridades, por ejemplo el ejército cuida los supermercados y centros comerciales trasnacionales para que solo entren quienes pueden pagar. ¡Deberían estar abriendo caminos! Es lo mismo que en el terremoto del 85, cuando el ejército cuidó las bóvedas de los bancos mientras la población civil se organizó para sacar a los que todavía estaban vivos bajo los escombros. Se viene también el lucro político donde querrán que paguemos la ayuda con votos. Esa si es rapiña.

Solo nos queda la organización. La ayuda no es una limosna que nos dan porque son buenas gentes. Es su obligación ya que ellos solo son administradores del dinero que es del pueblo. Los miles de millones de dólares que entran diariamente por la venta de millón y medio de barriles de petróleo al día no son para que se los roben ni para que paguen la deuda externa sino para beneficiar al pueblo ¡Organicémonos para exigirle al mal gobierno que cumpla con la reconstrucción de las colonias, de los pueblos, de los caminos y puentes rurales! ¡Luchemos por una reconstrucción sin distinciones! ¡Hagamos de la solidaridad y la organización nuestra principal arma para obligar al mal gobierno a enfocar los recursos en quienes más lo necesiten y no lo usen para sus negocios, cochupos y componendas entre los grandes hoteleros, empresas trasnacionales prestadoras de servicios y constructoras beneficiarias de las concesiones gracias a compadrazgos políticos y compromisos de lavado de dinero! ¡Convirtamos nuestra desesperación en organización!

Solo nos queda una cosa por decir: la organización del pueblo continúa su marcha. Los instrumentos son la concientización y organización popular y los medios son todas las formas de lucha porque solo con la suma de ellas podremos ir construyendo un México menos desigual, más justo, donde los beneficios sean para la mayoría de los mexicanos y no como es ahora, que se quedan en unas cuantas manos.

Nosotros somos parte de ese proceso de lucha porque de algo no se han podido adueñar y es de la voluntad popular de construir un México donde quepamos todos y los pueblos sean dueños y beneficiarios de los recursos que están en sus tierras. No renunciamos al derecho constitucional y ético de utilizar todas las formas de lucha para derribar a los gobiernos que no benefician al pueblo.

Convertir cada lucha de resistencia en un medio para organizarnos, para unirnos como pueblos, como organizaciones de trabajadores. Hacer de cada lucha un instrumento que contrarreste el constante lavado de cerebro mediático.

Es tiempo de continuar la creación activa de las fuerzas populares mediante las luchas de resistencia en todos los frentes construyendo un poder popular que restituya el tejido social que el neoliberalismo destruye día a día, encontrando en la solidaridad, la honestidad, el colectivismo y la unidad de los de abajo las armas morales que consoliden a las organizaciones populares. Esa consolidación no se puede dar sin una ética de lucha.

Proponemos que en todas las luchas, sean de género, ecológicas, estudiantiles, por derechos humanos, laborales, por el derecho a la autodeterminación de los pueblos originarios, por la soberanía nacional, en defensa de la libertad de expresión y demás haya una ética política de solidaridad y honestidad.

En lo económico proponemos continuar y ampliar la construcción de economías autosustentables y relaciones de colaboración entre los pueblos y organizaciones; impidiendo que las trasnacionales se apropien de nuestros recursos naturales puesto que ahora la abundancia petrolera y mineral solo beneficia a unos cuantos ricos.

Resistir en lo social movilizándonos y organizándonos contra el despojo, el desempleo, por una educación laica, gratuita, obligatoria y pensante. Por hacer efectivos los derechos constitucionales a la salud y vivienda de calidad. Por el derecho al trabajo y a un salario digno. En lo cultural resistir recuperando lo mejor de nuestras tradiciones y redes comunitarias. Quitémosle el carácter elitista y de clase a la cultura.

En lo militar reivindicando el derecho a contraponer la fuerza popular, armada y no armada, ante la violencia sistémica y la represión. Tenemos derecho a responder a la violencia de los narcos y del mal gobierno. Que ninguna agresión quede impune.

