martes, 23 de febrero de 2010

Chicken a la Carte

Trece principios de la Cultura Maya


En este inicio del año 5126, les compartimos los principios de la Cultura Maya para vivir en plenitud, es decir para tener Salud.
  • Somos una expresión más de vida en el Universo
  • Todos tenemos el mismo derecho de existir
  • Respetar el espacio sagrado de cada ser viviente
  • Mantener en equilibrio nuestra tridimensionalidad: biológica, energética y social
  • Contemplar, apreciar y observar la belleza de la Madre Naturaleza y el Cosmos
  • Conexión y comunicación permanente con los otros seres vivientes
  • Agradecimiento permanente
  • Retribuir algo de lo que recibimos
  • Tomar únicamente lo que necesitamos
  • Vivir en complementariedad
  • Valorar la vida, en todas sus dimensiones. Permitir y respetar la existencia de todas las formas de vida en la Madre Tierra y Cosmos
  • Caminar con el tiempo y el espacio, reconociendo la energía de cada día
  • Amor a todo nivel – el ser esclarecido. El amor es luz, es calor, es cocreación de vida, es sentir al Universo en toda su magnitud.

lunes, 22 de febrero de 2010

Haití un acreedor, no un deudor

Naomi Klein
The Nation

Si creemos a los ministros de Finanzas del G-7, Haití está a punto de conseguir algo que se merecía desde mucho tiempo atrás: el "perdón" total de su deuda externa. En Puerto Príncipe, el economista haitiano Camille Chalmers ha estado siguiendo estos acontecimientos con un optimismo cauto. La cancelación de la deuda es un buen comienzo, dijo a Al Jazeera en su versión anglo, pero “es tiempo de ir más allá. Tenemos que hablar sobre reparaciones e indemnizaciones por las devastadoras consecuencias de la deuda”. En su declaración, la idea de que Haití es un país deudor, necesita ser abandonada. Haití, argumenta, es un acreedor –y somos nosotros, en Occidente, quienes estamos demorados en el pago de nuestras obligaciones-.

Nuestra deuda con Haití proviene principalmente de cuatro fuentes: la esclavitud, la ocupación estadounidense, la dictadura y el cambio climático. Estos reclamos no son fantasiosos, ni puramente retóricos. Se basan en múltiples violaciones de normas y acuerdos legales. Aquí, aunque demasiado brevemente, se ofrecen algunos aspectos destacados del caso haitiano.

- La deuda de la esclavitud. Cuando los haitianos ganaron su independencia de Francia en 1804, tuvieron todo el derecho de reclamar reparaciones a los poderes que se habían aprovechado durante trescientos años del trabajo robado. Francia, de todos modos, estaba convencida de que habían sido los haitianos quienes habían robado la propiedad de los dueños de esclavos negándose a trabajar gratuitamente. Por ello, en 1825, con una flota de barcos de guerra amarrados en la costa haitiana amenazando con volver a esclavizar la antigua colonia, el rey Carlos X vino a recolectar: 90 millones de francos en oro –diez veces la renta anual de Haití en ese momento-. Sin capacidad para negarse, y sin posibilidades de pagar, la joven nación fue amarrada a una deuda que tardaría 122 años en saldarse.

En 2003 el presidente haitiano Jean-Bertrand Aristide, enfrentado a un agobiante embargo económico, anunció que Haití demandaría al gobierno francés por el robo perpetrado tiempo atrás. “Nuestro argumento”, me dijo el ex abogado de Aristide, Ira Kurzban, “fue que el contrato era un acuerdo sin validez porque estuvo basado en la amenaza de re-esclavización en tiempos en los que la comunidad internacional consideraba la esclavitud como un mal”. El gobierno francés estuvo lo suficientemente preocupado como para enviar un mediador a Puerto Príncipe para que mantuviese el caso fuera de los tribunales. Finalmente, sin embargo, su problema fue eliminado: mientras se llevaban a cabo los preparativos del juicio Aristide fue derrocado. El juicio desapareció, pero para muchos haitianos los reclamos de reparación aún continúan.

- La deuda de la dictadura. Desde 1957 a 1986, Haití estuvo gobernado por el régimen desafiantemente cleptocrático de Duvalier. A diferencia de la deuda francesa, el caso contra Duvalier se expuso en varios tribunales que rastrearon los fondos haitianos hasta una elaborada red de cuentas bancarias en Suiza y fastuosas propiedades. En 1988 Kurzban ganó un juicio clave contra Jean-Claude “Baby Doc” Duvalier cuando una Corte de Distrito en Miami dictaminó que el depuesto gobernante había “malversado más de 504 millones de dólares de fondos públicos”.

Los haitianos, por supuesto, aún siguen esperando la restitución de ese dinero –pero este fue sólo el comienzo de sus pérdidas-. Durante más de diez años los acreedores del país insistieron en que los haitianos debían pagar las astronómicas deudas contraídas por Duvalier, estimadas en 844 millones de dólares, gran parte de las cuales pertenecían a instituciones como el FMI y el Banco Mundial. Sólo en servicios de deuda, los haitianos tienen que pagar 10 millones de dólares por año.

¿Era legal para los prestamistas extranjeros cobrar las deudas de Duvalier siendo que gran parte de ellas nunca se gastaron en Haití? Muy probablemente no. Como me afirmó Cephas Lumina, el experto independiente en deuda externa de las Naciones Unidas, “el caso de Haití es uno de los mejores ejemplos de deuda odiosa en el mundo. Sólo sobre esa base la deuda debería ser cancelada incondicionalmente”. Pero aún si Haití viera cancelada la totalidad de su deuda (y destaco el si), esto no extinguiría su derecho a ser compensado por las deudas ilegales que ya se contrajeron.

