jueves, 30 de diciembre de 2010

El principal estímulo a nuestros esfuerzos

Fidel Castro Ruz

Fue tan impactante el reportaje gráfico de la periodista Gladys Rubio sobre la epidemia de cólera en Haití, publicado en la "Mesa Redonda" de ayer, que decidí posponer para hoy miércoles la Reflexión que anuncié el lunes. La misma se proponía analizar, desde otro ángulo, el dramático golpe que significó para el pueblo haitiano el terremoto del 12 de enero de este año, al que siguió, en menos de 10 meses, una epidemia generalizada de cólera y un huracán.

Tales hechos tenían lugar en un país que había sido víctima de los conquistadores, del colonialismo y la esclavitud. Su población autóctona había sido eliminada por la conquista y la búsqueda forzosa de oro.

La nación haitiana tiene como raíz los cientos de miles de seres humanos arrancados de África por los comerciantes europeos de esclavos, y vendidos a los agricultores esclavistas de Haití para producir café, azúcar y otras mercancías tropicales con las cuales suministrar los emergentes mercados capitalistas.

El pueblo de Haití protagonizó, en los primeros años del siglo XIX, la primera revolución social en la historia de este hemisferio; fue fuente de inspiración y punto de apoyo en armas para los que llevaron a cabo la proeza de liberar Suramérica del dominio español.

Nuestra solidaridad con el pueblo de Haití tiene doble raíz: nace de nuestras ideas, pero también de nuestra historia.

Después de la revolución social que allí tuvo lugar, el colonialismo español convirtió a Cuba, donde también incontables africanos habían sido arrancados del África y vendidos como esclavos, en la principal suministradora de café, azúcar y otros productos tropicales.

Como consecuencia de ese proceso, cuando las colonias españolas de Sur y Centroamérica se independizaron en cruenta y heroica lucha, la colonia cubana aportaba a la metrópoli española más ingresos netos que el conjunto de aquellos países antes de que los mismos se independizaran, un hecho que influyó decisivamente en el destino de nuestra Patria a lo largo de casi dos siglos que transcurrieron posteriormente.

Hace dos días explicaba cómo surgió la cooperación médica con Haití, la cual nos llevó a la formación de cientos de jóvenes médicos de ese hermano país y al envío de una fuerza de profesionales cubanos de la salud. No se trata de algo que surgiera por azar.

Tampoco nos sorprenden los esfuerzos de Estados Unidos y Europa por desinformar, ocultar y mentir sobre los móviles de la conducta de Cuba.

Un conocido periódico británico, The Independent, con incuestionable prestigio en los medios liberales de Gran Bretaña -aunque no disfruta el privilegio que Wikileaks concedió a The Guardian y otros cuatro conocidos órganos de prensa, que consultaron con Washington los puntos más sensibles de la información recibida- publicó, hace tres días, un atrevido artículo de la periodista Nina Lakhani, titulado "Médicos cubanos en Haití ponen al mundo avergonzado". Es el asunto que deseaba analizar, por la osadía con que llama a las cosas por su nombre en ese tema, aunque ello no implica que comparta cada una de sus apreciaciones sobre las motivaciones que determinaron nuestra conducta. Lo explicaré usando el texto de la traducción y de forma tan sintética como sea posible.

“Son los verdaderos héroes -dice- del desastre del terremoto de Haití, la catástrofe humana a las puertas de Estados Unidos frente a la cual Barack Obama prometió una monumental misión humanitaria de los EE.UU para aliviarla. Sin embargo, los héroes de los que hablamos son ciudadanos del archi-enemigo de los Estados Unidos, Cuba, cuyos médicos y enfermeras han hecho que los esfuerzos de Estados Unidos sean motivo de sonrojo.

"Una brigada médica de 1 200 cubanos está funcionando en todo Haití, devastado por el terremoto e infectado por el cólera, como parte de la misión médica internacional de Fidel Castro, que ha ganado al Estado socialista muchos amigos, pero poco reconocimiento internacional."

“…los organismos de ayuda internacional estaban solos en la lucha contra la devastación que mató a 250 000 personas y había dejado sin hogar a cerca de 1,5 millones. [...] profesionales de la salud cubanos han estado en Haití desde 1998, [...] en medio de la fanfarria y la publicidad en torno a la llegada de la ayuda de los Estados Unidos y el Reino Unido, centenares de nuevos médicos, enfermeras y terapeutas cubanos llegaron sin que nadie los mencionara apenas…”

“Estadísticas publicadas la semana pasada muestran que los médicos cubanos, trabajando en 40 centros a través de Haití, han tratado más de 30 000 pacientes de cólera desde octubre. Son el mayor contingente extranjero, tratando alrededor del 40 por ciento de todos los pacientes de cólera. Otro lote de médicos de la Brigada cubana ‘Henry Reeve’, un equipo de especialistas para desastres y emergencias, llegó recientemente cuando se hizo evidente que Haití estaba luchando por hacer frente a la epidemia que ya ha matado a cientos.”

“…Cuba ha formado a 550 médicos haitianos gratuitamente en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), una de las más radicales iniciativas médicas del país. Otros 400 actualmente están siendo preparados en la escuela, que ofrece educación gratuita -incluyendo libros gratis y un poco de dinero de gasto- a cualquiera lo suficientemente calificado, que no pueda permitirse estudiar medicina en su propio país.

“John Kirk es un profesor de estudios de América Latina en la Universidad de Dalhousie, en Canadá, que investiga sobre los equipos médicos internacionales de Cuba. Él dijo: ‘la contribución de Cuba en Haití es como el secreto más grande del mundo. Son apenas mencionados, a pesar de que están haciendo mucho del trabajo pesado’.

"Esta tradición se remonta a 1960, cuando Cuba envió a un puñado de médicos a Chile, golpeado por un fuerte terremoto, seguido por un equipo de 50 a Argelia en 1963. Esto fue cuatro años después de la revolución, que vio a casi la mitad de los 7 000 médicos del país [...] partir para los Estados Unidos."

“…El programa más conocido es la Operación Milagro, que comenzó con oftalmólogos tratando a enfermos de cataratas en empobrecidos pueblos venezolanos a cambio de petróleo. Esta iniciativa ha restaurado la visión de 1,8 millones de personas en 35 países, incluido la de Mario Terán, el sargento boliviano que mató a Che Guevara en 1967.

“La Brigada ‘Henry Reeve’, rechazada por los estadounidenses después del huracán Katrina, fue el primer equipo en llegar a Pakistán tras el terremoto de 2005 y el último en salir seis meses más tarde.”

“…de acuerdo con el profesor Kirk. ‘…También es una obsesión de Fidel y le gana votos en las Naciones Unidas’.

“Una tercera parte de los 75 000 médicos de Cuba, junto con otros 10 000 trabajadores de la salud, están trabajando actualmente en 77 países pobres, incluyendo El Salvador, Malí y Timor Oriental. Esto deja aún en Cuba un médico por cada 220 personas, una de las tasas más elevadas del mundo, [...] uno para cada 370 en Inglaterra.

“Dondequiera que se les invita, los cubanos aplican su modelo integral centrado en la prevención, visitando familias en sus casas, monitoreando proactivamente la salud infantil y materna. Esto ha producido ‘resultados sorprendentes’ en partes del Salvador, Honduras y Guatemala, bajando las tasas de mortalidad infantil y materna, reduciendo las enfermedades infecciosas y dejando detrás a los trabajadores locales de salud mejor capacitados, de acuerdo con la investigación del profesor Kirk.

"La formación médica en Cuba dura seis años -un año más que en el Reino Unido- [...] cada graduado trabaja como un médico de familia durante tres años como mínimo."

“Este modelo ha ayudado a Cuba para lograr algunas de las mejoras de salud más envidiables de todo el mundo, a pesar de gastar sólo 400 dólares por persona el año pasado en comparación con 3 000 en el Reino Unido y 7 500 dólares en los Estados Unidos, de acuerdo con las cifras de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo.

“La tasa de mortalidad infantil, una de las medidas más confiables de la salud de la nación, es 4,8 por 1 000 nacidos vivos, comparable con el Reino Unido y menor que los Estados Unidos. Sólo el 5 por ciento de los bebés nacen con bajo peso, un factor crucial para la salud a largo plazo…”

“Imti Choonara, un pediatra de Derby [...] que participa en talleres anuales en la tercera ciudad de Cuba, Camagüey, afirma: ‘La Salud en Cuba es fenomenal y la clave es el médico de familia, [...] se enfoca en la prevención… La ironía es que los cubanos llegaron al Reino Unido después de la Revolución para ver cómo funcionaba el NHS (Sistema Nacional de Salud). Ellos tomaron lo que vieron, lo refinaron y desarrollaron; mientras tanto, nosotros nos movemos hacia el modelo estadounidense’.

“…el embargo norteamericano [...] impide a muchas de las compañías estadounidenses comerciar con Cuba y persuade a otros países a seguir su ejemplo. El informe de 2009/10 incluye fármacos para el cáncer infantil, VIH y artritis, algunos anestésicos, así como los productos químicos necesarios para diagnosticar infecciones y preservar órganos.”

“…los cubanos están inmensamente orgullosos y apoyan su contribución en Haití y otros países pobres, encantados de estar golpeando por encima de su peso en la escena internacional…”

“La formación médica es otro ejemplo. Actualmente hay 8 281 estudiantes de más de 30 países enrolados en la ELAM, que el mes pasado celebró su aniversario 11. El Gobierno pretende inculcar un sentido de responsabilidad en los estudiantes con la esperanza de que trabajarán dentro de sus propias comunidades pobres durante al menos cinco años.

“Damien Joel Suárez, 27 años, un estudiante de segundo año de Nueva Jersey, es uno de los 171 estudiantes norteamericanos; ya se han graduado 47. Él rechaza las acusaciones de que la ELAM es parte de la maquinaria de propaganda cubana. ‘Por supuesto, el Che es un héroe aquí, pero no estás obligado a reverenciarlo’.”

No todas las cosas que se afirman sobre Cuba son favorables. El artículo contiene igualmente críticas, varias de las cuales compartimos, y en ocasiones somos, incluso, más severos que The Independent. Se habla en él de bajos salarios y escaseces. Con independencia de nuestros errores, no se menciona el hecho de que a lo largo de más de 50 años de bloqueo, agresiones y amenazas, nuestro país ha sido obligado a invertir enormes energías, tiempo y recursos para resistir los embates del imperio más poderoso que ha existido en la historia.

No obstante, es admirable la sinceridad y claridad con que Nina Lakhani expone, y The Independent publica, ese valiente artículo sobre lo que significa para el sufrido pueblo de Haití una tragedia que en su primera etapa ha costado ya la vida de casi 3 000 víctimas, entre niños, jóvenes y adultos, muchos de los cuales sufren desnutrición y otros azotes de salud, sin que a veces dispongan de leña para hervir el agua que consumen.

Las noticias llegadas de ese hermano país informan que hasta hoy miércoles 29 otras 717 personas habían sido atendidas por la Misión Médica Cubana. No se reportan fallecidos en cinco días consecutivos. La tasa de letalidad entre los asistidos por Cuba, que ascienden ya a 48 931, se redujo a 0.55%. La cifra oficial de ciudadanos afectados por la enfermedad ascendía a 130 534, y la de fallecidos a 2 761 para una tasa de 2.1%. Se lucha para que métodos más eficientes se apliquen en todos los centros que combaten la epidemia. Los Grupos de Penetración de la Brigada "Henry Reeve" -cubanos, latinoamericanos y haitianos graduados de la ELAM- se elevan ya a 42, y pueden penetrar en cualquiera de las subcomunas más aisladas de Haití. Cuentan además con 61 unidades de atención al cólera.