Nosotros creemos que es urgente movilizarnos contra todas las políticas neoliberales que pisotean nuestros derechos pero también es urgente y necesario que trabajemos todos, desde la capacidad de cada quien, por la claridad política, ampliando los sectores conscientes y organizados de nuestro pueblo.

¡A defender y recuperar la patria, punto a punto y parte a parte!
¡Solidaridad con todas las luchas que se oponen a las contra reformas neoliberales!
¡Libertad a todos los presos políticos y sociales de México!
¡Resistiremos y Seremos Millones!
¡Globalicemos la solidaridad y la fraterrnidad entre los pueblos!
19 de septiembre de 2013
Movimiento Revolucionario Lucio Cabañas Barrientos (MRLCB).

lunes, 23 de septiembre de 2013

Solidaridad del Roko Pachucote YASUNIDO

La unión entre el Condor y el Águila. México, Ecuador, Latinoamérica, el Planeta Tierra, todos sufriendo los mismos ataques, todos viviendo día a día la misma Resistencia. Roco Pachukote impulsando la YASUNION entre los pueblos.

A 48 anios del asalto al cuartel militar de Ciudad Madera, Chihuahua

 
 
48 años se cumplen hoy del asalto al cuartel militar de Ciudad Madera, Chihuahua por un grupo de Dignos Mexicanos encabezados por el Profesor Rural Arturo Gamiz y el Doctor Pablo Gomez. 
 
 
 
 http://memoriapoliticademexico.org/Efemerides/9/23091965.html
 
 

domingo, 15 de septiembre de 2013

Que México viva


Fotos del apoyo a la lucha magisterial

Fotografías de la movilización ciudadana en apoyo a la lucha de las maestras y maestros, así como en contra de las "reformas" quie destruyen este país.

https://www.facebook.com/media/set/?set=a.716108405081958.1073741827.100000484150570&type=1&l=ed2f8279a1

La deuda

 Javier Sicilia

"Están en algún sitio / concertados / desconcertados / sordos / buscándose / buscándonos / bloqueados por los signos y las dudas / contemplando las verjas de las plazas / los timbres de las puertas / las viejas azoteas / ordenando sus sueños / sus olvidos / quizá convalecientes de su muerte privada// nadie les ha explicado con certeza / si ya se fueron o si no / si son pancartas o temblores / sobrevivientes o responsos// ven pasar árboles y pájaros / e ignoran a qué sombra pertenecen// cuando empezaron a desaparecer / hace tres cinco siete ceremonias / a desaparecer como sin sangre / como sin rostro y sin motivo / vieron por la ventana de su ausencia / lo que quedaba atrás / ese andamiaje de abrazos cielo y humo// cuando empezaron a desaparecer / como el oasis en los espejismos / a desaparecer sin últimas palabras / tenían en sus manos los trocitos / de cosas que querían// están en algún sitio / nube o tumba / están en algún sitio / estoy seguro / allá en el sur del alma// es posible que hayan extraviado la brújula / y hoy vaguen preguntando preguntando/ dónde carajo queda el buen amor/ porque vienen del odio.”


Este poema, Desaparecidos, de Mario Benedetti, que habla de los desaparecidos durante la llamada “guerra sucia” en América Latina, es un poema que parece escrito hoy para nosotros. No conozco en toda la poesía que he leído palabras más profundas y bellas para aproximarnos a la terrible experiencia de los desaparecidos y de los familiares que los buscan. No conozco, por lo mismo, palabras más certeras para gritarle a un Estado y a un país con más de 30 mil desaparecidos que tenemos una inmensa deuda con ellos y sus familias: la deuda de encontrarlos, de resarcir sus nombres, sus historias, y de devolverles, contra el odio que se los llevó, la casa, el descanso, el lugar, la paz que sólo el buen amor puede devolverles.

Leer y releer este poema, a una semana apenas del día consagrado a los desparecidos por la violencia (30 de agosto), es, por lo mismo, un deber de conciencia. Es también una obligación que debe hacernos sentir vergüenza y llevarnos a protestar y a resolver una forma del mal desconocida por sociedades que no tenían la menor idea de los derechos humanos: la supresión absoluta de la presencia de un ser humano en la tierra.