- La deuda climática. Apoyado por muchos países en vías de desarrollo en la cumbre sobre cambio climático de Copenhague, el caso de la deuda climática es sencillo. Los países ricos que han fallado tan espectacularmente en resolver la crisis climática que han causado tienen una deuda con los países en desarrollo que han contribuido poco a la crisis pero que padecen sus efectos de manera desproporcionada. En resumen, quien contamina, paga. Haití tiene un argumento irrefutable. Su contribución al cambio climático ha sido insignificante; las emisiones de carbono per capita de Haití representan sólo el 1% de las emisiones de los Estados Unidos. Aun así, Haití está entre los países más afectados –de acuerdo con un índice, sólo Somalia es más vulnerable al cambio climático-.

La vulnerabilidad de Haití al cambio climático no se debe sólo –ni siquiera principalmente- a su geografía. Efectivamente el país enfrenta tormentas cada vez más devastadoras. Pero es la débil infraestructura de Haití la que convierte situaciones de alerta en desastres, y los desastres en completas catástrofes. El terremoto, a pesar de que no tiene relación con el cambio climático, es un excelente ejemplo. Y aquí es donde todos esos pagos de deudas ilegales pueden tener su costo más devastador. Cada pago a un acreedor extranjero es dinero que no se utilizó para construir un camino, una escuela, una línea eléctrica. Y esa misma deuda ilegítima incrementa el poder del FMI y del Banco Mundial para imponer onerosas condiciones para cada nuevo préstamo, requiriendo que Haití desregule su economía y achique aún más su sector público. Al fallar en el cumplimiento de esas condiciones fue castigado con un embargo de la ayuda desde 2001 hasta 2004, las campanas de muerte para la esfera pública haitiana.

Esta historia precisa ser confrontada ahora, porque amenaza con repetirse. Los acreedores de Haití ya están utilizando la desesperada necesidad de ayuda por el terremoto para presionar por la quintuplicación de la producción en el sector textil, uno de los trabajos más explotadores en el país. Los haitianos no tienen mucho prestigio en estas conversaciones, porque se les considera receptores pasivos de ayuda, no participantes dignos y plenos en un proceso de reparación e indemnización.

Un cálculo sobre las deudas que el mundo tiene con Haití podría cambiar radicalmente su dinámica venenosa. Aquí es donde comienza el verdadero camino hacia la reparación: mediante el reconocimiento del derecho de los haitianos a ser reparados.

domingo, 21 de febrero de 2010

Palabras del Presidente Evo Morales


La tarde del 21 de febrero el Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia se encontro con movimientos indígenas y sociales de México, para escuchar sus palabras pica aquí.

¡Escucha, descarga, comparte!

sábado, 20 de febrero de 2010

Somos...

"desde nuestros antepasados, desde la invasión europea, es que somos antiimperialistas, somos de esta lucha, somos de estas rebeliones"

Evo Morales, Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia

jueves, 18 de febrero de 2010

Evo en México




http://evo-en-mexico.blogspot.com/

Salvemos al planeta del capitalismo

Evo Morales Ayma


Documento de propuestas para la Cumbre de Cambio Climático de la ONU (Copenhague)


Hoy, nuestra Madre Tierra está enferma. Desde el principio del siglo XXI hemos vivido los años más calientes de los últimos mil años. El calentamiento global está provocando cambios bruscos en el clima: el retroceso de los glaciares y la disminución de los casquetes polares; el aumento del nivel del mar y la inundación de territorios costeros en cuyas cercanías vive el 60% de la población mundial; el incremento de los procesos de desertificación y la disminución de fuentes de agua dulce; una mayor frecuencia de desastres naturales que sufren las comunidades del planeta [1] ; la extinción de especies animales y vegetales; y la propagación de enfermedades en zonas que antes estaban libres de las mismas.

Una de las consecuencias más trágicas del cambio climático es que algunas naciones y territorios están condenadas a desaparecer por la elevación del nivel del mar.

Todo empezó con la revolución industrial de 1750 que dio inicio al sistema capitalista. En dos siglos y medio, los países llamados “desarrollados” han consumido gran parte de los combustibles fósiles creados en cinco millones de siglos.

La competencia y la sed de ganancia sin límites del sistema capitalista están destrozando el planeta. Para el capitalismo no somos seres humanos sino consumidores. Para el capitalismo no existe la madre tierra sino las materias primas. El capitalismo es la fuente de las asimetrías y desequilibrios en el mundo. Genera lujo, ostentación y derroche para unos pocos mientras millones mueren de hambre en el mundo. En manos del capitalismo todo se convierte en mercancía: el agua, la tierra, el genoma humano, las culturas ancestrales, la justicia, la ética, la muerte… la vida misma. Todo, absolutamente todo, se vende y se compra en el capitalismo. Y hasta el propio “cambio climático” se ha convertido en un negocio.

El “cambio climático” ha colocado a toda la humanidad frente a una gran disyuntiva: continuar por el camino del capitalismo y la muerte, o emprender el camino de la armonía con la naturaleza y el respeto a la vida.

En el Protocolo de Kyoto de 1997, los países desarrollados y de economías en transición se comprometieron a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero por lo menos en un 5% por debajo de los niveles de 1990, con la implementación de diferentes instrumentos entre los cuales predominan los mecanismos de mercado.

Hasta el 2006 los gases de efecto invernadero, lejos de reducirse, se han incrementado en un 9.1% en relación a los niveles de 1990, evidenciándose también de esta manera el incumplimiento de los compromisos de los países desarrollados.

Los mecanismos de mercado aplicados en los países en desarrollo [2] no han logrado una disminución significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Así como el mercado es incapaz de regular el sistema financiero y productivo del mundo, el mercado tampoco es capaz de regular las emisiones de gases de efecto invernadero y sólo generará un gran negocio para los agentes financieros y las grandes corporaciones.