El esfuerzo de nuestro país en favor de la salud humana, que comenzó desde el triunfo mismo de la Revolución, como expresa el artículo publicado por The Independent, se puede apreciar en el hecho de que el próximo año se graduarán en la República Bolivariana de Venezuela 8 000 médicos que fueron capacitados en la teoría y en la práctica con la cooperación de los especialistas cubanos de la salud. Venezuela también alcanzará niveles de salud que la ubicarán entre las primeras del mundo. Tan alentadores resultados constituyen el principal estímulo a nuestros esfuerzos.

Diciembre 29 de 2010

8 y 07 p.m.

Original en inglés aquí

martes, 28 de diciembre de 2010

La batalla contra el cólera

Fidel Castro Ruz

Hago un alto, entre varios análisis importantes que ocupan mi tiempo en estos días, para referirme a dos temas que deben ser conocidos por nuestro pueblo.
La ONU, instigada por Estados Unidos, creador de la pobreza y el caos en la República haitiana, había decidido enviar al territorio de Haití a sus fuerzas de ocupación, la MINUSTAH (Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití) que, de paso, introdujo la epidemia de cólera en ese hermano país.
El Secretario General de la OEA, por su parte, decidió nombrar a principios de 2009, como representante personal suyo en Haití a un intelectual brasileño, Ricardo Seitenfus, que entonces laboraba en el Ministerio de Relaciones Exteriores de su país.
Seitenfus gozaba de merecido prestigio en los círculos diplomáticos y gubernamentales de la capital de Haití por la seriedad y franqueza con que abordaba los problemas. En 1993 había escrito un libro titulado: Haití: la soberanía de los dictadores. Ese año visitó por primera vez Haití.
Hace dos días, el pasado 25 de diciembre, las agencias de información divulgaron la noticia de que el representante especial de la OEA había sido abruptamente despedido de su cargo.
¿Qué originó la drástica medida?
Entrevistado hace varios días por el diario Le Temps, en Suiza, Seitenfus respondió a varias preguntas de ese órgano de prensa, exponiendo con sinceridad sus puntos de vista.
En apretada síntesis explicaré con palabras textuales lo ocurrido de acuerdo a la información ofrecida a través de Internet y traducido del francés.
La primera pregunta de Le Temps fue:
Diez mil cascos azules en Haití, ¿a su juicio, es una presencia contraproducente?
Respuesta de Ricardo Seitenfus:
El sistema de prevención de los litigios en el marco del sistema de la ONU no se adapta al contexto haitiano. Haití no es una amenaza internacional. No estamos en situación de guerra civil. [...] el Consejo de Seguridad [...] impuso los cascos azules en 2004, después de la salida del Presidente Aristide. [...] Para la ONU era cuestión de congelar el poder y de transformar a los haitianos en presos de su propia isla.
Pregunta 2.
“¿Qué es lo que impide la normalización del caso haitiano?
Ricardo Seitenfus: Durante doscientos años, la presencia de tropas extranjeras ha alternado con la de dictadores. La fuerza es la que define las relaciones internacionales con Haití y nunca el diálogo. El pecado original de Haití, en la escena mundial, es su liberación. Los haitianos cometieron lo inaceptable en 1804: un crimen de lesa majestad para un mundo impaciente. El Occidente era entonces un mundo colonialista, esclavista y racista que basaba su riqueza en la explotación de las tierras conquistadas. Por consiguiente, el modelo revolucionario haitiano daba miedo a las grandes potencias. Los Estados Unidos no reconocieron la independencia de Haití hasta 1865, y Francia exigió el pago de un rescate para aceptar esa liberación. Desde el principio, la independencia estaba comprometida y el desarrollo del país obstaculizado. [...] Nada se soluciona, se empeora. Quieren hacer de Haití un país capitalista, una plataforma de exportación para el mercado americano, es absurdo. [...] Existen elementos en esta sociedad que han logrado impedir que la violencia se extienda sin medida.
Pregunta 3.
“¿No es una dejación ver en Haití una nación inasimilable, cuyo único futuro es el retorno a valores tradicionales?
“Ricardo Seitenfus: Una parte de Haití es moderna, urbana y tornada hacia el extranjero. El número de haitianos que viven fuera de su frontera se estima en
cuatro millones. Es un país abierto al mundo. [...] Más del 90% del sistema educativo y la salud están en manos privadas. El país no dispone de recursos públicos para hacer funcionar de una manera mínima un sistema oficial. [...] El problema es socioeconómico. Cuando la tasa de desempleo alcanza un 80%, desplegar una misión de estabilización es insoportable. No hay nada que estabilizar…”
Pregunta 4.
“Haití es uno de los países que recibe más ayuda del mundo, sin embargo la situación no hace más que deteriorarse desde hace veinticinco años. ¿Por qué?
Ricardo Seitenfus: La ayuda de urgencia es eficaz; pero cuando se vuelve estructural, cuando esta sustituye al Estado en todas sus misiones, se consigue una falta de responsabilidad colectiva. [...] El sismo del 12 de enero y posteriormente la epidemia de cólera no han hecho más que acentuar este fenómeno. La comunidad internacional tiene el sentimiento de que cada día tiene que rehacer lo que terminó la víspera. [...] Tenía la esperanza que, ante la desdicha del 12 de enero, el mundo iba a comprender que se había equivocado con Haití. [...] En vez de hacer un balance, se enviaron aún más soldados. Hay que construir carreteras, elevar presas, participar en la organización del Estado, en el sistema judicial. La ONU dice que no tiene mandato para ello. Su mandato en Haití es mantener la paz del cementerio.
Pregunta 5.
“¿Qué papel juegan las ONGs en este fracaso?
Ricardo Seitenfus: A partir del sismo, Haití se ha convertido en una encrucijada inevitable. Para las ONGs transnacionales, Haití se ha transformado en un lugar de paso forzado. Diría incluso algo peor que eso: de formación profesional. [...] Existe una relación maléfica o perversa entre la fuerza de las ONGs y la debilidad del Estado haitiano. Algunas ONGs sólo existen debido a la desdicha haitiana.
Pregunta 6.
“¿Qué errores se han cometido después del sismo?
Ricardo Seitenfus: Ante la importación masiva de bienes de consumo para alimentar a las personas sin hogar, la situación de la agricultura haitiana ha empeorado. El país ofrece un campo libre a todas las experiencias humanitarias. Es inaceptable desde el punto de vista moral considerar a Haití como un laboratorio. La reconstrucción de Haití y la promesa que destacamos de los 11 mil millones de dólares despiertan codicia. [...] Los médicos haitianos que Cuba forma, [...] cerca de la mitad [...] que deberían estar en Haití [...] están trabajando hoy en los Estados Unidos, en Canadá o en Francia.
Pregunta 7.
“Se describe sin cesar a Haití como el margen del mundo, ¿ve usted el país como un concentrado de nuestro mundo contemporáneo…?
Ricardo Seitenfus: Es el concentrado de nuestros dramas y de los fracasos de la solidaridad internacional. No estamos a la altura del reto. La prensa mundial viene a Haití y describe el caos. [...] Para ella, Haití es uno de los peores países del mundo. Es necesario ir a la cultura haitiana, es necesario ir al terruño. [...] Nadie se toma el tiempo ni tiene el deseo de intentar comprender lo que yo llamaría el alma haitiana.
Pregunta 8.
“¿Además del reconocimiento del fracaso, qué soluciones propone?
Ricardo Seitenfus: En dos meses, habré terminado una misión de dos años en Haití. Para permanecer aquí, y no ser agobiado por lo que veo, tuve que crearme una serie de defensas psicológicas. Quería seguir siendo una voz independiente a pesar del peso de la organización que represento. [...] El 12 de enero aprendí que existe un potencial de solidaridad extraordinario en el mundo. Y es necesario no olvidar que, en los primeros días, fueron los haitianos los que completamente solos, con las manos vacías, intentaron salvar a sus prójimos. [...] Debemos pensar simultáneamente en ofrecer oportunidades de exportación para Haití y también proteger esta agricultura familiar que es esencial para el país. Haití es el último paraíso del Caribe aún inexplotado por el turismo, con 1 700 ? kilómetros de costas vírgenes [...] Hace 200 años, Haití iluminó la historia de la humanidad y la de los derechos humanos. Es necesario ahora dar una oportunidad a los haitianos de confirmar su visión.
Se puede estar o no de acuerdo con cada una de las palabras del brasileño Ricardo Seitenfus, pero es incuestionable que dijo verdades lapidarias en sus respuestas.
Considero conveniente añadir, y también esclarecer:
Nuestro país no solo envió cientos de médicos al vecino pueblo hermano de Haití, sino también miles de ellos a otros pueblos del Tercer Mundo, particularmente en situaciones de desastres naturales, y contribuyó a la formación de decenas de miles de médicos en nuestra Patria y en el exterior.
La colaboración médica con Haití comenzó hace 12 años, el 4 de diciembre de 1998.
Cuando a finales de la década de los 90 dejó de existir la tiranía de Duvalier y los Tonton Macoutes -impuesta durante décadas por Estados Unidos- y un gobierno de elección popular asumió la dirección de Haití, Cuba envió 100 médicos para prestar servicios en ese país, y el primer contingente de jóvenes haitianos graduados de bachiller se trasladaron a Cuba para iniciar sus estudios de Medicina en 1999.
A su vez, en el año 2001, iniciamos una colaboración con la Universidad de Medicina creada por el presidente Jean Bertrand Aristide, a la que enviamos profesores que laboraban también como médicos al servicio del pueblo haitiano. Cuando los yankis promovieron un golpe de Estado, y la escuela de medicina fue convertida en cuartel por los golpistas, alrededor de 270 estudiantes de la misma se trasladaron a Cuba con los profesores y prosiguieron sus estudios en nuestra Patria.
La Misión Médica Cubana continuó, sin embargo, prestando sus servicios humanitarios en Haití, que nada tenían que ver con los problemas de carácter político internos del país, bajo la ocupación de los soldados golpistas, las tropas yankis o las fuerzas de la MINUSTAH.
En agosto de 2005, los 128 primeros alumnos haitianos de sexto año de Medicina regresaron a su país para la práctica docente de su carrera, junto a los médicos cubanos que prestaron sus servicios en Haití.
Desde el segundo semestre de 2006 hasta el segundo semestre de 2010 se han ido graduando 625 jóvenes médicos haitianos, sobre los cuales tenemos un altísimo concepto. De ellos, 213 laboran en las instituciones médicas del Gobierno de Haití; 125 en los Centros de Control Médico del Cólera o en las brigadas de penetración en las subcomunas, junto a los médicos cubanos y latinoamericanos graduados de la ELAM que combaten la epidemia del cólera; 72 trabajan en centros médicos de las ONGs y privados; 20 en los llamados Centros Mixtos; 41 continúan estudiando una segunda especialidad en Cuba; 27 recién graduados que ya están en Haití, pendientes de ubicación; 14 sin vínculo laboral por problemas personales como gestación y maternidad; otros cuatro cuya ubicación se desconoce, y un fallecido.
Por último, 104 laboran en el exterior, fundamentalmente en España, Estados Unidos, Canadá y Francia; uno en Suiza, y cuatro en países de América Latina. No sería correcto emitir juicio sobre cualquiera de ellos ya que su país es sumamente pobre, ha carecido de recursos y empleos, y no consta en absoluto que alguno se haya negado a servir a su país. Son valores médicos muy demandados, cuyas cunas fueron Haití y Cuba.
La cifra oficial de fallecidos por el cólera se eleva a
2 707 para una tasa de 2,1%.
Durante tres días consecutivos no ha muerto un solo enfermo de cólera entre los atendidos por la Misión Médica Cubana. La tasa de letalidad ha descendido ya a 0,57 entre los 47 537 pacientes tratados por ellos. La epidemia puede ser erradicada evitando que se convierta en endémica.
En la Mesa Redonda de mañana, a las seis de la tarde, escucharemos noticias frescas e interesantes sobre la batalla contra el cólera en Haití, y a voces con importantes noticias y autoridad sobre el tema.
Proseguiré el martes 28 con el segundo punto.
Diciembre 27 de 2010
5 y 12 p.m.

domingo, 26 de diciembre de 2010

viernes, 24 de diciembre de 2010

Marisela Escobedo: la rebelión por la vida plena

Marisela Escobedo: la rebelión por la vida plena
 
Víctor M. Quintana S.
 
