-I-
Constrúyase un cielo más bien cóncavo. Píntese de verde o de café, colores terrestres y hermosos. Salpíquese de nubes a discreción. Cuelgue con cuidado una luna llena en occidente, digamos a tres cuartas sobre el horizonte respectivo. Sobre oriente inicie, lentamente, el ascenso de un sol brillante y poderoso. Reúna hombres y mujeres, hábleles despacio y con cariño, ellos empezarán a andar por sí solos. Contemple con amor el mar. Descanse el séptimo día.
-II-
Reúna los silencios necesarios. Fórjelos con sol y mar y lluvia y polvo
y noche. Con paciencia vaya afilando uno de sus extremos. Elija un
traje marrón y un pañuelo rojo. Espere el amanecer y, con la lluvia por
irse, marche a la gran ciudad. Al verlo, los tiranos huirán
aterrorizados, atropellándose unos a otros. Pero... ¡no se detenga!...
la lucha apenas se inicia.
Subcomandante Insurgente Marcos -Abecedario para escarabajos-
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