El planeta es mucho más importante que las bolsas de Wall Street y del mundo

Mientras Estados Unidos y la Unión Europea destinan 4.100 billones de dólares para salvar a los banqueros de una crisis financiera que ellos mismos provocaron, a los programas vinculados al cambio climatico les destinan 313 veces menos, es decir, sólo 13 billones de dólares.

Los recursos para el cambio climático estan mal distribuidos. Se destinan más recursos para reducir las emisiones (mitigación) y menos para contrarestar los efectos del cambio climático que sufrimos todos los países (adaptación) [3] . La gran mayoría de los recursos fluyen a los paises que más han contaminado y no a los países que más hemos preservado el medio ambiente. El 80% de los proyectos del Mecanismo de Desarrollo Limpio se han concentrado en sólo cuatro países emergentes.

La lógica capitalista promueve la paradoja de que los sectores que más contribuyeron a deteriorar el medio ambiente son los que más se benefician de los programas vinculados al cambio climático.

Asimismo, la transferencia de tecnología y financiamiento para un desarrollo limpio y sostenible de los países del sur se ha quedado en los discursos.

La próxima cumbre sobre el Cambio Climático en Copenhagen debe permitirnos dar un salto si queremos salvar a la madre tierra y a la humanidad. Para ello planteamos las siguientes propuestas para el proceso que va de Poznan a Copenhagen:

Atacar las causas estructurales del cambio climático

1) Discutir sobre las causas estructurales del cambio climático. Mientras no cambiemos el sistema capitalista por un sistema basado en la complementariedad, la solidaridad y la armonía entre los pueblos y la naturaleza, las medidas que adoptemos serán paliativos que tendrán un carácter limitado y precario. Para nosotros, lo que ha fracasado es el modelo del “vivir mejor”, del desarrollo ilimitado, de la industrialización sin fronteras, de la modernidad que desprecia la historia, de la acumulación creciente a costa del otro y de la naturaleza. Por eso propugnamos el Vivir Bien, en armonía con los otros seres humanos y con nuestra Madre Tierra.

2) Los países desarrollados necesitan controlar sus patrones consumistas —de lujo y derroche—, especialmente el consumo excesivo de combustibles fósiles. Los subsidios a los combustibles fósiles, que ascienden a 150-250 billones de dólares, [4] deben ser progresivamente eliminados. Es fundamental desarrollar energías alternativas como la energía solar, la geotérmica, la energía eólica y la hidroeléctrica en pequeña y mediana escala.

3) Los agrocombustibles no son una alternativa porque anteponen la producción de alimentos para el transporte frente a la producción de alimentos para los seres humanos. Los agrocumbustibles amplían la frontera agrícola destruyendo los bosques y la biodiversidad, generan monocultivos, promueven la concentración de la tierra, deterioran los suelos, agotan las fuentes de agua, contribuyen al alza del precio de los alimentos y, en muchos casos, consumen más energía de la que generan.

Compromisos sustanciales de reducción de emisiones que se cumplan

4) Cumplir estrictamente hasta el 2012 el compromiso [5] de los países desarrollados de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero por lo menos en un 5% por debajo de los niveles de 1990. No es aceptable que los países que contaminaron históricamente el planeta hablen de reducciones mayores para el futuro incumpliendo sus compromisos presentes.

5) Establecer nuevos compromisos mínimos para los países desarrollados del 40% para el 2020 y del 90% para el 2050 de reducción de gases de efecto invernadero tomando como punto de partida las emisiones de 1990. Estos compromisos mínimos de reducción deben hacerse de manera interna en los países desarrollados y no a través de mecanismos flexibles de mercado que permiten la compra de Certificados de Reducción de Emisiones para seguir contaminando en su propio país. Asimismo, se deben establecer mecanismos de monitoreo, información y verificación transparentes, accesibles al público, para garantizar el cumplimiento de dichos compromisos.

6) Los paises en desarrollo que no son responsables de la contaminación histórica deben preservar el espacio necesario para implementar un desarrollo alternativo y sostenible que no repita los errores del proceso de industrialización salvaje que nos ha llevado a la actual situación. Para asegurar este proceso, los países en desarrollo necesitan, como prerrequisito, el financiamiento y transferencia de tecnología.

Un Mecanismo Financiero Integral para atender la deuda ecológica

7) En reconocimiento a la deuda ecológica histórica que tienen con el planeta, los países desarrollados deben crear un Mecanismo Financiero Integral para apoyar a los países en desarrollo en la implementación de sus planes y programas de adaptación y mitigación del cambio climático; en la innovación, desarrollo y transferencia de tecnología; en la conservación y mejoramiento de sus sumideros y depósitos; en las acciones de respuesta a los graves desastres naturales provocados por el cambio climático; y en la ejecución de planes de desarrollo sostenibles y amigables con la naturaleza.

8) Este Mecanismo Financiero Integral, para ser efectivo, debe contar por lo menos con un aporte del 1% del PIB de los países desarrollados [6] y contar con otros ingresos provenientes de impuestos a los hidrocarburos, a las transacciones financieras, al transporte marítimo y aéreo, y a las utilidades de las empresas transnacionales.

9) El financiamiento que aporten los países desarrollados debe ser adicional a la Ayuda Oficial al Desarrollo (ODA), a la ayuda bilateral y/o canalizada a través de organismos que no sean los de Naciones Unidas. Cualquier financiamiento fuera de la CMNUCC no podrá ser considerado como la aplicación de los compromisos de los países desarrollados bajo la Convención.

10) El financiamiento tiene que ir a los planes o programa nacionales de los Estados y no a proyectos que están bajo la lógica del mercado.