Las velas no se van a apagar en el lugar donde cayó mortalmente herida Marisela Escobedo Ortiz, en la acera frontal del palacio de gobierno de Chihuahua. Porque esas candelas, aportadas por la gente y que están rodeando el edificio, quieren dar a entender que el asesinato de Marisela a la vez que expresión extrema de una realidad de violencia e injusticia, puede ser también anuncio de esperanzadoras posibilidades.
El asesinato de Marisela Escobedo es un feminicidio. Como a su hija Rubí se le asesinó, con enormes odio y saña por ser mujer, como se ha asesinado a más de 600 mujeres desde 1993 en Ciudad Juárez. Marisela fue ultimada también por exigir el fin de la impunidad y demandar justicia, por ser defensora de los derechos humanos, en la forma básica de éstos, que es el derecho a la vida. Este feminicidio tiene también una dimensión de clase: como la tiene el de Josefina Reyes, también defensora de los derechos humanos acribillada en el Valle de Juárez a principios de este año. Ambas eran madres clamando por justicia, ambas eran de la clase trabajadora, ambas mujeres, la suma de las vulnerabilidades.
El feminicidio de Marisela Escobedo es un nudo que condensa las diversas violencias que estremecen a Chihuahua. Las que el sistema político vigente permite o ejerce para que los excluidos –como señala Enrique Dussel– no vivan plenamente. Son la violencia hacia la mujer ejercida desde el interior mismo del propio hogar, la violencia de los criminales profesionales y la violencia de la práctica cotidiana de las instituciones encargadas de la procuración y la administración de la justicia. Violencias que desembocan en impunidades:
Violencia e impunidad del asesino y sus cómplices, pero también de todos los agentes de todos los órdenes y poderes de gobierno que intervinieron en cada parte del procedimiento judicial que Marisela fue arrancando con su lucha. Como bien lo documenta el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres, coadyuvante de Marisela, hubo graves fallas, errores, negligencia culpable, insensibilidad, en todo el proceso. Desde los policías municipales y el juez de barandilla que desdeñaron la primera denuncia de Marisela por la desaparición de su hija, pasando por los agentes del Ministerio Público que no integraron bien el expediente, por los tres jueces que dejaron en libertad a Sergio Rafael Barraza, por los policías que no fueron capaces de aprehenderlo hasta que Marisela los condujo al escondite de éste, por la Fevimtra que se negó a intervenir. Continuando por la negativa del gobernador, del secretario de Gobernación y del propio Felipe Calderón a escuchar a Marisela y terminando por la negligencia de quienes tuvieron a su cargo brindar una vigilancia discreta a quien se manifestaba. El feminicidio devela, pues, que todo el sistema de justicia penal en México, sea el antiguo y vigente en la mayor parte del país, sea el nuevo, el de los juicios orales, adolece de un terrible sesgo sexista, de un vicio de origen que es la actitud despectiva hacia la mujer por parte de toda la cadena de administración y procuración de justicia. Todo lo anterior permite la reproducción ampliada del feminicidio. Porque las mujeres no sólo son víctimas al exterior del sistema de justicia, son victimadas de nuevo cuando ingresan a él, así ingresen como parte acusadora.
El asesinato de Marisela, el incendio del negocio de su pareja y al asesinato del hermano de éste no son perpetrados por un criminal solitario, revelan una tercera violencia, la del crimen organizado, que se atreve a desafiar al gobierno en la propia casa de éste y de sembrar el terror no sólo entre la familia de Marisela sino entre las defensoras y defensores de los derechos humanos. En este contexto, es urgente que el gobierno ponga en marcha medidas cautelares para salvaguardar la vida y el patrimonio de la familia de Marisela, de las organizaciones que más la acompañaron en su lucha, como Justicia para Nuestras Hijas, la Mesa de Mujeres y el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres. Si el feminicidio de Marisela puede considerarse un crimen de Estado por omisión, el hecho de que una mujer más sea asesinada en este contexto será de complicidad de Estado.
A pesar de todo, el feminicidio de Marisela establece un antes y un después. Porque de los más de 6 mil asesinatos perpetrados en Ciudad Juárez desde 2008, es el que más impacto ha causado en la opinión pública nacional e internacional. Porque es percibido como, ahora sí, la gota que derrama el vaso de la paciencia ciudadana. Porque en la protesta posterior, en la exigencia de justicia, convergen como nunca habían convergido numerosas organizaciones de todos los signos ideológicos y políticos, ciudadanas y ciudadanos comunes y corrientes. Porque, volviendo a citar a Dussel, ese ethos de la valentía, del arrojo, de la creatividad que caracterizaron los dos últimos años de la vida de Marisela, parece ahora contagiarse a muchos sectores, a muchos actores de la sociedad juarense y chihuahuense. Porque parece que ahora sí, puede despuntar en el pueblo una voluntad de rebelarse por la vida plena que le es sistemática y sistémicamente denegada.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Marisela Escobedo Ortiz

Marisela Escobedo Ortiz: 


Había puesto mi pluma fuente en reposo. Había terminado el boceto de mi artículo dominical. Había reseñado las líneas que a mí juicio definen la reestructuración palaciega del PRI decidida por Cesar Duarte a favor de un cenecista urbano cuyo nombre ya olvide. Quería decirle a Chihuahua que este partido es una dependencia más del decadente aparato gubernamental, que es un remedo del viejo partido de estado, que lesionaba en el corazón al régimen de partidos, medula de un sistema democrático que se precie de tal.

En eso suena mi teléfono móvil y me llega la noticia del homicidio de Marisela Escobedo Ortiz. La mamá de Rubí. Un sicario, ahora prófugo y en busca de cueva segura para la impunidad de un troglodita, la había matado a mansalva, aprovechando la nocturnidad, con todas las ventajas que tiene un criminal frente a una victima inerme. Ella reclamaba justicia para su hija asesinada y encontró la muerte a unos cuantos centímetros de la puerta principal del palacio de gobierno, morada de un gobernador que concentra ya el desprecio de Chihuahua por demagogo, por cómplice de una guerra, por sus engaños, por sus falacias, por que malos la gran parte de los gobiernos que hemos tenido, ninguno tan mal en las goteras de su inauguración.

Confieso que con el dolor que me provocó el crimen, destroce mi boceto inicial.

Todo me dolió. En ese momento se concentró mi indignación de testigo permanente de una violencia que no cesa y a todos nos amenaza, especialmente a la república y su gente. Cómo admitir que alguien que clama justicia por el homicidio de su hija encuentre la muerte, como la encontró impiamente la señora Marisela Escobedo Ortiz.

Todo me dolió: el cráneo, el radio, la tibia, las costillas, las orejas, las clavículas, la mandíbula, los dientes, el cerebro, el hueso de la risa, los pies, los muslos, los ojos, todos mis órganos, el pelo. Fue un dolor tan fuerte que ni siquiera lo produjo el más mínimo conocimiento de la victima, por que me revelo que la victima de esta violencia somos todos y especialmente los vulnerados por este sistema depredador: las mujeres, sus hijas.

Se trata de un homicidio emblemático. De un homicidio contra una madre que reclamaba justicia para su hija, que había tenido que realizar ella la indagatoria, que le había dicho al gobierno donde estaba el homicida. Marisela erogaba gran esfuerzo, era una Antígona doliente encarando al poder despótico. Emblemático por que sucede a las puertas del palacio de gobierno, por cuya parte trasera acostumbra entrar Cesar Duarte rodeado de una nube de policías y militares fuertemente armados. El se da ese privilegio, mientras el resto tenemos que andar toreando la violencia al hollar el umbral de las puertas de nuestras casas. Bien sabía quien definió los privilegios como una canongía para unos cuantos y un desaliento para todos los demás. Bien lo sabía.

El emblema llamado Marisela Escobedo Ortiz me hizo recordar la poesía de Vallejo, el gran peruano que nos legó Los Heraldos Negros, que con el apoyo de unos cuantos compañeros y compañeras fijamos a las puertas del palacio de Duarte, un hombre con ínfulas de emperador.

Chihuahua esta de luto, Chihuahua tiene esta pena. No debemos permitir que en nuestros corazones se pudra ese luto y esa pena. Tenemos que salir a la calle, como insurgentes. Este sistema con Calderón y Duarte a la cabeza significan el colapso y el agusanamiento de las instituciones. Es hora de la resistencia, de la rebelión, de demostrar que no los obedecemos por que no son nuestros representantes. Recuperemos nuestra soberanía para regenerar la república y así regenerar a Chihuahua.

Le preguntó a Cesar Duarte, siguiendo un Pensamiento Despeinado: ¿hasta cuántos cadáveres está permitido equivocarse? Este si que es un problema más que jurídico para un gobierno colapsado.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Mensajes del Alma, León Gieco

La Memoria

El Ángel de la Bicicleta

Un poco de la mucha justicia que se le debe a nuestros pueblos

http://www.eldiariodeljuicio.com.ar/
Jorge Rafael Videla – Prisión Perpetua e inhabilitación perpetua en cárcel común

Luciano Benjamín Menéndez – Prisión Perpetua e inhabilitación perpetua y una junta médica que determine si puede volver a la cárcel
Vicente Meli - Prisión Perpetua e inhabilitación perpetua en cárcel común
Mauricio Carlos Poncet Vicente Meli - Prisión Perpetúa e inhabilitación perpetúa en cárcel común
Raúl Eduardo Fierro Mauricio Carlos Poncet Vicente Meli - Prisión Perpetua e inhabilitación perpetua y una junta médica que determine si puede estar en la cárcel
Jorge González Navarro Prisión Perpetua e inhabilitación perpetua en cárcel común
Hermes Oscar Rodríguez – 12 años en cárcel común
José Eugenio San Julián – 6 años y una junta médica que determine si puede estar en la cárcel
Emilio Juan Huber – 14 años en cárcel común
Víctor Pino Cano – 12 años en y una junta médica que determine si puede estar en la cárcel
Gustavo Adolfo Alsina - Prisión Perpetua e inhabilitación perpetua en cárcel común
Enrique Pedro Mones Ruiz - Gustavo Adolfo Alsina - Prisión Perpetua e inhabilitación perpetua en cárcel común
Miguel Ángel Pérez - Prisión Perpetua e inhabilitación perpetua en cárcel común
Carlos Hibar Pérez – 10 años en cárcel común
Carlos Alfredo Yanicelli - Prisión Perpetua e inhabilitación perpetua en cárcel común
Miguel Ángel Gómez - Prisión Perpetua e inhabilitación perpetua en cárcel común
Alberto Luís Lucero - Prisión Perpetúa e inhabilitación perpetúa en cárcel común
Calixto Luís Flores - Prisión Perpetúa e inhabilitación perpetúa en cárcel común
Yamil Jabour - Prisión Perpetúa e inhabilitación perpetúa en cárcel común
Marcelo Luna - Prisión Perpetúa e inhabilitación perpetúa en cárcel común
Juan Eduardo Molina - Prisión Perpetúa e inhabilitación perpetúa en cárcel común
Mirta Graciela Antón – 7 años en cárcel común
Fernando Martín Rocha – 8 años en cárcel común
Osvaldo César Quiroga - absolución
Francisco Pablo D’aloia - absolución
Ricardo Cayetano Rocha - absolución
Luís Alberto Rodríguez - absolución
José Antonio Paredes - absolución
Luís David Merlo - absolución
Gustavo Rodolfo Salgado - absolución

Entrevista a Pérez Esquivel




Audio publicado por Esoj ((i)) FM Zumba La Turba en Argentina Indymedia (( i )) (1.7 mebibytes)

viernes, 17 de diciembre de 2010

¿Por qué el Cólera es menos letal en Haití con los médicos cubanos?