Los genocidios o la maldición con la que la Iglesia solía acompañar la ejecución de un hereje: “Que nadie se acuerde de su nombre”, lo testifican. Pero aún allí quedaban vestigios, presencias de alguien –por más despreciable que se le considerara– que fue, y que a partir de entonces dejó de estar en la vida de los hombres. Los mismos herejes, con esa maldición a cuestas, eran enterrados en campos maldecidos por sus enemigos. El propio Aquiles, que arrastró el cuerpo muerto de Héctor alrededor de las murallas de Troya como un signo de que borraba su existencia y la de su pueblo, devolvió el cuerpo a su padre.

La desaparición es un hecho de las sociedades con avances tecnológicos y organizaciones burocráticas tan descomunales como perversas; es también el fruto de un mercado sin límites y de una “cultura” –palabra equívoca para hablar de lo que niega la vida– que han reducido al ser humano a cosa, a desperdicio. Es la aporía de la civilización moderna. Su emblema más atroz es el horno crematorio de los nazis –esas tumbas, dice el poeta Paul Celan, fabricadas en el aire–, la fosa común, horriblemente sellada, de los gulags soviéticos y, luego, de las juntas militares latinoamericanas, y ahora el ácido y el diésel con los que operan los criminales en México. La evidencia es tan espantosa y demencial que una buena parte de la clase política se resiste a aceptarla y a tipificarla como delito y, al igual que en la Alemania nazi, una gran parte de la sociedad se encierra en la negación.

Treinta mil desaparecidos son sólo cifras, abstracciones que no dicen nada del horror inaudito. Jamás, fuera de un estadio donde los seres humanos son sólo manchas multicolores, podremos ver 30 mil rostros juntos: sus rasgos, sus ojos, sus expresiones de sufrimiento o de alegría, sus presencias tan necesarias como irrepetibles. Por eso la lectura del poema de Benedetti es fundamental para sentir lo que la estadística y las cifras nos niegan. Ese poema debería obligarnos a cerrar los ojos e imaginar los rasgos de nuestros hijos, sus sonrisas, sus maneras de ser que tanto amamos, para luego abrirlos e imaginar que ya no están, que unos hijos de puta, con la complicidad o la indiferencia del Estado, borraron su existencia, incluso los vestigios de su vida entre nosotros.

Entonces sentiremos la vergüenza, la indignación y la rabia que nos faltan y estaremos de nuevo junto a todos aquellos que el 30 de agosto, ante el Museo Memoria y Tolerancia, se unieron para gritar: “No desapareceremos (es decir, no volveremos a la alegría y el anonimato de nuestras vidas cotidianas) hasta que aparezca el último de nuestros herm@nos”, hasta que resarzamos la deuda que este país tiene con ellos, porque “están en algún sitio / concertados / desconcertados / sordos / buscándose / buscándonos / bloqueados por los signos y las dudas (…) preguntando / dónde carajo queda el buen amor / porque vienen del odio” y nos aguardan como una acusación para que los encontremos.

Además opino que hay que respetar los Acuerdos de San Andrés, liberar a todos los zapatistas presos, derruir el Costco-CM del Casino de la Selva, esclarecer los crímenes de las asesinadas de Juárez, sacar a la Minera San Xavier del Cerro de San Pedro, liberar a los presos de Atenco, hacerle juicio político a Ulises Ruiz, cambiar la estrategia de seguridad y resarcir a las víctimas de la guerra de Calderón.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

martes, 10 de septiembre de 2013

lunes, 9 de septiembre de 2013

jueves, 5 de septiembre de 2013

De nuevo otra vez

de nuevo otra vez, con risas de navajas,
de nuevo otra vez, demandan sacrificios,
patria fosa,
patria de obreros en barata
León Chávez Texeiro


La Rosa Blanca

Excelente película, basada en la novela del mismo nombre escrita por B. Traven, donde se retrata la voracidad de las empresas petroleras y las maniobras de las que son capaces para robar los bienes comunes de los pueblos.
Es una película excepcional no solo por la historia y las y los interpretes que participan sino porque tuvo que esperar 11 años para ser estrenada, de ese tamaño era el temor a las reacciones gringas.