11) El financiamiento no debe concentrarse sólo en algunos países desarrollados sino que tiene que priorizar a los países que menos han contribuido a las emisiones de gases de efecto invernadero, aquellos que preservan la naturaleza y/o que más sufren los impactos del cambio climático.

12) El Mecanismo de Financiamiento Integral debe estar bajo la cobertura de las Naciones Unidas y no del Fondo Global del Medio Ambiente (GEF) y sus intermediarios como el Banco Mundial o los Bancos Regionales; su administración debe ser colectiva, transparente y no burocrática. Sus decisiones deben ser tomadas por todos los países miembros, en especial los países en desarrollo, y no sólo por los donantes o las burocracias administradoras.

Transferencia de tecnología a los países en desarrollo

13) Las innovaciones y tecnologías relacionadas con el cambio climático deben ser de dominio público y no estar bajo un régimen privado de monopolio de patentes que obstaculiza y encarece su transferencia a los países en desarrollo.

14) Los productos que son fruto del financiamiento público para innovación y desarrollo de tecnologías deben ser colocados bajo el dominio público y no bajo un régimen privado de patentes [7] de forma tal que sean de libre acceso para los países en desarrollo.

15) Incentivar y mejorar el sistema de licencias voluntarias y obligatorias para que todos los países puedan acceder a los productos ya patentados en forma rápida y libres de costo. Los países desarrollados no pueden tratar las patentes o derechos de propiedad intelectual como si fueran algo “sagrado” que tiene que ser mantenido a cualquier costo. El régimen de flexibilidad que existe para los derechos de propiedad intelectual, cuando se trata de graves problemas a la salud pública, debe ser adaptado y ampliado sustancialmente para curar a la Madre Tierra.

16) Recoger y promover las prácticas de armonía con la naturaleza de los pueblos indígenas que a lo largo de los siglos se han demostrado sostenibles.

Adaptación y mitigación con la participación de todo el pueblo

17) Impulsar acciones, programas y planes de mitigación y adaptación con la participación de las comunidades locales y pueblos indígenas en el marco del pleno respeto e implementación de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. El mejor instrumento para enfrentar el reto del cambio climático no son los mecanismos de mercado, sino los seres humanos organizados, conscientes, movilizados y dotados de identidad.

18) La reducción de las emisiones de la deforestación y degradación de bosques REDD, debe estar basada en un mecanismo de compensación directa de países desarrollados a países en desarrollo, a través de una implementación soberana que asegure una participación amplia de comunidades locales y pueblos indígenas, y un mecanismo de monitoreo, reporte y verificación transparentes y públicos.

Una ONU del Medio Ambiente y el Cambio Climático

19) Necesitamos una Organización Mundial del Medio Ambiente y el Cambio Climático a la cuál se subordinen las organizaciones comerciales y financieras multilaterales para que promueva un modelo distinto de desarrollo amigable con la naturaleza y que resuelva los graves problemas de la pobreza. Esta organización tiene que contar con mecanismos efectivos de seguimiento, verificación y sanción para hacer cumplir los presentes y futuros acuerdos.

20) Es fundamental transformar estructuralmente la Organización Mundial del Comercio, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el sistema económico internacional en su conjunto, a fin de garantizar un comercio justo y complementario, un financiamiento sin condicionamientos para un desarrollo sostenible que no derroche los recursos naturales y los combustibles fósiles en los procesos de producción, comercio y transporte de productos.

En este proceso de negociaciones hacia Copenhagen es fundamental garantizar instancias activas de participación a nivel nacional, regional y mundial de todos nuestros pueblos, en particular de los sectores más afectados como los pueblos indígenas que siempre impulsaron la defensa de la Madre Tierra.

La humanidad es capaz de salvar al planeta si recupera los principios de la solidaridad, la complementariedad y la armonía con la naturaleza, en contraposición al imperio de la competencia, la ganancia y el consumismo de los recursos naturales.



[1] Debido al fenomeno de la “Niña”, que se produce con mayor frecuencia por efecto del cambio climatico, Bolivia ha perdido en el 2007, el 4 % de su PIB.

[2] Conocido como Mecanismo de Desarrollo Limpio.

[3] Actualmente sólo hay un Fondo de Adaptación de cerca a 500 millones de dólares para más de 150 paises en vías de desarrollo. Según el Secretariado de la UNFCCC se requieren 171 billones de dólares para adaptación y 380 billones de dólares para mitigación.

[4] Informe de Stern

[5] Protocolo de Kioto, Art. 3.

[6] El porcentaje del 1 % del PIB ha sido sugerido por el Informe Stern y representa menos de 700 billones de dólares al año.

[7] Según la UNCTAD (1998) en algunas paises desarrollados el financiamiento público contribuye con el 40 % de los recursos para la innovación y desarrollo de tecnología.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Guevara y Allende



Ryszard Kapuscinski

En el curso de un encuentro con los lectores, alguien del público me pide que compare la figura de Allende con la del Che Guevara y diga cuál de los dos tenía razón.

La pregunta encierra la opinión de que sólo uno de ellos podía tener razón, y el público espera a que yo escoja entre los caminos elegidos por Ernesto Guevara y por Salvador Allende.

En un determinado momento de su vida, Guevara abandona el despacho del ministro y su mesa de trabajo para marcharse a Bolivia, donde organiza un destacamento de guerrilla. Muere siendo el comandante de ese destacamento.

Allende, al contrario, muere defendiendo su mesa de trabajo, su despacho de presidente, del cual sólo lo sacarían –como siempre había dicho– "en un traje de madera".

Aparentemente, pues, se trata de dos muertes muy diferentes, pero en realidad esa diferencia no estriba más que en el lugar, el tiempo y las circunstancias. Tanto Allende como Guevara sacrifican su vida por el poder del pueblo. El primero defendiéndolo, el segundo luchando por conseguirlo. La mesa de Allende sólo es un símbolo, al igual que lo son las botas de campesino que calza Guevara.