Familia, amigos, compañeros:
Unas cuantas semanas han pasado desde la última vez que les conté lo que ocurría en Haití, su preocupación permanente merece el esfuerzo de alargar esta noche y escribir, trataré de ser lo más gráfico posible.
Las condiciones higiénicos sanitarias de la población, el bajo nivel cultural, el escaso acceso a fuentes de agua segura, así como la inadecuada disposición de residuales líquidos generan condiciones para que la enfermedad produzca gran número de casos y además con el paso del tiempo se convierta en endémica, o sea año tras año reporte un número determinado de casos. Las dificultades con la accesibilidad a los servicios de salud generan que las personas no lleguen a consulta incrementando sobremanera el número de fallecidos por esta situación.
El Ministerio de Salud Pública y la Población de Haití reporta 69 mil 776 casos de Cólera con 1603 fallecidos para una letalidad de 2,3%. En tanto que la Brigada Médica Cubana en Haití ha visto 25 mil 521 pacientes de Cólera en los 36 puntos dispersos por la geografía de Haití, con 235 fallecidos y una tasa de letalidad de 0,99%. Forman parte de este magnánimo esfuerzo 436 colaboradores que accionan directamente en la atención a los pacientes con Cólera, incluyendo 75 egresados de la ELAM.
¿Qué traducen los datos de la BMC? El primer significado es que de cada 100 pacientes que atiende la BMC fallece menos de uno, cifra que se considera adecuada en el plano internacional en el manejo de cualquier epidemia de Cólera. Seguramente se preguntarán en qué radica la diferencia respecto a las cifras reportadas por el MSPP, no se apuren. La letalidad es el parámetro fundamental mediante el cual se mide el resultado de las acciones de salud en momentos en que la epidemia ha logrado expandirse, ya no es preciso dirigir las fuerzas a enfrentar la enfermedad, sino que es momento de salvar la mayor cantidad de vidas posibles. Cómo se hace se preguntarán, existen dos medidas fundamentales: Educación sanitaria y Atención médica temprana. Ambas cosas constituyen ejes principal en el trabajo de la BMC, prueba de ellos son los más de 150 mil 90 personas participantes en las diversas dinámicas realizadas en coordinación con líderes comunitarios y religiosos. La educación sanitaria enfatiza en la importancia de acudir a puestos de salud ante los primeros síntomas de enfermedad. Para la atención médica de alta calidad la BMC utilizó una fórmula infalible: capacitar a todo su personal, pues aquellos que pertenecían a unidades ubicadas en sitios donde no se reportaba la transmisión del Cólera eran trasladados a zonas de alta propagación, de ese modo refuerzan el trabajo en las diferentes posiciones y se capacitan en el manejo de los casos.
¿Por qué la diferencia se preguntarán entonces? En primer lugar la permanencia ininterrumpida durante más de 12 años, lo cual genera en la población una empatía y confianza que no existe con otras formas de cooperación. Otro factor es la presencia en los 10 departamentos, incluyendo comunas recónditas del interior del país, así como asentamientos de desplazados en Puerto Príncipe.
El humanismo, la preocupación genuina por el bienestar humano genera la tal conciencia que permite el resultado. Sumado a ello, la experiencia de prácticamente 50 años de acción internacionalista.
Existe en esta experiencia un nuevo elemento, jóvenes nacidos con esa concepción solidaria de Cuba, procedentes de sitios pobres del continente y el mundo, se han hecho médicos y con ello humanistas, solidarios, verdaderos guardianes de la salud y la vida.
Ser joven tiene eso de sentir la convicción de que uno vive momentos determinantes para la historia de la humanidad. Al mismo tiempo la vorágine del día a día no permite interiorizar la importancia de la acción: materializar el sueño de que jóvenes humildes de América Latina sean capaces de brindar asistencia médica a quienes la necesiten en cualquier sitio del mundo.
Haití es resultado de políticas imperialistas impuestas hace más de un siglo, castigo ejemplarizante para el primer rebelde del continente.
Peligra el mundo bajo la égida de ese imperialismo que en su fase final arremete con furia contra la vida humana, atenta contra el medio ambiente, todos los equilibrios se rompen, impera la sinrazón, desesperados en su afán de supervivencia engendran desde su esencia la destrucción de la especie.
Todo joven es por añadidura antiimperialista, quien ama la libertad, quien sueña con la paz del mundo aborrece el desquiciado engranaje que conlleva la muerte de lo pequeño y diverso en manos de gigantes alimentados, a su vez, de cada diminuto fragmento de humanidad.
En cada joven renace el sentir “nuestroamericano”, en nuestras manos está el futuro, en nuestra acción consecuente el bienestar colectivo, en la lucha imperecedera encontraremos resultados. Solo la unidad nos permitirá vencer.
Cada escenario es importante, desde Haití como miembros de esta Brigada Médica y en cualquier recóndito lugar la lucha es una sola, una nueva visión del mundo y la vida impera en nuestro continente.
Esta experiencia nos hace portadores de ejemplo, propagadores de amor, sanadores de almas desoladas, amantes fieles de la naturaleza, seguidores de la dignidad humana, respetuosos de la bondad sincera, estudiosos de todas las esencias, meticulosos investigadores del comportamiento humano.
Con Haití, con Latinoamérica, con los pueblos del tercer mundo, con Cuba solidaria y el ALBA: VENCEREMOS.
Emiliano Mariscal Médico argentino graduado en Cuba perteneciente a la Brigada Médica Cubana.

Libro para descargar Todo lo que querés saber sobre cómo hacerse un aborto con pastillas


Con esta publicación, de descarga gratuita por internet, la Editorial El Colectivo junto a Lesbianas y Feministas por la Descriminalización del Aborto ponemos a disposición de lxs lectorxs un material indispensable que busca hacer efectivo el derecho de todas las mujeres a estar informadas. Este libro condensa el orgullo de la auto-organización política lesbiana, feminista, popular, negra, mestiza, visible y pública que es la línea «Aborto: más información, menos riesgo». Activistas, militantes, familias, amigas, compañerxs, equipos de salud, movimientos sociales, el estado, alrededor del objetivo de compartir información, experiencia, conocimiento, sobre una práctica de las mujeres de todas las épocas: abortar.

El aborto como práctica contracultural se mantiene criminalizado para garantizar su invisibilidad política apuntalando así la fantasía de aborto cero. Sin embargo, en Argentina las mujeres abortamos alrededor de 500.000 veces al año. La autodeterminación de las mujeres populares inventó hace tres décadas una tecnología revolucionaria: el misoprostol como método eficaz y seguro para abortar fuera del hospital. Hoy, hasta la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que el uso libre de misoprostol baja los abortos inseguros en los países donde abortar es ilegal, y apoya la difusión de información.

Ningún país que cree en los valores de la democracia, la justicia social y la igualdad puede legítimamente impedir que las mujeres aborten, que se organicen para tener una vida digna, libre de violencia, y saludable según las creencias que ellas mismas han construido y el sistema de valores que se han dado.

La legalización del aborto es una deuda de la democracia, porque la prohibición es un resabio de la dictadura cívico-militar oligárquica y eclesiástica contra el pueblo: las mujeres que mueren, que van a la cárcel, que son torturadas por lxs médicxs, lxs juecxs y los curas son las mujeres del pueblo.

En este libro trabajamos para devolver a las mujeres populares lo que es suyo: el conocimiento acumulado durante décadas de persecución y las tecnologías de aborto seguro que ellas inventaron experimentando con su cuerpo, la información pública respaldada por la ciencia. También información sobre la experiencia reciente y las preguntas frecuentes de las 5.000 personas que llamaron a la línea durante este año.

Esperamos que este saber acumulado sea tenido en cuenta por lxs legisladorxs, para formular una ley que no expropie a las mujeres sus conocimientos ni criminalice las experiencias diversas. Cuando la legalización finalmente llegue…

http://www.albatv.org/Todo-lo-que-queres-saber-sobre.html

Humedales en peligro en Chiapas

jueves, 16 de diciembre de 2010

El castilla, otra lengua amenazada


El castilla, otra lengua amenazada


La Real Academia de la Lengua dará a conocer próximamente la reforma modelo 2000 de la ortografía española que tiene como objetivo unificar el español como lengua universal de los hispanoparlantes. Me han mandado, con carácter exclusivo, un documento reservado que revela cómo se llevará a cabo dicha reforma. Será, pues, una enmienda paulatina, que entrará en vigor poco a poco, para evitar confusiones. La reforma hará mucho más simple el castellano de todos los días, pondrá fin a los problemas de ortografía que tienden trampas a futbolistas, abogados y arquitectos de otros países, especialmente los iberoamericanos, y hará que nos entendamos de manera universal quienes hablamos esta noble lengua.

De acuerdo con el expediente secreto, la reforma se introducirá en las siguientes etapas anuales:

Supresión de las diferencias entre c, q y k. Komo despegue del plan, todo sonido parecido al de la k (este fonema tiene su definición téknika lingüístika, pero konfundiría mucho si la mencionamos akí) será asumido por esta letra. En adelante, pues, se eskribirá kasa, keso, Kijote.

También se simplifikará el sonido de la c y la z para igualarnos a nuestros hermanos hispanoamericanos que convierten todas estas letras en un úniko fonema s. Kon lo kual sobrarán la c y la z: «El sapato de Sesilia es asul».

Por otro lado, desapareserá la doble c y será reemplasada por x: «Tuve un axidente en la Avenida Oxidental». Grasias a esta modifikasión los españoles no tendrán ventajas ortográfikas frente a otros pueblos hispanoparlantes por su estraña pronunsiasión de siertas letras.

Así mismo, se funde la b kon la v; ya que no existe en español diferensia alguna entre el sonido de la b larga y la v chikita. Por lo kual, a partir del segundo año, desapareserá la v y beremos kómo bastará con la b para ke bibamos felises y kontentos.

Pasa lo mismo kon la elle y la ye. Todo se eskribirá con y: «Yébeme de paseo a Sebiya, señor Biyar». Esta integrasión probokará agradesimiento general de kienes hablan kasteyano, desde Balensia hasta Bolibia. Toda b será de baka, toda b será de burro.

La hache, kuya presensia es fantasma en nuestra lengua, kedará suprimida por kompleto: así, ablaremos de abichuelas o alkool.

A partir del tercer año de esta implantasión, y para mayor konsistensia, todo sonido de erre inicial se eskribirá con doble r: «Rroberto me rregaló una rradio».