Corrido de la expropiacion petrolera, canta Amparo Ochoa

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Los zapatistas, el arte de construir un mundo nuevo

Raúl Zibechi

Desde sus seis años de altura, Carlos Manuel abraza la cintura de su padre como si nunca se fuera a despegar. Mira el techo y sonríe. Julián, su padre, intenta zafarse. El niño cede pero permanece junto al padre. Irma, su hermana de unos ocho años, observa desde un rincón de la cocina donde su madre, Esther, trabaja sobre el fogón dando vuelta las tortillas de maíz que siguen siendo el alimento principal de las familias rurales.

Los otros tres hijos, incluyendo al mayor, Francisco, de 16, observan la escena que se repite durante las comidas como si fuera un ritual. La cocina es el lugar de pláticas que se esparcen tan lentas como el humo que asciende sobre los techos de zinc. Las palabras son tan frugales y sabrosas como la comida: frijol, maíz, café, plátanos y alguna hortaliza. Todo sembrado sin químicos, cosechado y elaborado a mano. Criado a campo abierto el pollo tiene un sabor diferente, como toda la comida en esta comunidad tojolabal.

Al terminar la comida cada uno lava sus platos y cubiertos, incluso el padre que por momentos colabora en la preparación de la comida. Pregunto si eso es lo normal en estas tierras. Responden que es costumbre en las comunidades zapatistas, no así en las del “mal gobierno”, en referencia a los que, sin sorna, denominan “hermanos priístas”. Esas comunidades, vecinas a las que empuñan la estrella roja sobre fondo negro, reciben bonos y alimentos del gobierno, que les construye casas de bloques y suelo de material.

En toda la semana no hubo el menor gesto de agresividad entre el padre, la madre y los hijos. Ni siquiera gestos de mal humor o reproche. Al parecer, la prohibición del consumo de alcohol suaviza las relaciones humanas. Las mujeres son las que más disfrutan los cambios. “Distingo a los zapatistas por la forma en que se paran, sobre todo las mujeres”, comenta el experimentado periodista Hermann Bellinghausen.

El día del fin del mundo

La nueva etapa que está transitando el zapatismo comenzó el 21 de diciembre de 2012, día marcado por los medios como el fin del mundo que para los mayas es el comienzo de una nueva era. Decenas de miles de bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se concentraron en cinco cabeceras municipales de Chiapas, las mismas que tomaron el 1 de enero de 1994.

La reaparición del zapatismo conmocionó a buena parte de la sociedad mexicana. No sólo no habían desaparecido sino que resurgían con más fuerza, mostrando que eran capaces de movilizar una cantidad importante de personas en formación militar, aunque sin armas.

En el comunicado del 30 de diciembre, el subcomandante Marcos asegura que “en estos años nos hemos fortalecido y hemos mejorado significativamente nuestras condiciones de vida. Nuestro nivel de vida es superior al de las comunidades indígenas afines a los gobiernos de turno, que reciben limosnas y las derrochan en alcohol y artículos inútiles”.

Agrega que a diferencia de lo que sucede en las comunidades afines al Partido Revolucionario Institucional (PRI), en las zapatistas “las mujeres no son vendidas como mercancías” y que “los indígenas priístas van a nuestros hospitales, clínicas y laboratorios porque en los del gobierno no hay medicina, ni aparatos, ni doctores ni personal calificado”.

Algo de todo eso pudieron comprobar quienes acudieron a la primera escuelita entre el 12 y el 16 de agosto. En realidad fueron convocados sólo los compañeros de ruta, lo que supone un viraje profundo en sus modos de relacionarse con la sociedad civil: “A partir de ahora, nuestra palabra empezará a ser selectiva en su destinatario y, salvo en contadas ocasiones, sólo podrá ser comprendida por quienes con nosotros han caminado y caminan, sin rendirse a las modas mediáticas y coyunturales”, reza el comunicado.

