José Gil Olmos
MÉXICO, D.F., 3 de junio (apro).- Con la misión de firmar un pacto nacional contra la violencia, este sábado partirá de Cuernavaca, Morelos, a Ciudad Juárez, Chihuahua, la Caravana por la Paz con la participación de más de 250 organizaciones sociales.
La marcha cruzará por 12 entidades del centro y norte del país, algunas de ellas consideradas de gran riesgo, como Coahuila, Durango, Nuevo León y Chihuahua, en un recorrido de poco más de 3 mil kilómetros.
Luego de la Marcha por la Paz realizada del 5 al 8 de mayo pasado, de Cuernavaca al Zócalo de la Ciudad de México, esta es la segunda iniciativa lanzada por el poeta Javier Sicilia, quien abandera la causa de miles de familias afectadas por la guerra emprendida por el gobierno de Felipe Calderón contra el crimen organizado.
La movilización también busca sensibilizar a la actual administración para que modifique la estrategia antinarco que ha dejado 40 mil muertos y unos 10 mil desaparecidos en los últimos cuatro años y medio.
La Caravana por la Paz será una de las movilizaciones más prolongadas que se hayan llevado a cabo en México desde el 28 de septiembre de 1991, cuando Salvador Nava encabezó la “Marcha por la dignidad” desde San Luis Potosí, o la que abanderó Andrés Manuel López Obrador ese mismo año, denominada “Éxodo por la democracia”, que partió de Tabasco a la Ciudad de México.
También sobresalen por sus largos recorridos las movilizaciones zapatistas efectuadas en 1995, 1999 y 2001, y la de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) en 2006.
La Caravana por la Paz tendrá otra particularidad: transitará por una de las rutas más peligrosas, pues cruzará por varias zonas donde el crimen organizado ha sembrado la muerte, según el “Ejecutómetro” del diario Reforma: Morelos, Distrito Federal, Estado de México, Michoacán, Guanajuato, Aguascalientes, Jalisco, San Luis Potosí, Durango, Coahuila, Nuevo León y Chihuahua.
De acuerdo con sus promotores, se prevé la participación de unas 260 agrupaciones sociales de diversas partes del país, que iniciarán la caravana este sábado desde Cuernavaca, y se espera que en el camino se sumen más organizaciones.
Calificada por el propio Sicilia como la “Caravana del consuelo”, se tienen también previstos distintos eventos, el primero de ellos mañana en el Ángel de la Independencia de la Ciudad de México y, por la tarde, en Morelia, Michoacán.
La seguridad de la Caravana por la Paz estará a cargo de la Policía Federal (PF).
El domingo 5, la Caravana de autobuses encabezados por las familias de las víctimas pararán en San Luis Potosí, donde en los últimos dos años ha aparecido el grupo de Los Zetas.
El lunes 6, la marcha arribará a la ciudad de Zacatecas, que también resiente la acción de ese mismo grupo de exmilitares, y el martes 7 los activistas llegarán a Durango, donde se han descubierto varias fosas clandestinas con más de 200 cadáveres, el mayor número encontrado hasta el momento en todo el país.
El miércoles 8, estarán en Monterrey, Nuevo León y más tarde se trasladarán a Torreón, Coahuila, dos de las ciudades más violentas controladas por el crimen organizado.
Y el jueves 9 se prevé el arribo a la ciudad de Chihuahua, en donde se realizará un homenaje a la activista Marisela Escobedo y se develará una placa en su memoria en el Palacio de Gobierno, donde fue asesinada.
Más tarde, la Caravana llegará a Villas de Salvárcar, donde ocurrió la matanza de 18 jóvenes a principios del año pasado.
El viernes 10 la Caravana llegará a su destino final, Ciudad Juárez, donde se firmará el pacto ciudadano por la paz y se emplazará al gobierno federal a aceptar un diálogo público en Palacio Nacional o en Cuernavaca, en fecha por definir.
El sábado 11 la Caravana se unirá a un grupo de organizaciones estadunidenses en El Paso, Texas, donde se realizará un acto por la paz y contra la guerra declarada por los gobiernos de ambos países.
El escritor Javier Sicilia ha manifestado que esta caravana es una oportunidad para el gobierno de Calderón rectifique su estrategia de guerra y, para la sociedad civil, de organizarse para refundar al país.
Al mismo tiempo, sostuvo el poeta, representa un “Ya basta” a los “señores de la muerte”.
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