No tendremos ke pensar kómo se eskribe sanaoria, y se akabarán esas komplikadas y umiyantes distinsiones entre «echo» y «hecho».Ya no abrá ke desperdisiar más oras de estudio en semejante kuestión ke nos tenía artos.

Para ebitar otros problemas ortográfikos se fusionan la g y la j, para que así jitano se eskriba komo jirafa y geranio komo jefe. Aora todo ba con jota: «El jeneral jestionó la jerensia». No ay duda de ke esta sensiya modifikasión ará que ablemos y eskribamos todos con más rregularidad y más rrápido rritmo.

Orrible kalamidad del kastellano, en jeneral, son las tildes o asentos.

Esta sankadiya kotidiana jenerara una axion desisiba en la rreforma; aremos komo el ingles, que a triunfado unibersalmente sin tildes. Kedaran ellas kanseladas desde el kuarto año, y abran de ser el sentido komun y la intelijensia kayejera los ke digan a ke se rrefiere kada bocablo. Berbigrasia: «¡Komo, komo, komo, komo!»

Las konsonantes st, ps o pt juntas kedaran komo simples t o s, kon el fin de aprosimarnos lo masimo posible a la pronunsiasion iberoamerikana. Kon el kambio anterior diremos ke etas propuetas osionales etan detinadas a mejorar ete etado konfuso de la lengua.

Tambien seran proibidas siertas konsonantes finales ke inkomodan y poko ayudan al siudadano. Asi, se dira: «¿Ke ora es en tu relo?», «As un ueko en la pare» y «La mita de los aorros son de Agusti». Entre eyas, se suprimiran las eses de los plurales, de manera que diremos «la mujere» o «lo ombre».

Despues yegara la eliminasion de la d del partisipio pasao y kanselasion de lo artikulo. El uso a impueto ke no se diga ya «bailado» sino «bailao», «erbido» sino «erbio» y «benido» sino «benio». Kabibajo asetaremo eta kotumbre bulgar, ya ke el pueblo yano manda, al fin y al kabo; dede el kinto año kedaran suprimia esa interbokalika ke la jente no pronunsia. Adema, y konsiderando ke el latin no tenia artikulo y nosotro no debemo imbentar kosa que nuetro padre latin rrechasaba, kateyano karesera de artikulo. Sera poko enrredao en prinsipio, y ablaremo komo fubolita yugolabo, pero depue todo etranjero beran ke tarea de aprender nuebo idioma rresultan ma fasile. Profesore terminaran benerando akademiko ke an desidio aser rreformas klabes para ke sere umano ke bibimos en nasione ispanoablante gosemo berdaderamente del idioma de Serbante y Kebedo.

Eso si: nunka asetaremo ke potensia etranjera token kabeyo de letra eñe. Eñe representa balore ma elebado de tradision ispanika y primero kaeremo muerto ante ke asetar bejasione a simbolo ke a sido korason bibifikante de istoria kastisa epañola unibersa.

martes, 14 de diciembre de 2010

Cambiar el mundo sin tomar el poder

Cambiar el mundo sin tomar el poder
John Holloway

Me llamo John Holloway y vivo en Puebla, México. Imparto clases de sociología en la Universidad de Puebla. Entre mis principales intereses, se encuentran la crítica del capitalismo e intentar idear un sistema que nos permita escapar de esta terrible sociedad que hemos creado, para erigir un mundo más humano.

Si analizamos los hechos acontecidos en el último siglo, los gobiernos revolucionarios de Rusia, China y Cuba, aunque en el caso de Cuba la situación sea un poco más complicada, o si examinamos los gobiernos reformistas o los gobiernos que han llegado al poder gracias a un sistema electoral, podremos comprobar que no sólo constituyen una terrible decepción a escala mundial, sino también una terrible desilusión. No existe constancia de que ningún gobierno de izquierdas haya podido poner en práctica los cambios anhelados por todos aquellos que han luchado por conseguirlos. En la mayoría de los casos, el resultado no ha sido otro que la reproducción de las relaciones de poder, quizás ligeramente modificadas, pero sin dejar de ser relaciones de poder que excluyen al pueblo, reproducen injusticias materiales y promulgan una sociedad que no potencia la autodeterminación. Este sistema reproduce una sociedad en la que los individuos no participan en el desarrollo de la sociedad. Este argumento se podría analizar históricamente: los motivos de la reproducción de las relaciones de poder han sido diversos en Rusia, China, Albania, Cuba, Brasil, etcétera. No obstante, no podemos comprender las causas únicamente mediante una mera alusión a casos históricos concretos. Como es lógico, debemos tender a generalizar. La conclusión más obvia es que el intento de transformar una sociedad a través del estado parte de un razonamiento erróneo. Este razonamiento erróneo que consiste en transformar la sociedad a través del estado, está muy emparentado con la naturaleza del propio estado, con la idea de que el estado no es una mera institución neutral, sino más bien un sistema concreto de relaciones sociales, que surge del desarrollo del capitalismo. Este sistema de relaciones sociales se asienta sobre un principio que mantiene al pueblo al margen del poder y fomenta la separación y división del pueblo.

Cambiar el mundo sin tomar el poder, como su propio nombre indica, implica una necesidad de cambio del mundo. Este cambio debemos hacerlo partiendo de la base de que la lucha por cambiar el mundo no debe ser una lucha centrada en el estado y en la toma de poder del estado. Es fundamental que desarrollemos nuestras propias estructuras, nuestras propias formas de hacer las cosas. Un aspecto clave de este argumento consiste en hacer una distinción clara entre dos conceptos de poder; por una parte, un concepto de poder que oculta un antagonismo entre el poder-hacer y el poder creativo; y, por otra, el poder para dominar, es decir, el poder instrumental del capital. En otras palabras, ante la pregunta de cuál sería el significado del poder, la respuesta más obvia sería que el poder consiste en nuestra capacidad de hacer cosas. Bajo mi punto de vista, este poder siempre es un poder social, simplemente porque la acción de un individuo depende siempre de las acciones de otros. Resulta muy difícil imaginar una acción que sea completamente independiente de la acción de otro individuo. Es evidente que la acción que desarrollamos en el momento presente depende de la acción de cientos o de miles de personas que han creado la tecnología que utilizamos, que han desarrollado los conceptos de los que nos servimos, etcétera. Nuestro poder-hacer siempre es un poder social y un poder colectivo, nuestra acción siempre forma parte del flujo de acción social. Lo que ocurre ahora tras el capitalismo, si consideramos nuestro poder-hacer como una parte del flujo de acción social, es que no existe una división clara entre la acción de una persona y la acción de otra. Una desemboca en la otra. La acción de un individuo se convierte en condición previa para la acción de otros. Al no existir distinciones o identidades claramente definidas, no se delimitan líneas divisorias concretas. Por lo tanto, lo que ocurre en un sistema capitalista es que este flujo de acción se invalida ante afirmaciones por parte de los capitalistas tales como: “Como lo que has hecho me pertenece, me apropio de ello ya que es de mi propiedad”. Y dado que la acción de un individuo es condición previa para la acción de otros, la apropiación por parte del capitalista de lo que se ha hecho, le otorga capacidad suficiente para dominar y administrar las acciones de otros.

De este modo, el poder-hacer social se descompone, se transforma en su opuesto, es decir, en el poder del capitalismo para dominar las acciones de otros. El capitalismo es en esencia el proceso que permite la descomposición de este flujo de acción social, desarticulando la sociabilidad de la acción y anulando, por tanto, nuestro poder-hacer para transformarlo en un poder superior, en algo completamente ajeno a nosotros. De este modo, no debemos considerar nuestra lucha como una lucha de toma de poder, lo que implicaría apoderarnos de su poder, sino como una lucha que nos permita desarrollar nuestro propio poder-hacer, que inevitablemente sería un poder social. En esta lucha, debemos analizar dos conceptos muy distintos de poder, donde cada concepto tiene una lógica propia y bien diferenciada. La lógica del capital es una lógica de mando, de jerarquía y de división. Es una lógica que reniega de la subjetividad. Es un lógica que objetiviza al sujeto. Nuestra lógica es justamente lo contrario; es la lógica de la convivencia, es una lógica que permite la recuperación de la subjetividad y que no acepta el capital. La subjetividad no es individual, sino más bien social. Ello constituye dos formas muy distintas de pensamiento, dos formas muy distintas de acción. En nuestro caso, el cambio de la sociedad denota una cierta confianza en nuestra forma de acción, en el desarrollo autocrítico de nuestras propias formas de pensamiento y acción. Otra forma de expresarlo sería considerar la lucha por cambiar la sociedad como una lucha de clases, donde resultaría imprescindible concebir esta lucha como una lucha asimétrica. Una vez que empezamos a reproducir sus formas y a pensar en nuestra lucha como en un fiel reflejo de la suya, conseguimos reproducir el poder del capital dentro del marco de nuestra propia lucha.

La revolución que tengo en mente puede considerarse más una pregunta que una respuesta. Por una parte, queda claro que necesitamos experimentar una transformación básica de la sociedad; por otra, no hay duda de que la forma utilizada en el último siglo para transformar la sociedad a través del estado ha sido todo un fracaso. Esto nos lleva a la conclusión de que el cambio ha de realizarse de otro modo. No podemos abandonar la idea de la revolución. Lo que ha ocurrido en los últimos años es que la gente ha llegado a la conclusión de que tras el fracaso de la transformación de la sociedad a través del estado, la revolución se ha convertido en algo prácticamente inviable. Mi argumento es precisamente el contrario. De hecho, la revolución es mucho más apremiante ahora que antes. Teniendo en cuenta todo esto, se hace necesario el replanteamiento de un nuevo proceso, de otras vías que permitan el cambio. Aunque, por el momento, lo esencial es plantear la pregunta e intentar descubrir la mejor forma de desarrollarla. Es fundamental considerar a la revolución más como una pregunta que como una respuesta, porque de algún modo el proceso revolucionario debe entenderse como una cuestión que invite a la pregunta y al cambio, en lugar de ofrecer respuestas, y que implique a la gente en un proceso de autodeterminación. Obviamente, esta respuesta es demasiado general, aunque podemos profundizar un poco más en ella si analizamos lo que está sucediendo en la actualidad, si observamos las luchas que se suceden diariamente. Esto no significa necesariamente que debamos acudir al plagio, sino más bien a la observación crítica, analizando el modo en que algunos movimientos han intentado desarrollar formas de acción autónomas, fomentar el concepto de la dignidad, poner fin a la división existente entre el mundo de la política y el de la economía y perfeccionar nuevas formas organizativas.