Agrega que “muy pocos tendrán el privilegio” de conocer la otra forma de hacer política. En una serie de comunicados titulados “Ellos y nosotros” enfatizaron en las diferencias entre la cultura de los políticos del sistema y la cultura de abajo o zapatista, asegurando que no se proponen “construir una gran organización con un centro rector, un mando centralizado, un jefe, sea individual o colegiado”.

Destacan que la unidad de acción debe respetar la heterogeneidad de los modos de hacer: “Todo intento de homogeneidad no es más que un intento fascista de dominación, así se oculte con un lenguaje revolucionario, esotérico, religioso o similares. Cuando se habla de “unidad”, se omite señalar que esa “unidad” es bajo la jefatura del alguien o algo, individual o colectivo. En el falaz altar de la “unidad” no sólo se sacrifican las diferencias, también se esconde la supervivencia de todos los pequeños mundos de tiranías e injusticias que padecemos”.

Para comprender este enfoque, que llevó al zapatismo a promover la escuelita de agosto, deben comprenderse los problemas que atravesaron las relaciones con la izquierda electoral y con personas que, en su opinión, “aparecen cuando hay templetes y se desaparecen a la hora del trabajo sin bulla”.

La lógica de la escuelita es opuesta a la de esa cultura política. No se trata de ir a escuchar a los comandantes indios ni al subcomandante Marcos, sino a compartir la vida cotidiana con la gente común. No se trata de la trasmisión discursiva y racional de un saber codificado. La cosa va por otro lado: vivenciar una realidad a la que sólo se puede acceder a través de un ritual de compromiso, o sea estando y compartiendo.

Una vida nueva

“Ya no tenemos dificultades”, dice Julián, sentado en un taburete de madera rústica, en su casa de techo de chapa, paredes de madera y suelo de tierra apisonada. Lo dice con naturalidad frente a quien lleva cuatro días durmiendo sobre tablas de madera, apenas cubiertas con una manta fina. Julián ingresó en 1989 en la organización clandestina. Marcelino, mi guardián o Votán, ingresó poco antes, en 1987.

Con fruición relatan las reuniones clandestinas en remotas cuevas en la montaña, a las que decenas de zapatistas llegaban por la noche, mientras los patrones y sus capangas dormían. Caminaban toda la noche y apenas regresaban al amanecer para incorporarse al trabajo. Las mujeres les cocinaban tortillas a oscuras, para no levantar sospechas. Bien mirado, tiene razón cuando dice que lo peor quedó atrás. El látigo del hacendado, la humillación, el hambre, la violencia y las violaciones de las hijas.

El 1 de enero de 1994 los hacendados huyeron y los capangas corrieron detrás. La comunidad 8 de Marzo, a la que llegamos quince forasteros-alumnos (mitad mexicanos, un yanqui de 75 años, un francés, un colombiano, dos argentinas y un uruguayo) está en las tierras que un día fueron ocupadas por Pepe Castellanos, hermano de Absalón, teniente coronel, ex gobernador y propietario de 14 fincas en tierras usurpadas a los indios. Su secuestro, en aquel lejano enero, fue la espita que precipitó la huída de los terratenientes.

La comunidad cuenta con más de mil de hectáreas de buenas tierras. Ya no tienen que cultivar en las laderas pedregosas y áridas, cosechan los alimentos tradicional y, por recomendación de la comandancia, también hortalizas y frutas. No sólo se liberaron del látigo sino que se alimentan mejor y consiguen ahorrar de un modo muy particular. Julián cosecha seis sacos de café, unos 300 kilos, de los cuales deja un saco para el consumo familiar y vende el resto. Según el precio, consigue comprar con cada cosecha entre dos y tres vacas. “Las vacas son el banco y cuando tenemos necesidad, vendemos”.

Por necesidad entiende problemas de salud. Su hijo mayor debió someterse a un tratamiento y para sufragarlo vendió un toro. Es la misma lógica que aplica la comunidad. En las tierras comunitarias realizan trabajos colectivos en torno al café y con la cosecha compran caballos y vacas. Entre los animales de las familias y los comunitarios, tienen 150 caballos y casi 200 vacunos.