Hasta el último momento los dos están convencidos de haber elegido el más justo y acertado de los caminos. Para Guevara, es el de la acción armada. Y se sabe que ésta no puede saldarse sin víctimas. Para Allende, es el camino de la lucha política. Él quiere evitar víctimas cueste lo que cueste.

Los dos eran médicos. Guevara, cirujano; Allende, internista. ¿Influyó tal cosa en sus actitudes? Al elegir una profesión, la persona se guía por una serie de motivos psicológicos. Indudablemente, pero ¿también fue así en este caso? No lo sé. Los tiros que acaban con la vida de Guevara y de Allende no se disparan desde un escondite. Los dos aceptan su muerte conscientemente, a sabiendas de que llega. Cada uno de ellos puede salvarse, tiene su oportunidad, tiene tiempo. Entre la captura de Guevara herido y su ejecución transcurren veinte horas. El coronel Zenteno le promete que conservará la vida si consiente en comparecer ante un tribunal como acusado. Guevara rechaza la propuesta. Maniatado, permanece sentado en el suelo de tierra de la escuela rural de Higueras y calla, se niega a hablar. Le duele el muslo abierto por el balazo, le duelen los forúnculos, le asfixia el asma. Quizá ni siquiera se da cuenta del momento en que en la ventana aparece un sargento que aprieta el gatillo de su metralleta.

Allende dispone de ocho horas. Por la mañana se entera de que hay un avión esperándolo, que puede ir donde quiera, a condición de que dimita, de que abandone su puesto. Pero no lo hará. Todavía ayer era un señor mayor, de rostro cansado y preocupado, ya grave, ya bonachón, vestido siempre con sofisticada elegancia. Hoy rebosa en nuevas energías, en una fuerza y una vitalidad que asombra a todo el mundo: dispara, dicta órdenes, lidera su última batalla. Pasan las horas. A su alrededor hay muertos y heridos. También él está herido. Pero el pulso sigue firme, la metralleta no falla la diana. El ejército irrumpe en el Palacio. En uno de los salones, en medio del humo, el polvo y el olor a quemado, seguirá disparando hasta el final un hombre bajo, aunque robusto, cumplidos con creces los sesenta, con casco de minero y jersey de cuello alto: el presidente de la república.

En la manera en que mueren Guevara y Allende hay una implacable determinación, una inexorabilidad conscientemente escogida, una tremenda dignidad. En esas últimas horas, todo lo que podría llevar a la salvación queda rechazado: regateos, tejemanejes, compromisos, rendición o huida. El camino, ya despejado y recto, no lleva sino a la muerte.

Tanto una como otra, sus muertes son un lance de honor, un desafío. Un deseo de manifestar públicamente la justicia de sus convicciones y una disposición, más allá de toda vacilación, a pagar por ellas el máximo precio. Me veo obligado a irme, pero no me voy del todo, no por completo, no para siempre. Se tienen que ir: esto lo saben los dos, llevan tiempo preparándose para ello. Guevara se despide de Fidel, de sus padres y de sus hijos en unas cartas escritas meses atrás. Allende empieza su último y trágico día despidiéndose de sus hijas y, en un discurso radiado, del pueblo. A partir de entonces los dos se quedarán a solas con el destino, rodeados por un puñado de hombres que los seguirán hasta el final. Seguir hasta el final: ésta será la idea que los acompañará durante el resto de las horas que les quedan. Hasta el final actúan, no tienen tiempo, están ocupados en sus cometidos.

Los dos caen en plena marcha.

Sus muertes: tan parecidas; sus vidas: tan diferentes.

Dos personalidades antitéticas, dos temperamentos diametralmente opuestos.

Siendo un muchacho, Guevara viaja por el Amazonas en una balsa, quiere atravesar toda América Latina en bicicleta. Va a Bolivia por mor de una revolución, va a Guatemala por mor de una revolución, finalmente llega a México, que, tiempo atrás, también había sido escenario de una revolución. Allí conoce a Fidel Castro y juntos organizan el desembarco guerrillero en Cuba. Al alcanzar la costa caen en una emboscada. Es el 2 de diciembre de 1956. De los ochenta y dos milicianos sólo una docena queda con vida. Ni siquiera todos van armados con un fusil. Guevara está herido. Y aquella docena de hombres empieza la mayor epopeya de la historia reciente de América Latina.

La naturaleza inquieta de Guevara no para de empujarlo hacia delante, pero la suya es una inquietud dirigida, su energía se concentra en la causa revolucionaria.

Toda su vida es una constante búsqueda de un campo de batalla.

Nacido en 1928, muere a los treinta y nueve años. Pertenece a esa generación de jóvenes latinoamericanos que, tras levantarse en armas, en los años cincuenta se alzan con su primera y maravillosa victoria. A partir de ella se creerán que la historia enseguida, y siempre, se pone del lado de las causas más nobles. Muchos han pagado por esa fe con sus propias vidas. Estaban convencidos de que las masas no hacían sino esperar una señal, de que el barril estaba lleno de pólvora y de que bastaba con una sola chispa. Y, según ellos, esa chispa no era otra cosa que un destacamento de guerrilleros entregados a la causa, dispuestos a todo. Poco a poco se les unirían voluntarios y el destacamento se convertiría en un ejército popular que tomaría el poder y haría la revolución.