La lucha zapatista, la revolución de 1994, así como los hechos acontecidos en los últimos diez años han tenido una gran repercusión. En parte por dos motivos: porque se alzaron, revelaron y sublevaron en una época en la que la sublevación no tenía cabida alguna en una sociedad moderna, en un capitalismo moderno. Aunque esto no es todo. Es además el hecho de que se haya replanteado el concepto de rebelión, de revolución o sublevación. Precisamente, parte de ello consiste en proponer una lógica distinta, un idioma distinto, una temporalidad distinta, una espacialidad distinta, que no es simétrica al idioma y a la temporalidad del capital y del estado. Por ejemplo, tras la revolución inicial, uno de los acontecimientos más importantes fue el ”diálogo de San Andrés”, es decir, el diálogo entre el gobierno mexicano y los zapatistas de la ciudad de San Andrés, en Chiapas. A simple vista, esto podría considerarse como un diálogo, una negociación establecida como un proceso simétrico entre ambas partes. Sin embargo, yo creo que el hecho más importante fue que los zapatistas dejaron claro desde un principio que, en primer lugar, no irían a negociar, y en segundo, que éste no era un proceso simétrico. El hecho de que no fuera un proceso simétrico quedaba acentuado, por ejemplo, por el modo en que vestían, su obstinación por vestir con trajes tradicionales, su empecinamiento, al menos en una ocasión, por utilizar su propio idioma y no doblegarse al uso del español. Y uno de los puntos más interesantes que surgieron fue, por ejemplo, la cuestión del tiempo. En una ocasión, y una vez ambas partes, el gobierno y los zapatistas, hubieron alcanzado un acuerdo o propuesta provisional, los zapatistas dijeron: “Bien, tenemos que presentar y discutir esta propuesta con nuestra gente antes de adoptar una decisión”. A lo que respondió el gobierno: “No, es preciso que os decidáis, necesitamos una respuesta en menos de dos días”. Y los zapatistas respondieron: “Eso es ridículo. Nuestra concepción del tiempo es distinta y todo lo sometemos a procesos de discusión”. A lo que respondió el representante del gobierno: “¿Cómo podéis afirmar que vuestra concepción del tiempo sea distinta? Si no me equivoco, usted lleva un reloj japonés, que es el mismo que el que yo llevo”. A lo que respondió el comandante Tacho diciendo que la gente del gobierno confunde el concepto del tiempo con un reloj. Para nosotros, el concepto del “tiempo” no es ése; el “tiempo” es algo completamente distinto. Su respuesta tuvo lugar aproximadamente dos meses más tarde. Precisamente, esa misma conciencia inicial era la que concedía a la rebelión confianza en sus propias estructuras, en su propio sentido del tiempo y en su propio sentido del espacio. Y esta idea del “tiempo”, por ejemplo, está mucho más relacionada con la cuestión de las estructuras democráticas, con la obstinación por tomar decisiones a través de un proceso de discusión colectiva. Estas decisiones tomadas a través de un proceso de discusión colectiva son mucho más lentas y, por lo tanto, provocan una percepción del tiempo distinta. Por lo tanto, esta asimetría, esta falta de simetría entre la lógica de la dominación, por una parte, y la lógica de la sublevación, por otra, es algo absolutamente esencial en el movimiento zapatista desde sus comienzos. Hecho al que se hace referencia repetidas veces en sus comunicados, en el empleo de relatos, bromas, poesía, etcétera. Todo esto que, a primera vista, parece algo decorativo y secundario al proceso de sublevación, de hecho no lo es. Para la propia revolución, es fundamental proponer e insistir en una forma distinta de concebir el mundo, así como en una forma distinta de concebir las relaciones entre individuos. Al contrario de lo que ocurría con el concepto tradicional de la revolución, basado mucho más en una metáfora militar, en la idea de que existía un conflicto entre dos ejércitos, donde para poder derrotar al enemigo, se debían básicamente aceptar los métodos del enemigo. Únicamente un ejército para derrotar al otro, cuya organización fuera exactamente la misma que la del primero. Por ello, creo que es fundamental que los zapatistas acaben con todo esto y que se nieguen a aceptar este tipo de conceptos. La forma de sublevarse, la forma de revelarse debería consistir en el desarrollo de un lenguaje que expresara acciones y que el estado simplemente no entendiera. Esto lo han puesto en práctica sistemáticamente una y otra vez en los últimos diez años.

Con frecuencia, al pensar en el capitalismo y en el problema de la revolución, intentamos descubrir un modo que nos permita destruirlo. Esta forma de pensamiento no nos beneficia en absoluto, simplemente porque por mucho que pensemos en cómo destruir el capitalismo, su solución sería prácticamente inviable. Especialmente, porque pensar en la destrucción del capitalismo sería como compararlo con un gran monstruo, con un enorme monstruo con ejércitos, con un sistema educativo, con control sobre los medios y los recursos materiales, etcétera. Y ¿cómo podríamos nosotros acabar con este gran monstruo? Posiblemente, la mejor postura sería alejarnos de esta metáfora de la destrucción para pensar en ella de una forma completamente distinta. El capitalismo no existe porque se haya creado en el siglo XIX o en el siglo XVIII, o en cualquier otro siglo. El capitalismo existe hoy en día únicamente como fruto de una creación actual. Si no lo creáramos el día mañana, entonces no existiría. Su duración parece ser independiente, pero de hecho no lo es. En realidad, el capital depende de un día para otro de nuestra creación de capital. Si nos quedáramos todos en la cama, el capitalismo dejaría de existir. Si dejáramos de crearlo, dejaría de existir. Los planteamientos acerca de cómo detener la creación del capitalismo, acerca de la revolución y de cómo detenerla, no implican la resolución de los problemas. Esto no significa que el capitalismo desaparezca en realidad el día de mañana (aunque quién sabe), pero es muy probable que no desaparezca mañana. Si concebimos la revolución como una forma que nos permita detener la creación del capitalismo, conseguiremos desvanecer, de algún modo, la imagen del capitalismo como ese gran monstruo al que debemos enfrentarnos, y podremos empezar a ampliar nuestro marco de posibilidades, a crear una nueva esperanza, una nueva forma de pensamiento sobre la revolución y sobre la transformación de la sociedad.

Una sociedad ideal debería poder crearse a sí misma. Al autocrearse, dispondría de total autodeterminación y, por lo tanto, no tendría demasiado sentido la concepción de una organización ideal, ya que la crearía la propia sociedad. Y la sociedad autocreada podría decidir un día asentarse en una sociedad muy distinta a la erigida en el pasado.

Isabel Wallace o cómo suspender la farsa

MÉXICO, D.F., 14 de diciembre.- Camina lado a lado del asesino de su hijo. Ella en un saco corto de cuadros azul y blancos, estilo Chanel, él con el pelo largo, el rostro duro. Caminan por los corredores de tierra en los Canales de Cuemanco. Rodeados de policías. “Me da rabia”. Cuenta luego ella. “Me da rabia ver cómo él está vivo, cómo respira, cómo los ojos se le mueven, y mi hijo Hugo no está”. 
Están caminando para que el asesino, uno de los seis que secuestraron y asesinaron a Hugo Wallace hace cinco años, reconozca el sitio donde él personalmente tiró el cuerpo. Más bien los dos sitios donde tiró las dos bolsas de plástico negro, las dos bolsas de basura, que contenían el cuerpo cercenado con una sierra eléctrica. 
Las minucias del horror. 
¡Qué admirable mujer!: tuit en referencia a Isabel Wallace. ¡Qué entereza de mujer!: otro tuit. ¡Todos debíamos ser como Isabel Wallace!: un tercer tuit. Y un cuarto tuit: ¡Pero no lo somos!
¿Todos debíamos ser como Isabel Wallace? Maldito el país que fuerza a sus ciudadanos al heroísmo. 
Que Hugo Wallace haya sido secuestrado en primer lugar, que la policía no haya dado con él y sus captores durante las primeras horas, a pesar que Isabel Wallace les indicó el sitio donde probablemente estaba capturado y les mostró una fotografía de los posibles secuestradores, ambos datos que años después se probaron ciertos: esa es la desgracia social que da el contexto para que Isabel Wallace haya tenido que ser una heroína. 
¿Fue la policía negligente o estaba coludida con los secuestradores? Probablemente lo segundo. Lo cierto es que la cabeza de la banda de secuestradores era un expolicía, César Freyre, con amigos en la policía. 
“¿Es verdad que de cada dos policías uno está coludido con el crimen?” Se lo pregunto a Eduardo Gallo, presidente de México Unido contra la Delincuencia. “N´ombre, de cada dos policías 1.98% está coludido con el crimen”. Gallo explica más. Es casi imposible ser un policía honesto hoy día en México. Si un policía no coopera con el crimen, recibe un balazo. 
“Y a todo esto, ¿cuánta gente se dedica al negocio del secuestro?”  Gallo replica: “Alrededor de cien mil”. Y otra vez explica más. Es toda una cultura el secuestro. Son familias que trabajan juntas: madre, padre, hijos, cuñados, todos cooperan. Aún su religiosidad católica está involucrada. Piden a la Virgen porque resulte el secuestro. Ahora el culto a la Santa Muerte completa el círculo de adoración a la violencia. 
Es en ese contexto, con una policía coludida con un subsector criminal de la sociedad, es que Isabel Wallace tuvo hace cinco años que decidirse a ser heroica. Puso a un lado sus ocupaciones profesionales, se dedicó de tiempo completo a buscar a los secuestradores de Hugo y a Hugo, que creyó vivo largo tiempo. Uno tras otro los localizó. Luego de localizar a cada uno, tuvo que presionar a la fuerza pública para que los capturara. Luego tuvo que vigilar al Ministerio Público y a los jueces, como si se trataran de otros criminales, para que el Estado no realizara su farsa usual y trabajara contra la Justicia, que es como en realidad trabaja la mayor parte de las veces. 
“¿Cuántas de las denuncias llevan al encierro de un criminal?” Se lo pregunto a María Elena Morera, presidenta de Ciudadanos por una Causa en Común. “En primer lugar, el 80% de los crímenes no son denunciados. Del 20% que sí son denunciados, sólo el 2% de las denuncias llevan al encierro del criminal.” 
Celebramos el heroísmo de Isabel Wallace, pero instintivamente su historia nos aterra. Ilustra cómo los civiles vivimos rodeados de enemigos embozados, enemigos oficiales y no oficiales. Y encima, cómo vivimos confundidos por la retórica pública del Estado, que anuncia por radio y televisión que el Estado funciona cada día mejor. Que el Estado está desde hace cuatro años en guerra contra el crimen. Que el Estado está de nuestro lado. 
“Oye Eduardo Gallo, ¿y qué pasó con el Acuerdo Nacional para la Seguridad? ¿Qué pasó con todos esos hombres y mujeres de poder que hace dos años firmaron ante las cámaras de televisión su compromiso para erradicar el crimen? Desde el presidente Calderón hasta los gobernadores, pasando por los principales líderes sindicales, desfilaron para firmar el acuerdo”. Eduardo Gallo se embronca al contestar: “Nada, nada. Falsean las cifras. Solo les importa que parezca que algo han hecho”. Pero de acuerdo a los indicadores que el mismo Acuerdo Nacional impuso, en materia de mejora de la seguridad, cada estado de la República reprobó este año. “Oye Gallo, ¿son mentirosos o incompetentes?” “Son mentirosos e incompetentes.” La misma Isabel Wallace lo resume en una frase: “Son unos simuladores”. 
Regresemos por un instante al inicio: son cien mil los secuestradores, ¿de verdad no puede el Estado mexicano contra ellos? Hay más gente en los gobiernos que secuestradores, pero por desgracia están ocupados en otras cosas. Por ejemplo, en ganar elecciones que les aseguren su permanencia en los gobiernos.
Le digo a María Elena Morera: “Tú te volviste activista social luego de que tu marido Pedro fue secuestrado. Eduardo Gallo se volvió activista luego de que su hija Paola fue secuestrada y asesinada. Sus historias son paralelas a las de Isabel Wallace. Una pregunta: ¿qué pasaría si todas las familias víctimas de un secuestro hubieran hecho lo mismo: se hubieran vuelto activas socialmente?” María Elena se sonríe ante la posibilidad. “Sería otro país, claro”. 
Es tiempo de que la sociedad civil lo entienda. Si el cambio no viene de la Sociedad Civil, no vendrá de la clase política. Todos tendríamos que convertirnos, al menos parte del tiempo, en Isabel Wallace, en Eduardo Gallo, en María Elena Morera. Aunque cabe la pregunta: ¿entonces para qué queremos a la clase política que tenemos? ¿Para qué seguimos la farsa de entregarles a los políticos con nuestro voto los instrumentos de poder del Estado? ¿No tendríamos que suspender la farsa? 
Suspender la farsa: ¿cómo puede la Sociedad Civil suspender la farsa? Hablemos de ello. Construyamos los mecanismos ya.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Las filtraciones de Wikileaks

Las filtraciones de Wikileaks

Luis Javier Garrido

Los papeles del Departamento de Estado sobre México revelados por Wikileaks abren una crisis política de enormes dimensiones, aunque nadie se atreva por el momento a reconocerlo.

