Y la lucha sigue: de
un lado, los acaparadores de tierras, los ladrones de montes y aguas,
los que todo lo monopolizan, desde el ganado hasta el petróleo. Y del
otro, los campesinos despojados de sus heredades, la gran multitud de
los que tienen agravios o injusticias que vengar, los que han sido
robados en su jornal o en sus intereses, los que fueron arrojados de sus
campos y de sus chozas por la codicia del gran señor, y que quieren
recobrar lo que es suyo, tener un pedazo de tierra que les permita
trabajar y vivir como hombres libres, sin capataz y sin amo, sin
humillaciones y sin miserias.
El general en jefe Emiliano Zapata
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