Guevara crea un destacamento así en Bolivia y empieza a combatir. Espera la llegada de voluntarios, sobre todo campesinos. Pero los campesinos no se le unen. Un campesino apellidado Rojas denuncia, condenándolos a la muerte, a trece hombres del destacamento de Guevara. El oficial del ejército le paga por ello cinco dólares, a los que añade una barra de chocolate. En su Diario, Guevara menciona a cada momento lo difícil que le resulta entenderse con los campesinos. Pero no es de extrañar. Él proviene de una familia burguesa argentina, es blanco y habla en español. En cambio el campesino al que espera es indio, sólo habla quechua y desconfía de los blancos, que lo han explotado durante siglos. Ese campesino de la desértica y olvidada provincia boliviana –que está tan alejada de la civilización moderna como la luna de la Tierra– no quiere luchar contra la corrupta dictadura del presidente Barrientos, porque ha oído decir que hace algún tiempo dicho presidente se presentó en una aldea y regaló a todo el mundo un par de zapatos. Los zapatos son el gran sueño de los campesinos. ¿Qué les pueden ofrecer los guerrilleros?

Además, los guerrilleros han llegado de la ciudad o de otros países. En cambio los soldados que los combaten son chicos de las aldeas vecinas. Indios que hablan quechua. Cierto que los oficiales son hombres blancos y han recibido instrucción en academias norteamericanas. Pero el ranger raso es hijo de campesinos, nacido y criado en sus mismos pagos. En ese territorio desértico, yermo y pedregoso en el que los guerrilleros se pierden a cada momento y nunca están seguros de si van en la buena dirección, los soldados se sienten como el pez en el agua. Conocen cada piedra, cada quebrada. Allí habían jugado de niños, por aquel sendero iban a buscar agua.

Alrededor del destacamento de Guevara se estrecha el cerco de la muerte. Hambrientos y exhaustos, los hombres libran una batalla desigual en la que quedan derrotados. Es soleado y muy caluroso el último día del Che.

La vida de Salvador Allende discurre por otra vía. Aunque también entregada a la causa, es una vida ordenada, regular, sin sacudidas. A sus veintinueve años, Ernesto Guevara lidera el frente guerrillero en Sierra Maestra, tiene el brazo en cabestrillo y ha burlado la muerte en más de una ocasión. A sus veintinueve años, Salvador Allende se convierte en diputado al Parlamento y los amigos le auguran una carrera vertiginosa. Tiene treinta y un años cuando se hace cargo de la cartera de ministro de la Salud en el gobierno del radical Aguirre Cerda. Ingresa en una logia masónica. Funda el partido socialista. En 1945 es senador. Cuatro veces es candidato a la presidencia de la república: en 1953, 1958, 1964 y 1970. En veinte años es el único candidato de la izquierda a este cargo. Toda la vida de Allende transcurre en Santiago, en el Parlamento, o en las provincias chilenas, adonde lo llevan sus largas campañas electorales. El Parlamento de Chile: un edificio gris y feo, situado en el centro de la ciudad, calle de la Catedral. Aquí tiene Allende su despacho de senador. Estanterías desde el suelo hasta el techo, y en ellas, docenas de volúmenes de leyes y enmiendas a esas leyes, mil veces estudiadas, corregidas y aumentadas. En este edificio, Allende trabaja y lucha treinta y tres años, primero como diputado, después como senador. El edificio forma su mentalidad legalista, su perfecto dominio del derecho, de la constitución, de la ley. De todos modos, la izquierda chilena siempre ha sido una acérrima defensora de la Constitución y del Parlamento burgueses. Sólo aparentemente es una paradoja. La Constitución y el Parlamento garantizaban a la izquierda la libertad de actuar dentro de la legalidad, le brindaban la posibilidad de llevar su lucha política abiertamente. En 1969, durante el mandato del presidente Frei, el general Roberto Viaux quiso dar un golpe de Estado y clausurar el Parlamento. Fue precisamente la izquierda la que lo salvó, la que salvó ese mismo Parlamento que durante el mandato presidencial de Allende se convertirá en el principal centro de oposición, provocación y sedición. Pero Allende, que durante toda su vida ha construido la autoridad del Parlamento, una vez jurado el cargo de presidente, no lo disolverá aun a precio de perder el poder y la vida.

A menudo se oye la pregunta de por qué Allende no armó al pueblo y no empezó una guerra civil.

Distribuir armas a gran escala era imposible, porque en Chile el servicio de espionaje interno está en manos del ejército, el cual se habría enterado enseguida de cualquier traslado de partidas de armamento, de la formación de destacamentos populares, de su instrucción, etcétera. Tal cosa sólo habría acelerado el golpe. Además, Allende sabía que se trataba de un ejército moderno, con enorme potencia de fuego y que llamar a luchar contra semejante fuerza a un pueblo mal armado habría supuesto cientos de miles de víctimas, el derramamiento de sangre de la mitad de la nación.

En su rechazo a la guerra civil Allende también se guía por un importante principio moral. Cuando tomaba posesión de su cargo, él, el primer presidente popular de Chile, juró respetar la constitución. Y la constitución obliga al presidente a hacer todo lo posible para evitar el estallido de una guerra civil.

Allende desea preservar la honestidad ética.

De la misma manera se comporta Guevara.

Su destacamento no para de capturar prisioneros, soldados rasos y oficiales, a los que suelta enseguida. Desde el punto de vista militar, comete un grave error: los prisioneros no tardan en informar del lugar en que se encuentra el destacamento, del número de sus miembros y de su armamento. Pero Guevara no fusila a ninguno. "Estáis libres", les dice; "nosotros, los revolucionarios, somos personas moralmente honestas, no vamos a ensañarnos con un adversario desarmado".