1. La histórica filtración de documentos hecha este diciembre de 2010 por el portal de Wikileaks incluyó un número significativo de documentos sobre México que aún no acaban de ser divulgados plenamente por los medios y que son difíciles de consultar, en particular por la guerra cibernética que el gobierno estadunidense ha desatado en su contra, pero que hasta ahora ponen en grave entredicho al gobierno panista, a la "clase política" mexicana en su conjunto, a las fuerzas armadas y muy en especial a Felipe Calderón, quien aparece en ellos como un individuo que ha atentado contra los intereses fundamentales de México, y que de existir en el país un régimen de derecho, de inmediato sería separado del cargo.

2. Las revelaciones de Wikileaks no hacen más que confirmar en torno a la supuesta “guerra contra el narco” de Calderón lo que durante meses hemos sostenido en esta columna, y en particular que desde los inicios de su gobierno de facto, ansioso de alcanzar una legitimidad y un control material sobre el territorio y la población, el panista pidió a Washington su ayuda e intervención para enfrentar la situación; que la extrema violencia que se manifiesta en el país fue deliberadamente buscada por el gobierno calderonista, bajo la dirección de las agencias de seguridad estadunidense, en la mira de crear un clima de terror en la República, y que la consecuencia de todo esto no es sólo que las fuerzas armadas mexicanas se hayan sometido al control estadunidense, sino que éste asuma que es la única fuerza capaz de enfrentar desde México a los cárteles del narcotráfico, que constituyen una amenaza para sus fronteras.

3. Las filtraciones –de las que dio cuenta La Jornada el 3, 4 y 5 de diciembre– van en buena medida a caracterizar al Ejército Mexicano con señalamientos tanto de funcionarios estadunidenses como de los propios panistas, diciéndose que "es torpe y con aversión al riesgo", que sus miembros no están capacitados para ejercer tareas policiales domésticas ni mucho menos labores de inteligencia y, lo que es de enorme gravedad, que al no tener posibilidad de actuar en un marco de respeto a los derechos individuales, solicitaron que se expidiera una ley de suspensión de garantías individuales en términos del artículo 29 constitucional, como en 1943, lo que les fue negado, para, siguiendo el ejemplo de la Secretaría de Marina, solicitar sus mandos a los agentes estadunidenses que se les diera una mejor capacitación.

4. Los documentos del Departamento de Estado hablan de un sinnúmero de reuniones –entre 2008 y 2010– en las que los funcionarios calderonistas, carentes de cualquier noción de soberanía nacional, se dedicaron a demandar en todos los términos la ayuda de Estados Unidos, a sabiendas de que esta actitud no podía dejar más que una salida. Las revelaciones de estas reuniones bilaterales no conducen más que a demostrar cómo la subordinación del Ejército y de la Marina Nacional a Washington fue buscada de manera deliberada por el gobierno de Felipe Calderón, a sabiendas de que iba a conducir a un escenario en el que el Departamento de Estado asumiera que ante la incapacidad de las fuerzas de seguridad de nuestro país para controlar la situación, la única seguridad para sus fronteras, desde México, era la que las propias fuerzas estadounidenses le propiciaran.

5. Los documentos muestran, en todo caso, no la falta de dignidad de la diplomacia mexicana, sino la inexistencia misma de una diplomacia mexicana y, sobre todo, el desastre interno del gobierno calderonista de facto que ha hecho perder por completo el rumbo al país. "¿Con quién acuerda Genaro García Luna?", se preguntaba hace días el diputado Porfirio Muñoz Ledo. "¿Con Felipe Calderón o con Carlos Pascual?" (La Jornada, 4/12/10)

6. La caracterización que hacen los agentes diplomáticos estadunidenses del gobierno de Calderón es, a pesar suyo, en extremo crítica, pues señalan que éste solicitó la ayuda de Washington porque estimó hallarse en peligro de "perder el control" de varias zonas conflictivas, como les reiteró durante más de dos años la Secretaría de Gobernación, reconociendo que "no es eficaz el aparato de inteligencia" del gobierno mexicano, a lo que se agrega otro elemento: "las pugnas en el interior del gobierno de Calderón", que según los agentes estadunidenses obstaculizaron en estos años toda labor.

7. Las mentiras continuas de Calderón y la descalificación permanente que hizo en estos años de las fuerzas de oposición mexicana ante los agentes estadunidenses son objeto también de múltiples documentos que llevaron a una decisión. La secretaria de Estado, Hillary Clinton, ordenó un informe sobre el perfil sicológico e íntimo de Calderón, sobre sus costumbres y sobre las relaciones y disputas de su grupo cercano.

8. El desconcierto del gobierno panista ante el golpe recibido lo está demostrando su incapacidad de respuesta a pesar del malestar creciente que hay por las revelaciones en las fuerzas armadas y otros sectores. La cancillería se limitó a señalar que son divulgaciones "parciales e inexactas" (La Jornada, 2/12/10) y la Sedena a difundir un texto de "militares retirados" que señalan que el Ejército ha servido a los gobiernos panistas con la misma lealtad que hizo con los del PRI, pero en el que afirman se busca desprestigiar y destruir al Ejército al hacerlo "entrar en competencia desleal con otra fuerza armada", que es la Marina (Milenio Diario, 8/12/10), todo ello mientras en Los Pinos se están dedicando a buscar que los medios reduzcan y minimicen las informaciones filtradas y den prioridad a hablar de ecología.

9. La reacción más acorde con la gravedad de lo revelado fue la del embajador de Estdos Unidos en México, Carlos Pascual, puesto en una situación comprometida, pues las filtraciones provienen en lo esencial tanto de funcionarios de la embajada como de las múltiples agencias gubernamentales dependientes de él, por lo que al ser entrevistado por Televisa –el miércoles 8– expresó su deseo de que lo acontecido no afecte las relaciones entre los dos países, lo que ya no cabe duda de que no va a ocurrir. Calderón y los panistas, que por su reacción de azoro aparentan desconocer el doble discurso diplomático, van a reaccionar como hasta ahora lo han hecho: con profundo servilismo e indignidad. El problema para Washington se halla en las demás fuerzas políticas, que si tenían alguna duda sobre las dimensiones del desastre en que Calderón y las políticas estadunidenses han hundido a México, ahora tienen que actuar en consecuencia. Y, desde luego, en el pueblo mexicano que no quiere esta guerra impuesta ni este tipo de relaciones con Estados Unidos.

10. La saga de Julian Assange y de Wikileaks sigue evidenciando la dificultad que existe hoy en día para informarse de lo que en realidad acontece. Las revelaciones de este portal abren una nueva época en las relaciones entre los pueblos y el poder económico y político que asfixia al mundo, en particular en América latina y en México constituyen una nueva señal de alerta sobre la naturaleza totalitaria del proyecto que se pretende imponer al continente.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Una década de fábricas recuperadas: Reinventar la vida desde el trabajo

Una década de fábricas recuperadas: Reinventar la vida desde el trabajo     

Raúl Zibechi  


Cuando una experiencia social supera los diez años, parece traspasar el umbral de la sobrevivencia para adentrarse en el sueño de cambiar el mundo. Las fábricas recuperadas pro sus trabajadores muestran que aún es realizable el sueño de crear un mundo sin patrones.

Una parte de los movimientos de trabajadores no se limitan a la defensa del empleo y al incremento de los salarios, o sea del consumo, sino que pretenden ir más allá y buscan, sea por convencimiento o por necesidad, trascender el lugar de subordinación que se les ha asignado en la sociedad. La aparición de varios trabajos sobre el movimiento de las empresas recuperadas es una buena oportunidad para actualizar datos y poner sobre la mesa algunos de los debates más importantes que están promoviendo.

Veamos en primer lugar los datos. En Uruguay son veinte las empresas recuperadas que ocupan unos mil trabajadores, dos tercios de ellos varones. Casi todas comenzaron durante la última crisis, a partir de 1997, con un pico entre 2001 y 2002. Predominan las pequeñas empresas, aunque varias superan el medio centenar de trabajadores: la fabrica de neumáticos Funsa tiene 226 empleados, siendo la mayor empresa recuperada uruguaya.

Sólo seis están radicadas en el interior y la modalidad predominante que llevó a la recuperación fue la quiebra. Hay empresas de limpieza, textiles, alimenticias, de electricidad, cuero, plásticos, imprenta y fundición. La inmensa mayoría son cooperativas aunque hay varias sociedades anónimas. Diecinueve forman parte de la Asociación Nacional de Empresas Recuperadas por sus Trabajadores (ANERT), diez pertenecen a la Federación de Cooperativas y ocho se agrupan en sindicatos de base afiliados a la central de trabajadores PIT-CNT.[1]

En Argentina, el último estudio difundido a mediados de octubre de 2010, revela un crecimiento constante: en 2003 eran 128 fábricas recuperadas, pasaron a 161 en 2004 con 6.900 trabajadores y hoy son ya 205 que emplean 9.362 personas. De ellas, el 63% cuentan con decretos o leyes de expropiación a su favor. El 73% de los trabajadores recurrieron a la ocupación de la planta con un promedio de 150 días desde el comienzo del conflicto hasta el inicio de la producción. El 80% contaron con ayuda de otras fábricas. El 90 por ciento lograron sobrevivir.[2]

Andrés Ruggieri, director del programa Facultad Abierta sintetizó: “Es la primera vez en la historia de los trabajadores bajo el sistema capitalista que un número tan importante y disímil de empresas se desarrollan en autogestión y logran mantenerse a lo largo de un período tan prolongado”.[3] En mayo de 1968, cuando se populariza la idea de autogestión, “la experiencia no duró más de un mes”, se entusiasma Ruggieri.



Hacia una nueva etapa

“En Uruguay la mayoría de las recuperadas nacieron ligadas a los sindicatos”, reflexionó Ariel Soto, de Profuncoop (cooperativa eléctrica), durante la presentación del libro “Gestión Obrera” en Montevideo. “La acción de los trabajadores uruguayos en las cooperativas o empresas recuperadas se basa en el quiebre del modelo de los años 90. Por eso tenemos que empezar a discutir qué modelo productivo debemos impulsar”. Casi todas las recuperadas, insistió Soto, suman valor agregado por lo que pueden aportar a la construcción de un modelo alternativo.

Su experiencia personal muestra una trayectoria típicamente uruguaya. Trabajaba en un pequeño taller que vendía cajas de conexión a la empresa estatal de electricidad. Cuando la empresa cierra durante la crisis de 2002, cuatro trabajadores ligados al sindicato metalúrgico se mantienen activos y se suman a un llamado del municipio de la zona para sumarse a un proyecto con apoyo del sindicato, la alcaldía de Montevideo y la Universidad de Trabajo (técnica).

