Mi mensaje va dirigido a toda la nación, a los ciento doce millones de habitantes que han presenciado y soportado el extremo del dolor, la deshumanización y la violencia que habitan hoy en Mexico. Ustedes, los legisladores, que presumen ser nuestros representantes, se han mostrado ciegos a la muerte que los rodea, sordos a los gritos desesperados de indefensión que ahoga nuestros sueños en el desprecio de un mundo negro. Yo los invito a que, a partir de hoy, con sus acciones, ayuden a impedir que nuestro legado quede sofocado, y se ahogue el águila en nuestra propia sangre. Ustedes no pueden ser labradores de leyes que permitan la atrocidad impune de decenas de miles de mexicanos: asesinados, desaparecidos, torturados, secuestrados y humillados, en estos últimos 4 años.
Mexicanas y mexicanos: es tiempo de dejar de ser víctimas, de dejar de pedir soluciones a interlocutores que han probado su indiferencia e incapacidad, y hacernos cargo nosotros mismos de nuestro destino, es tiempo de aceptar esa responsabilidad, por ello, es necesario que ustedes también participen en este Movimiento por la Paz.
Mexicanas y mexicanas, ciudadanos de este país y de este mundo, apelo a sus conciencias; es momento de reconocer que también nosotros, todos los habitantes que conformamos este país, somos responsables de este holocausto, no sólo los criminales y los políticos. Cada peso que pagamos de impuestos es un voto de aprobación para que continúe nuestra desgracia, reflexionemos entonces cómo es que al quedarnos callados y consentir que las cosas sigan tal como están, mostramos conformidad con la burla, la vileza, la deshonra y la esclavitud.
Ustedes que son llamados legisladores y senadores, que dicen ser nuestros representantes y no lo son, es tiempo que se muestren ciudadanos, no es tiempo de escribir letras muertas, que parecen instrumento de burla, es tiempo de salir a las calles y manifestar el oprobio y la consternación ante la violencia que nos tiene de rodillas, es tiempo de gritar la verdad hasta que haga retumbar el pecho de todo México. Ciudadanos: la guerra no traerá la paz; las drogas y las armas no son el problema, el problema somos nosotros que hasta ahora no hemos sido capaces de indignarnos y unirnos.
Ni el presidente, ni los diputados y senadores, nos van a traer la paz. La paz será posible cuando reconozcamos todos que nuestro presente es la consecuencia de cada una de nuestras acciones, y que sólo a través de la participación colectiva podremos cambiar a México.
Ando con poetas porque ellos saben que las palabras valen, que las palabras cuentan y que un hombre sin palabra, es un hombre sin dignidad. Yo les pido que midan sus palabras y las honren.
"He de llamar aquí, como si aquí estuvieran. Hermanos: sabed que nuestra lucha continuara aquí en la tierra." Pablo Neruda
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