Días antes de llegar los alumnos se estropeó el filtro de agua y para repararlo decidieron vender una vaca. Del mismo modo sostienen la sala de salud, la escuelita y todos los gastos que demandan transporte y alojamiento de los comuneros para cumplir los deberes de los tres niveles del autogobierno: el local o comunitario, los municipios autónomos y las Juntas de Buen Gobierno.

Las mujeres también tienen emprendimientos comunitarios. En esa comunidad tenían un cafetal con el que compraron seis vacas, y un gallinero con medio centenar de aves cuyos ahorros utilizan para traslados y gastos de las mujeres que ocupan cargos o asisten a cursos.

Los pocos insumos que no producen las familias (sal, azúcar, aceite y jabón) los compran en la cabeceras municipales en tiendas zapatistas, instaladas en locales que ocuparon después del levantamiento de 1994. De ese modo no necesitan acudir al mercado y toda su economía se mantiene dentro de un circuito que controlan, autosuficiente, vinculado al mercado pero sin depender del mismo.

Las tiendas son atendidas de forma rotativa por los comuneros. Julián explica que cada cierto tiempo le toca estar un mes en la tienda de Altamirano (a una hora de la comunidad) lo que lo obliga a dejar la casa. “En ese caso la comunidad te sostiene la milpa durante quince días y yo apoyo del mismo modo al que tiene que ir a la tienda”. Esther fue cargo en la junta, en el Caracol de Morelia, a media hora de la comunidad, y sus quehaceres fueron cubiertos de la misma manera, que podemos llamar reciprocidad.

Salud y educación

Cada comunidad, por pequeña que sea, tiene una escuelita y un puesto de salud. En la comunidad 8 de Marzo hay 48 familias, casi todas zapatistas. La asamblea elige a sus autoridades, mitad varones y mitad mujeres, a los maestros y a los encargados de la salud. Nadie puede negarse porque es un servicio a la comunidad.

La escuelita funciona en una sala de la casona abandonada por el hacendado. Aún sobrevive una reja de hierro a través de la que pagaba a sus peones, quienes apenas podían ver una mano que dejaba caer monedas ya que la oscuridad ocultaba el rostro del patrón.

Temprano en la mañana los niños se forman en la cancha de basquetbol frente a la casona, marchan en fila con paso marcial guiados por un joven de la comunidad que no debe superar los 25 años. La educación zapatista sufre la falta de infraestructura, los salones son precarios, así como las bancas y el mobiliario. Los docentes no cobran sueldo pero son sostenidos por la comunidad, al igual que los encargados de la salud.

Sin embargo tiene enormes ventajas para los alumnos: los maestros son miembros de la comunidad, hablan su lengua y son sus iguales, mientras en las escuelas estatales (las del mal gobierno), los maestros no son indios sino mestizos que no hablan su lengua, incluso la desprecian, viven lejos de la comunidad y mantienen una vertical distancia con los niños.

El clima de confianza en las escuelas autónomas habilita vínculos más horizontales y facilita la participación de padres y alumnos en la gestión de la escuela. Los niños participan en muchas de las tareas de la comunidad y, entre ellas, en el sustento de la escuela y de sus maestros. No existe distancia entre escuela y comunidad ya que son parte de un mismo entramado de relaciones sociales.

Si la escuela oficial tiene un currículo oculto a través del cual trasmite valores de individualismo, competencia, organización vertical del sistema educativo y superioridad de los docentes sobres los alumnos, la educación zapatista es el reverso. El currículo se construye en colectivo y se busca que los alumnos se apropien de la historia de su comunidad para reproducirla y sostenerla.

La transformación y la crítica son permanentes y trabajan para construir de forma colectiva el conocimiento, ya que los alumnos suelen trabajar en equipos y buena parte del tiempo escolar transcurre fuera del aula, en contacto con los mismos elementos que configuran su vida cotidiana. Lo que en la educación estatal es separación y jerarquía (maestro-alumno, aula-recreo, saber-no saber), en las escuelas autónomas es integración y complementariedad.