Luego de largos debates conforman una cooperativa para venderle luminarias a la alcaldía que invierte en acondicionar un edificio y les facilita los primeros pasos. Consideran la presencia del Estado como elemento central para mantener el emprendimiento a flote. Con los años, los trabajadores de estas empresas fueron capaces de crear un espacio organizativo que los agrupa, como la Asociación Nacional de Empresas Recuperadas por sus Trabajadores (ANERT), lo que representa un parteaguas respecto a las iniciativas aisladas del pasado.

En Argentina el rol del Estado aparece como más complejo y es contestado por una parte de las recuperadas. El 85% han recibido o reciben subsidios a través del Ministerio de Trabajo que creó el Programa Trabajo Autogestionado. Un gran problema es que aunque el Estado ha expropiado las empresas a favor de los trabajadores, no tienen la propiedad de los edificios y las máquinas, lo que les impide acceder al crédito y a planes de promoción de pequeñas y medianas empresas.[4]

Pese a las dificultades, mantienen en pie el espíritu con el que se crearon. El 88% de las empresas recuperadas argentinas realizan asambleas regulares, el 44% una vez por semana y otro 35% por lo menos una vez al mes. En tanto en el 73% todos los trabajadores reciben el mismo ingreso, más allá del tipo de trabajo que realizan. El 35% de las fábricas albergan eventos culturales y actividades educativas, el 30% hacen donaciones a la comunidad y el 24% colaboran con organizaciones barriales.[5]

Poder y trabajo

La reflexión sobre las relaciones de poder al interior de las empresas recuperas en una constante en todos los trabajos y debates. En Uruguay se estudiaron dos empresas muy diferentes: una con larga tradición sindical y con más de 200 trabajadores, la otra con apenas dos decenas de trabajadores de la bebida. En ambas se constata la coexistencia de la forma clásica taylorista-fordista de organización del trabajo con elementos nuevos que fueron apareciendo en el momento de poner en marcha la producción.

Entre las novedades aparece un manejo diferente del espacio que se resume en que “durante el horario de producción ocurrían varias reuniones de trabajo informales, en diversos lugares de la planta (pasillos, corredores, calles internas, oficinas de producción, etc.), no atadas necesariamente a los puestos de trabajo”. Lo interesante es que esos intercambios, informales, autoorganizados, empiezan a formar parte de la producción cotidiana “lo cual sin duda implica una ruptura importante con su pasado”.[6]

Esta realidad contrasta con una práctica como la revisión obligatoria de bolsos “sin excepción”, como reza un cartel en una empresa, que denuncia continuidades. Del mismo modo, la tarea de ordenar el trabajo tiende a ser delegada en “otro” que asume la responsabilidad y se convierte en autoridad construida, aunque de forma colectiva, pero no necesariamente conciente. La apuesta por un proyecto colectivo supone la construcción de un sujeto capaz de asumir la dimensión política (las asambleas) y a la vez la productiva y técnica (de carácter más individual).

Así y todo, la investigación constata la tendencia “a reproducir la supeditación de la tarea netamente productiva a la tarea política/técnica”, que se produce en el mismo pequeño espacio en que se observa “cierta reproducción de la distinción entre quién toma la decisión y quién la ejecuta”. Prácticas que revelan que los cortes entre pasado y futuro, son mucho menos evidentes que los deseos de los actores.[7]

Lo cierto es que la experiencia viva y concreta de trabajar en una empresa autogestionada no es ninguna panacea y genera dudas, temores e incertidumbres entre los protagonistas. Alguna de las dudas que surgen es la que sintetiza una de las investigaciones: “Quizá muchos también añoran en silencio los días que otros les decían lo que debían hacer sin tener que poner ellos tanta subjetividad, deseo y creatividad en juego”.[8] Alguien dijo que la emancipación no es una avenida en línea recta o, lo que es lo mismo, que la emancipación presupone revoluciones culturales que no se construyen en dos semanas.

Uno de los problemas, de hondo significado cultural, aparece en el estudio sobre Argentina y se refiere al problema de la necesidad de muchas cooperativas de contratar nuevo personal para aumentar la producción. Al ser cooperativas, todo el personal que se incorpore deberían hacerlo en calidad de socios con los mismos derechos y obligaciones que los que ya están en la fábrica, con un período de prueba de seis meses. En la realidad, un 46% de las cooperativas tienen trabajadores que no son socios, sino contratados.

El problema tiene una doble vertiente: por un lado, los vaivenes del mercado; por otro, es un problema de su identidad como cooperativistas. “Si en épocas de crecimiento piensan en ampliar el número de trabajadores, cuando sus ventas decaen o su mercado se achica no pueden aplicar la clásica receta de los privados y despedir gente. Les queda el recurso de que cada socio se lleve menos dinero a su casa a fin de mes, pero esto pone en crisis a la cooperativa”.[9]

El segundo debate se relaciona también con lo económico y afecta a los principios. El 33% de las recuperadas trabaja exclusivamente para clientes que les brindan materias primas y les pagan sólo por el trabajo. En cierto momento esta modalidad contribuyó a sacar adelante la empresa, pero la rentabilidad es muy baja y en realidad se trabaja para “un patrón externo”, como dice el informe.[10] Son las contradicciones propias de cualquier cooperativa en una sociedad capitalista que, probablemente, no tienen solución a corto plazo.

Pese a todo también hay datos alentadores: el 13% tiene como clientes a otras empresas recuperadas y sólo el 8% le vende su producción al Estado.

Universidad en la fábrica

Una de las señas que distinguen y diferencian al movimiento de fábricas recuperadas de Argentina, en sus más diversas corrientes, es su vocación de ir más allá de los muros de la empresa, estableciendo sólidas relaciones con los barrios y los movimientos sociales. Primero fueron las actividades culturales en las que se abrían los portones para que grupos musicales y artísticos realizaran allí sus actuaciones. Luego se instalaron los bachilleratos populares que representan un salto de calidad por tratarse de actividades permanentes y por abordar la educación desde la óptica de los trabajadores.[11]

La fábrica de aluminio Industria Metalúrgica y Plástica Argentina, IMPA, fue la primera empresa recuperada del país en mayo de 1998. Doce años después sigue abriendo caminos y mostrando una increíble capacidad de innovación. En esa fecha un grupo de trabajadores reactivó una empresa histórica que estaba casi paralizada y de ese modo pudieron mantener su fuente laboral.

Pero además del trabajo se empeñaron en establecer vínculos sólidos con el barrio y la comunidad. Así decidieron crear La Fábrica Ciudad Cultural, con talleres de danza, música, teatro, murga y yoga, además de un centro de salud. Allí comenzó a funcionar uno de los primeros bachilleratos populares para adultos al que ya concurren más de 150 estudiantes. Para tener una idea de la importancia que conceden al centro cultural, valen estas cifras: en la fábrica IMPA trabajan 58 personas, en el centro cultural son 30 y en el bachillerato 43.[12]

En agosto de 2009 atravesaron un duro conflicto por la posibilidad de que la justicia decidiera el desalojo de la fábrica. En medio de la tensión, fue germinando una nueva idea, mucho más ambiciosa y audaz que todo lo que habían hecho: la Universidad de los Trabajadores. “Es una necesidad histórica”, dice Eduardo Murúa, referente de IMPA. “Siempre el movimiento obrero, desde los anarquistas, quiso construir herramientas de educación popular. Nosotros no inventamos nada, somos el reflejo de esa continuidad”.[13]

Se sienten los fundadores pero no los dueños de la Universidad, por eso convocaron decenas de grupos para la inauguración, el 30 de junio, a la que asistieron 500 personas. Vicente Zito Lema, escritor, psicólogo y poeta quien fue nombrado “rector” y fue el primer rector de la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo, sostiene que pese a las carencias materiales “todo lo que se construye con pasión sale bien”. Se proponen formar especialistas en comunicación porque “los trabajadores ya no son noticia y esa desaparición es una forma más de extinguirlos”.

Su propuesta es no copiar el modelo de las universidades estatales. Desconfía del Estado ya que “por más progresista que sea, el Estado siempre mira al mundo desde un orden, desde un poder. En cambio los trabajadores tienen otra forma de ver las cosas. Uno ve el mundo desde donde está parado”.[14] Como no tienen sillas, organizaron una fiesta musical, de teatro y poesía en la que cada entrada será un silla.

Una síntesis de la complejidad del mundo de las fábricas recuperadas, fue lo sucedido en el acto de inauguración: se escuchó el Himno Nacional argentino, la Internacional y la Marcha Peronista. Una realidad que desafía cualquier dogma y obliga, al que pretenda participar o mantener algún vínculo, a tener los sentidos bien abiertos y la mente despejada de preconceptos.

Las empresas recuperadas no sólo se han mantenido durante una larga y difícil década, sino que “se han convertido en una opción que los trabajadores reconocen como válida antes que resignarse al cierre de empresas”, como señala Ruggieri.[15] Una primera conclusión consiste en reconocer que la recuperación y la gestión colectiva de empresas se ha convertido en una herramienta más de lucha y resistencia de los trabajadores, que tendrá enorme importancia en este período de crisis económica.

En segundo lugar, las fábricas recuperadas son espacios de innovación y creación cultural. No es una cuestión menor ni un complemento de la producción. Por el contrario, es el aspecto más importante que debemos resolver quienes deseamos un mundo nuevo: crear una cultura política y de trabajo diferente a la actual, individualista, que sólo piensa en la ganancia, el consumismo y la acumulación de riqueza. El cambio cultural, que lento y complejo, es el que puede construir los cimientos de ese otro mundo posible.

Raúl Zibechi es analista internacional del semanario Brecha de Montevideo, docente e investigador sobre movimientos sociales en la Multiversidad Franciscana de América Latina, y asesor a varios grupos sociales. Escribe cada mes para el Programa de las Américas (www.cipamericas.org/es).

Redación: Laura Carlsen

Notas:

[1] Anabel Rieiro, “Sujetos colectivos y recuperación del trabajo en un contexto de reificación”, en Gestión obrera, ob. cit. pp. 161-188.
[2] “Tercer relevamiento de Empresas Recuperadas”, en www.recuperadasdoc.com.ar/
[3] Esteban Magnani, ob. cit.
[4] Laura Vales ob. cit.
[5] “Tercer relevamiento de Empresas Recuperadas”, en www.recuperadasdoc.com.ar/
[6] Flavio Carreto, “La cuestión de la autoridad y el poder en las unidades productivas recuperadas por sus trabajadores”, en 7. Gestión obrera, ob. cit. p. 126.
[7] Idem p. 132.
[8] Leticia Pérez, “Las fábricas recuperadas”, en Gestión obrera, ob. cit. p. 236.
[10] Laura Vales, ob. cit.
[11] “Tercer relevamiento de Empresas Recuperadas”, en www.recuperadasdoc.com.ar/
[12] Ver Raúl Zibechi, “Bachilleratos populares en Argentina: Aprender en movimiento”, CIP Americas, diciembre 2009.
[13] “Una fábrica de ideas”, periódico MU.
[14] Idem.
[15] Idem.
[16] Esteban Magnani, ob. cit.

Recursos

Esteban Magnani “Autogestión”, Página 12, Buenos Aires, 24 de octubre de 2010.

Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, Programa Facultad Abierta, “Tercer relevamiento de Empresas Recuperadas”, octubre de 2010, en www.recuperadasdoc.com.ar/

“Gestión obrera: del fragmento a la acción colectiva”, Nordan-Extensión Universitaria, Montevideo, 2010.

Laura Vales, “Nacidas de la crisis, lograron afianzarse”, Página 12, 12 de octubre de 2010.

Lavaca: “Para qué sirve el Encuentro Nacional de Mujeres III: la mirada de las obreras de Zanon”, 5 de octubre de 2010, www.lavaca.org