Este principio de honestidad moral es un rasgo característico de la izquierda latinoamericana. También es causa de sus frecuentes derrotas en la política y en la lucha. Pero hay que intentar entender su situación. Todo joven latinoamericano crece rodeado de un mundo corrupto. Es el mundo de una política hecha por y para el dinero, de la demagogia desenfrenada, del asesinato y el terror policial, de una plutocracia implacable y derrochadora, de una burguesía ávida de todo, de explotadores cínicos, de arribistas vacuos y depravados, de muchachas empujadas a cambiar fácilmente de hombre. El joven revolucionario rechaza ese mundo, desea destruirlo, y antes de que sea capaz de hacerlo, quiere contraponerle un mundo diferente, puro y honrado, quiere contraponerle a sí mismo.

En la rebeldía de la izquierda latinoamericana siempre está presente ese factor de purificación moral, un sentimiento de superioridad ética, una preocupación por mantener esa superioridad frente al adversario. Perderé, me matarán, pero jamás nadie podrá decir de mí que he roto las reglas del juego, que he traicionado, que he fallado, que tenía las manos sucias.

Tanto Guevara como Allende son los mejores exponentes de esta actitud, que es toda una escuela de pensamiento. La pregunta importante es: ¿su trayectoria revela un intento consciente de crear un modelo para generaciones futuras que tal vez vivirán en ese mundo por el que ellos luchan y mueren?

¿Acaso se puede responder a la pregunta de cuál de ellos tenía razón? La tenían los dos. Actuaron en circunstancias diferentes, pero el objetivo de sus actuaciones era el mismo. ¿Cometieron errores? Eran seres humanos, ésta es la respuesta. Los dos han escrito el primer capítulo de la historia revolucionaria de América Latina, de esa historia que apenas está en sus inicios y de la que no sabemos cómo evolucionará.


http://www.jornada.unam.mx/2010/02/17/index.php?section=opinion&article=a06a1cul

lunes, 15 de febrero de 2010

jueves, 11 de febrero de 2010

5 contra 1


Ciudad Juárez, Chih. 11 de febrero. Elementos del Ejército y de la Policía Federal mantienen un fuerte operativo de vigilancia en esta ciudad ante la visita del presidente Felipe Calderón. En la imagen, agentes al llevarse a un manifestante del centro de convenciones durante protestas contra el mandatario. Ap




¡Esos si son machitos!
¿Por qué será que no son igual de entrones en contra de la delincuencia?
¿Acaso por que son parte de la misma pandilla?

martes, 9 de febrero de 2010

SOLIDARIDAD CON TRABAJADORES DE LA SALUD APRESADOS EN FILIPINAS

MOVIMIENTO PARA LA SALUD DE LOS PUEBLOS


SOLIDARIDAD CON TRABAJADORES DE LA SALUD APRESADOS EN FILIPINAS

El Movimiento para la Salud de los Pueblos, integrado por movimientos sociales, movimientos comunitarios, asociaciones por el derecho y la defensa de la salud pública y colectiva; así como por instituciones académicas, intelectuales, investigadores…

Condenamos:

El apresamiento ilegal de 40 trabajadores comunitarios y profesionales de la salud en la provincia de Rizal en Filipinas. Los trabajadores fueron sometidos mientras asistían a un Taller de entrenamiento organizado por CDH (Council for Health and Development) . El CDH se convirtió en el frente de rescate y apoyo a las víctimas de las áreas desoladas por los tifones en los pasados meses en Filipinas.

Los reportajes iniciales informan que aproximadamente 300 militares y policías irrumpieron en casa de la Dra. Melicia Velmonte, reconocida y respetable profesional, especialista en enfermedades infecciosas.

Nosotros, miembros del MSP/PHM (Movimiento para la Salud de los Pueblos) nos solidarizamos con los colegas profesionales de la salud que de forma heroica ponen en riesgo su vida trabajando en condiciones extremas, llevando la salud a áreas de extrema pobreza donde el sistema público de salud no ha sido capaz de llevar a cabo su acción.

Exigimos:

¡La inmediata libertad de los trabajadores y activistas de salud!

Llamamos a las organizaciones de derechos humanos a velar por las vidas y la salud de estos profesionales cuyo único delito es haberse preocupado por la salud de los más pobres.

Carta de Solidaridad

Usted puede enviar una carta exigiendo la libertad de los trabajadores de la salud en Filipinas a la siguiente dirección:

H.E. Gloria Macapagal-Arroyo
President of the Republic
Malacañang Palace,
Jp Laurel St., San Miguel
Manila Philippines
Fax: (+632) 742-1641 / 929-3968
E mail: corres@op.gov. ph
opnet@op.gov. ph

Ge. Avelino Razon, Ret. PNP, Presidential Adviser on the Peace Proccess, Office of the Presidential
E mail: osec@opapp.gov. ph

Leila de Lima, Chairperson, Comimission on Human Rigthts
E mail: chr.delima@yahoo. com

Solidariamente,
PHM
MOVIMIENTO PARA LA SALUD DE LOS PUEBLOS

Equipo Comunicándonos

viernes, 5 de febrero de 2010

Edición boliviana del Diario del Che




En una publicación impresa de circulación todavía muy restringida, el Ministerio de Culturas de Bolivia dio a conocer en octubre de 2009 una réplica del famoso diario de campaña del Che.

Sin embargo, esta edición no contiene la trascripción (del manuscrito a las letras de imprenta) tal como era el diseño original del proyecto, concebido hace más de dos años en el marco de la conmemoración del 40 aniversario de la caída del Che.

Por ello, la trascripción laboriosamente elaborada que debía acompañar a la publicación facsimilar impresa, está aquí al alcance de todos.

Se trata de una verdadera y única edición boliviana del Diario del Che que además de ser completa (incluye documentos no publicados en ediciones anteriores) posee un significativo valor agregado: ha sido rigurosamente cotejada con la imagen digital de los originales eliminando errores tipográficos y otras alteraciones; lleva una introducción sobre la azarosa historia del diario; incorpora dos centenares de pies de página aclaratorios complementados con 127 fichas biográficas de los personajes mencionados.