En la salita de salud conviven medicamentos de la industria farmacéutica con una amplia variedad de plantas medicinales. Una chica muy joven se encarga de procesar jarabes y pomadas con esas plantas. La sala cuenta con una huesera y una partera, que completan el equipo básico de salud en todas las comunidades zapatistas. En general, atienden situaciones relativamente simples y cuando se ven desbordados trasladan al paciente a la clínica del caracol. Cuando no pueden resolver, acuden al hospital estatal de Altamirano.

La salud y la educación están escalonadas en los mismos tres niveles que el poder autónomo zapatista. En los caracoles suelen funcionar las clínicas más avanzadas, incluyendo un que cuenta con quirófano y practican operaciones. En los caracoles, que albergan las Juntas de Buen Gobierno, también suelen estar las escuelas secundarias autónomas.

La Escuelita

Siete horas demandó recorrer los cien kilómetros que separan San Cristóbal del caracol Morelia. La caravana de treinta camiones y coches salió tarde y avanzó a paso de tortuga. Sobre las dos de la madrugada llegamos al Caracol, un recinto donde se asienta un entramado de construcciones que albergan a las instituciones de la región autónoma: tres municipios, 12 regiones y decenas de comunidades, gobernadas por la Junta de Buen Gobierno.

Además hay una escuela secundaria y un hospital en construcción, clínicas, anfiteatros, tiendas, comedores, zapatería y otros emprendimientos productivos.

Pese a la hora, una larga fila de varones y otra de mujeres nos esperaban engalanados con sus paliacates. Nos formamos por sexos y uno a uno fuimos conociendo a nuestros Votán. Marcelino alarga la mano y pide que lo acompañe. Vamos hasta el enorme salón de actos directo a dormir sobre los durísimos bancos.

A la mañana café, frijoles y tortillas. Luego hablan los miembros de la Junta y explican cómo va a funcionar la escuelita. Por la tarde, casi de noche, salimos hacia la comunidad. Entre los alumnos pudimos ver a Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo, y a Hugo Blanco, dirigente campesino y ex guerrillero peruano, ambos pisando los 80 años.

Llegamos a la comunidad hacia medianoche, luego de media hora a los tumbos sobre la caja de un pequeño camión. Toda la comunidad, formada en filas de hombres, mujeres y niños con sus pasamontañas, nos recibe puño en alto. Nos dan la bienvenida y a cada alumno le presentan la familia donde vivirá. Julián se presenta y cuando ya todos reconocieron a su familia, marchamos a dormir.

Primera sorpresa. Dividieron la casa con un tabique, dejaron una habitación para el huésped con puerta propia y los siete miembros de la familia se amontaron en una superficie similar. Nos despiertan con las primeras luces para desayunar. Luego vamos a trabajar en la limpieza del cafetal familiar, machete en mano, hasta la hora de la comida.

El segundo día tocó enlazar ganado para ser vacunado y el tercero la limpieza del cafetal comunitario. Así cada día, combinando el trabajo con explicaciones detalladas de la vida comunitaria. Por las tardes tocaba leer los cuatro cuadernos que repartieron sobre Gobierno Autónomo, Resistencia Autónoma y Participación de las Mujeres en el Gobierno Autónomo, con relatos de indígenas y autoridades.

Cada alumno podía formular las más variadas preguntas, lo que no quiere decir que siempre fueran respondidas. Pudimos convivir con una cultura política diferente a la que conocemos: cuando se les formula una pregunta, se miran, dialogan en voz baja y, finalmente, uno responde por todos. Fue una experiencia maravillosa, de aprender haciendo, compartiendo, saboreando la vida cotidiana de pueblos que están construyendo un mundo nuevo.

