viernes, 23 de octubre de 2009

LA OPERACIÓN ISRAELÍ PLOMO FUNDIDO A TRAVÉS DE LOS OJOS DE LAS MUJERES PALESTINAS

INTRODUCCIÓN

La reciente ofensiva israelí –denominada Operación Plomo Fundido por las autoridades israelíes- se llevó las vidas de 118 mujeres e hirió a más de 825. En total, 1.414 palestinos perdieron la vida, de los que 1.177 (el 83%) eran civiles. También más de 5.303 resultaron heridos. Toda la infraestructura de la Franja de Gaza resultó diezmada, por ejemplo: 2.114 casas totalmente destruidas y 3.242 más completamente inhabitables, lo que afecta a 51.842 personas. Sin embargo, el verdadero impacto de la ofensiva no puede medirse sólo en términos de estadísticas y cifras. Aunque los números de víctimas y heridos ilustran la atroz letalidad humana de este conflicto, el verdadero alcance del sufrimiento tiene mucho que ver con la realidad diaria de la vida en la Franja de Gaza tras la Operación Plomo Fundido. Mientras tanto, los civiles luchan por reconstruir sus vidas y asumir sus pérdidas e intentan recuperar alguna apariencia de dignidad humana.

La vida sigue en la Franja de Gaza. Así debe ser. Pero los continuos efectos del cierre y el testimonio visible del trauma y la devastación convierten la normalidad –incluso para los niveles de la Franja de Gaza- en una ilusión; los recuerdos de la tragedia están en todo momento omnipresentes y son demasiado palpables. En el momento de redactar este informe, cuando ya han pasado más de seis meses de la declaración unilateral de alto el fuego de Israel del 18 de enero, la Franja de Gaza continúa cerrada y paralizada: la situación en Gaza sigue siendo exactamente la misma que la del día que acabó la ofensiva. Las visibles cicatrices de la ofensiva siguen ahí, los escombros permanecen en las calles de Gaza, miles de personas continúan sin hogar, las familias se ven obligadas a vivir en casas que resultaron incendiadas, sobre suelos manchados de sangre y paredes acribilladas de impactos de bala. En algunos casos, las víctimas tienen que seguir contemplando los ofensivos y discriminatorios graffiti que los soldados israelíes garabatearon arañando las pareces de sus hogares.

El Centro Palestino para los Derechos Humanos (CPDH) ha publicado el presente informe para poner de relieve el impacto específico de la Operación Plomo Fundido y del ilegal cierre israelí sobre las mujeres. Como consecuencia del carácter patriarcal de la sociedad palestina, las mujeres de la Franja de Gaza –víctimas de discriminación en “tiempos de paz”- se ven especialmente expuestas a la marginación, pobreza y sufrimiento que acarrean, sobre todo, la ocupación y el conflicto armado. Los ataques israelíes tienen consecuencias de género específicas a menudo ignoradas. El CPDH ha decidido posibilitar que esas consecuencias, y la realidad de la vida tras la ofensiva, se manifiesten a través de las palabras de las víctimas. Aunque este informe se basa necesariamente en el Derecho Internacional, es quizá conveniente que los derechos humanos, así como el sufrimiento humano, se expresen a través de historias humanas.

En la Franja de Gaza son los hombres los que ocupan el puesto de cabeza de familia y quienes contribuyen fundamentalmente a su mantenimiento. Las viudas, confinadas en su papel, a menudo son víctimas de discriminación cultural y marginación económica y social. En la Franja de Gaza es extraordinariamente difícil que una mujer pueda vivir sola, y por eso las viudas se ven obligadas bien a regresar al hogar de su propia familia o a volver a casarse. Ambas alternativas presentan dificultades para una mujer que intenta recuperarse del trauma de la ofensiva y recomponer su vida y la de sus hijos. Tradicionalmente, en la Franja de Gaza se considera que las mujeres son las encargadas de los cuidados primarios; muchas mujeres sin hogar ahora se ven obligadas a cuidar de sus familias en un alojamiento temporal o a hacinarse como pueden en casas de parientes, una situación que a menudo provoca tensión y conflicto social.

Bajo el actual sistema legal de la Franja de Gaza, una viuda puede retener la custodia de sus hijos mientras no vuelva a casarse, ya que a partir de ese momento la custodia revertiría en la familia del marido.

Este informe presenta los casos de doce mujeres afectadas por los ataques israelíes en el curso de la Operación Plomo Fundido. Con estos ejemplos se pretende mostrar la extensión y amplitud del sufrimiento infligidos a nivel individual a los civiles de la Franja de Gaza, así como las continuas dificultades que tienen que enfrentar como consecuencia de la devastación perpetrada por las fuerzas israelíes y el ilegal cierre en curso de su territorio.

Subraya las dificultades a las que tienen que enfrentarse las mujeres en la Franja de Gaza en el intento de aceptar su sufrimiento y sus heridas: la pérdida de sus hijos, de sus maridos, sus familiares, sus hogares y sus medios de vida. Estas narrativas sirven para ilustrar no sólo las duras pruebas que afrontan las mujeres de Gaza, sino también la resiliencia y el valor que han demostrado en cuarenta y dos años de conflicto y ocupación.

El impuesto cierre israelí –y los ilegales mecanismos de castigo colectivo infligidos a la población de la Franja de Gaza- imposibilitan la recuperación y la reconstrucción. La espantosa situación económica hace que muchas mujeres y sus familias se deslicen cada vez más profundamente hacia la pobreza más abyecta. Tras sufrir los horrores de una guerra ilegal, ahora luchan desesperadamente por sobrevivir.

La Operación Plomo Fundido duró veintitrés días, pero los residentes en la Franja de Gaza siguen padeciendo sus consecuencias. El Estado de Israel se niega a darles la posibilidad de reconstruir una vida “normal”; hasta que no se levante el cierre ilegal, la Operación Plomo Fundido continuará ampliando más y más su brutal cuota de víctimas.

El informe completo en:

http://www.rebelion.org/docs/93586.pdf

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