Por otra parte, esta edición incluye herramientas facilitadoras de hipertexto y un formato accesible para cualquier usuario. En síntesis, ha sido pensada para los lectores contemporáneos y puede ser bajada de la web sin costo alguno, como corresponde a la invariable posición ética del Che que dejó su obra a la humanidad entera, un legado cuya mercantilización es inadmisible.

La Paz, 1 de febrero de 2009
Carlos Soria Galvarro

Descargalo aquí

Modelo juvenicida


Víctor M. Quintana S.

Mientras los medios nacionales celebraban que Salvador Cabañas pudo hablar, a ellos los silenciaron. Como para lanzar un mensaje terrorista a gobierno, candidatos y sociedad. Veintiocho personas, la mayoría jóvenes menores de 20 años, acribillados el sábado 30 de enero en Villas de Salvárcar, suburbio popular de Ciudad Juárez. Dieciséis muertos, 12 jóvenes y cuatro adultos que se acercaron a ayudar a sus amigos o hijos. Como llegó, el comando asesino se fue: en siete vehículos con la música a todo volumen.

La ciudad que se ha caracterizado por los feminicidios ahora destaca también por el juvenicidio. Tan sólo de septiembre para acá van tres masacres de jóvenes juarenses: 18 en el centro de rehabilitación El Aliviane, 10 más poco después en un centro similar, y la del sábado. Contamos sólo las de más impacto colectivo, porque en estas calles día a día siguen cayendo los jóvenes. Un 30 por ciento de los 4 mil 500 homicidios cometidos en Juárez entre 2007 y 2008 corresponden a jóvenes de menos de 19 años. (La Jornada, 2 de febrero de 2009, nota de Miroslava Breach). Si se cuentan los menores de 30, resulta que en la guerra contra el narco calderoniana los jóvenes han puesto más de la mitad de los muertos.

Y sin embargo, hace apenas dos semanas el Congreso del estado, con el solo voto en contra de Nueva Alianza y el PRD, reformó el Código Penal para incrementar de cinco hasta 15 años de prisión a los adolescentes infractores. Para muchos, los principales actores de la inseguridad son los jóvenes.

Lo que en Juárez sucede con nuestros jóvenes no es excepción o una típica excentricidad de la frontera norte del país. Los juvenicidios en Juárez son la comprobación palmaria del triple fracaso de las políticas del Estado mexicano. Son el resultado acumulado de muchos años de descuido o de maltrato estatal hacia los jóvenes. El futuro nos alcanzó: ahora son los jóvenes de Juárez, pero luego seguirán los de otras ciudades.

Fracaso en la estrategia contra el crimen organizado: la ofensiva militar y mediática de Calderón, hay que repetirlo por enésima vez, no ha funcionado ni en su variante “operativo conjunto”, conducida por el Ejército, ni en su variante operación coordinada, conducida por la Policía Federal. Las calles se llenan de soldados y policías, quienes, sin embargo, nunca llegan a tiempo, no digamos para prevenir los homicidios, sino ni siquiera para atrapar a los asesinos, apenas pueden controlar el metro cuadrado en que se paran. Los espacios públicos se pierden a manos de las fuerzas del orden o de las del desorden sangriento. El espacio privado, como la casa donde se celebraba la fiesta del sábado, es violentado por las armas asesinas con toda impunidad. A los jóvenes se les expulsó de sus antros, de sus discos, y ahora van a cazarlos a su propia casa.

Fracaso estructural en la política de Estado hacia los jóvenes. Pocos o nulos programas gubernamentales de prevención y atención a adicciones. Descuido total de la economía del cuidado que permita a padres y agencias de gobierno brindar protección, salud y educación a los niños y adolescentes. El Estado justifica la exclusión de la mayoría de solicitantes de educación superior mediante la sofisticada coartada del Ceneval. Claudica de promover, difundir y apoyar las expresiones culturales juveniles, en aras de ceder al duopolio televisivo la función educadora cotidiana. En el país donde hay 7 millones de ni-ni es, decir, jóvenes que ni estudian ni trabajan, Chihuahua era el estado que porcentualmente más contribuía ya en 2007. Una política torpe que en 2009 expulsó a 700 mil muchachos del sistema escolar por falta de recursos para sostenerse y que provocó casi 350 mil intentos de suicidio. (La Jornada, 12 de enero de 2009, reportaje de Karina Avilés).

Fracaso histórico del modelo económico y social. Una economía oligopolizada y subordinada que cada año les cierra el paso al millón 200 mil jóvenes que llega cada año al mercado de trabajo; que condena al subempleo o a ingresos precarios a quienes han logrado terminar su carrera universitaria. Tan sólo entre 2008 y 2009 la tasa de desempleo entre los jóvenes de 15 a 24 años se disparó de 7.6 a 10.3 por ciento, dos veces y media más que la tasa de desempleo de los adultos, según la Organización Internacional del Trabajo. Los jóvenes que ahora delinquen son los hijos de los ajustes estructurales, del neoliberalismo, del Estado mínimo de los errrores de diciembre y Fobaproa, señala un periodista chihuahuense. La emigración forzada, el suicidio o la sicariada son las únicas opciones. ¿Por qué le vamos a tener miedo a la muerte si ya nacimos muertos?, decía un joven pandillero de Juárez.

No son las balas: es una perversa política de Estado en lo político, en lo económico, en lo social, en lo cultural, lo que mata a nuestros jóvenes. En Juárez, pero no sólo en Juárez, en la nación entera, ya sean asesinados, ya sean gatilleros, todos nuestros jóvenes son víctimas.

http://www.jornada.unam.mx/2010/02/05/index.php?section=opinion&article=017a2pol

martes, 2 de febrero de 2010