domingo, 28 de marzo de 2010

Medicina, ¿lucha por la vida?

"Nos dicen que la medicina es una lucha por la vida contra la muerte. Si así fuera, como algunos creen erróneamente, deberíamos decir a la gente: no os daremos balsámicos para vuestros bronquios, porque debéis respirar aire puro; no os daremos tranquilizantes para vuestras neurosis, porque debéis suprimir la causa de las mismas; no os daremos vasodilatadores para vuestros espasmos porque debéis eliminar los atascos de tráfico y la consideración hacia vuestro jefe; no os daremos protectores hepáticos para vuestro hígado, porque no tenéis que comer alimentos artificiales; no os daremos cortisonas para vuestras alergias, porque tenéis que eliminar las sustancias alérgicas; no os daremos vitaminas o aminoácidos porque tenéis que comer carne y fruta; no os ofrecemos nuestra paciente comprensión mercenaria, porque el amor tenéis que hallarlo en las mujeres (o respectivamente en los hombres) y en la solidaridad entre los compañeros; no os firmaremos "días de enfermedad", porque tenéis que reducir la semana laboral y construir ciudades en las que no sean necesarias horas diarias de conducción o agolpamiento en los autobuses cargados de gente. Deberíamos comportarnos de este modo si la medicina se orientara realmente a la conservación de la vida y a la anestesia ideal".

"…Fabricamos infartos, electrocardiógrafos para diagnosticar infartos y secciones hospitalarias para curarlos. Fabricamos cánceres pulmonares y quirófanos para operarlos. En realidad, nuestro comportamiento tiene su lógica: la lógica de la competencia. Crear un tipo de vida con menos stress y que redujera los casos de infarto significaría disminuir la competencia en nuestra vida: por esta razón no lo hacemos…" (1).

Conti, Laura. Estructura Social y Medicina en Medicina y Sociedad. Ed. Fontanella. Barcelona 1972. p. 296-7

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