Publicado en el Programa de las Américas

Publicado el 02 de septiembre de 2013

[Fuente: http://desinformemonos.org/2013/09/los-zapatistas-el-arte-de-construir-un-mundo-nuevo-raul-zibechi/%5D

La historia de los sueños

La historia que te voy a contar no me la contó nadie. Bueno, me la contó mi abuelo pero él me advirtió que sólo la entendería cuando la soñara. Así que te cuento la historia que soñé y no la que me contó mi abuelo:
“En cada surco de piel que se nace en el rostro de los grandes abuelos se guardan y se viven los dioses nuestros. Es el tiempo de lejos que se llega hasta nosotros. Por el tiempo camina la razón de nuestros antepasados. En los viejos más viejos hablan los grandes dioses, nosotros escuchamos. Cuando las nubes se acuestan sobre la tierra, apenas agarradas con sus manitas de los cerros, entonces se bajan los dioses primeros a jugar con los hombres y mujeres, cosas verdaderas les enseñan. Poco se muestran los dioses primeros, traen cara de noche y nube. Sueños son que soñamos para ser mejores.
“Por los sueños nos hablan y enseñan los dioses primeros. El hombre que no se sabe soñar muy solo se queda y esconde su ignorancia en el miedo. Para que pudiera hablar, para que pudiera saber y saberse, los primeros dioses enseñaron a los hombres y mujeres de maíz a soñar, y nahuales les dieron para que con ellos caminaran la vida.
“Los nahuales de los hombres y mujeres verdaderos son el jaguar, el águila y el coyote. El jaguar para pelear, el águila para volar los sueños, el coyote para pensar y no hacer caso del engaño del poderoso.
“En el mundo de los dioses primeros, los que formaron el mundo, todo es sueño. Es la tierra que vivimos y morimos un gran espejo del sueño en el que viven los dioses. Viven todos juntos los grandes dioses. Parejos están. No hay quiénes arriba y quién abajo. Es la injusticia que se hace gobierno la que descompone el mundo y pone a unos pocos arriba y a unos muchos abajo. No así en el mundo. El mundo verdadero, el gran espejo del sueño de los dioses primeros, los que nacieron el mundo, es muy grande y todos se caben parejos. No es como el mundo de ahorita que chiquito lo hacen para que los pocos se estén arriba y los muchos se estén abajo. El mundo de ahora no es cabal, no es un buen espejo que refleje el mundo de sueños donde viven los dioses primeros.”Por eso los dioses regalaron a los hombres de maíz un espejo que se llama dignidad. En él los hombres se ven iguales y se hacen rebeldes si no son iguales. Así empezó la rebeldía de nuestros primeros abuelos, los que hoy se mueren en nosotros para que vivamos.
El espejo de la dignidad sirve para derrotar a los demonios que reparten la oscuridad. Visto en el espejo, el señor de la oscuridad se ve reflejado como la nada que la forma. Como si fuera nada, en nada se deshace frente al espejo de la dignidad el señor de la oscuridad, el desparejador del mundo.
“Cuatro puntos pusieron los dioses para que el mundo se estuviera acostado. No porque cansado se estuviera, sino para que parejos se caminaran los hombres y mujeres, para que todos cupieran, para que nadie encima de otro se pusiera. Dos puntos pusieron los dioses para volar y estarse en tierra se pudiera. Un punto pusieron los dioses para que los hombres y mujeres verdaderos se estuvieran caminando. Siete son los puntos que dan sentido al mundo y trabajo a los hombres y mujeres verdaderos: el frente y el atrás, el uno y el otro costado, el arriba y el abajo, y el séptimo es el camino que soñamos.
“Una luna en cada pecho regalaron los dioses a las mujeres madres, para que alimentaran de sueño a los hombres y mujeres nuevos. En ellos viene la historia y la memoria, sin ellos se come la muerte y el olvido. Tiene la tierra, nuestra madre grande, dos pechos para que los hombres y mujeres aprendan a soñar. Aprendiendo a soñar aprenden a hacerse grandes, a hacerse dignos, aprenden a luchar. Por eso cuando los hombres y mujeres verdaderos dicen ‘vamos a soñar’ dicen y se dicen ‘vamos a luchar’.”
Se calló el viejo Antonio. Se calló o dormido me quedé. Sueño que sueño, sueño que sé, sueño que entiendo…
Arriba el seno de la luna regalaba leche en el camino de Santiago. La madrugada era reina y todo estaba por hacer, por soñar, por luchar.